Capítulo 54.

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POV Alicia.

"Ese no puede ser otro que la gran estrella del equipo Mercedes" pensé todavía dándole la espalda. Al girarme, allí se encontraba un Lewis apuesto y elegante, mientras algunos de sus mecánicos pasaban por detrás suyo y le saludaban.

- Hola Lew - saludé con una media sonrisa y disimulando la cara de apenada que tenía hasta ahora.

- No sabía si esta noche te iba a ver en la fiesta o no, de modo que pregunté a tu padre dónde te encontrabas para saberlo. Quería despedirme de ti por si, en algún caso, no tuvieras pensado ir - explicó sin dejar de mirarme a los ojos; su intención de despedirse de mí me pareció muy considerada por su parte, para que mentirnos.

- Sí, allí estaré Lew. Tu también vas, entiendo - mencioné esperando una contestación afirmativa por su parte.

- Sí, así es, vendrán algunos colegas míos como Neymar o Justin, pero solo planeo estar un rato.

- ¿Bieber? - pregunté curiosa.

- El mismo. ¿Lo conoces?

- Sí, sí lo conozco, es un buen tipo. Su mujer también es muy simpática - hablé en un hilo de voz.

Se hizo un pequeño pero intenso momento de silencio.

- ¿Estás bien, Alicia?

- ¿Cómo? - le interrogué al piloto desconcertada.

- Digo... es que te noto tristona - detalló preocupado.

- Aww, no, tranquilo - contesté haciendo un puchero - es solo que necesito descansar, pero estoy bien, no te preocupes - mentí.

- Entiendo... ¿qué tal las cosas con Carlos?

- Bien... ¿por qué lo preguntas? - dije tensa.

- Me fijé en la cara que puso ayer al vernos regresar juntos de mi oficina y, en fin, por su actitud, al parecer, no le hizo mucha gracia la escenita con la que se encontró - comentó jocoso - está claro que le gustas, Alicia, supongo que ya lo habrás intuido, ¿no?

- Algo me di cuenta, sí - solté haciéndome la desentendida. Claro que me di cuenta, ¿cómo no hacerlo?, si con tan solo mirarme pone mi mundo patas arriba...

- En fin, tienes a medio paddock revolucionado. Le gustas a Carlos, me gustas a mí - y en este punto sentí que me miraba decididamente y mordiéndose el labio, provocando que sintiese mis mejillas acaloradas - y los que no sabemos...

- Me siento culpable de ser una rompecorazones - aclaré desviando la mirada y jugando con mis dedos.

- ¿Qué dices?, tu no tienes culpa de nada, tonta - respondió con confianza y con una ligera sonrisa.

POV Carlos.

Bajé del monoplaza agotado y decepcionado conmigo mismo. Acabar en la 13º posición provoca una sensación horrible, significa no sumar ni un solo punto ni para mí ni para mi equipo, y me hace quedar como un piloto mediocre, y yo sé que no es así, tengo potencial para hacer mucho, muchísimo más. La próxima carrera es en casa... necesito estar lo máximo concentrado posible para dar lo mejor de mí. Se lo debo a mi familia, a mi país, y sobre todo, a mi mismo. No hay nada que me vaya a detener de aquí en adelante. Pero sea como sea, ahora necesito descansar y analizar desde una perspectiva más amplia los errores que se han cometido a lo largo de este fin de semana con el intento de no volver a repetirlos. Tras recibir el consuelo en forma de palmada en la espalda por parte de Kvyat y Gasly, me dirigí al box con la única ilusión que se hallaba en mi alma en estos momentos: ver a Alicia, observar a través de esos ojos esa alegría y afabilidad que desprende cada vez que conectamos nuestras miradas. Pero al hacerlo, ni rastro de las dos catalanas. No tuve ocasión de seguir buscando por la zona porque, al verme, se apresuró su padre y el mío en acercarse a mí. Me daba miedo la reacción de mi padre, no sabía qué iba a decir con respecto a la carrera... suele ser muy crítico, con todo en general, pero muy especialmente conmigo. De algún modo, ve su reflejo en mí y siempre quiere que llegue a lo más alto.

Diez mil estrellas (Ten thousand stars) | Carlos SainzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora