Capítulo 45.

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POV Alicia.

De camino a nuestro destino, Lewis y yo seguimos conversando como lo habíamos estado haciendo con anterioridad. La gente que pasaba por nuestro alrededor se nos quedaba mirando, y me resultó gracioso porque algunos lo hacían sin ningún tipo de disimulo.

- Creo que estamos alentando teorías conspirativas...

- ¿Por qué? - preguntó con cara de circunstancia. Por un momento, debía pensar que estaba loca.

- ¿No te has enterado? - y su cara de extrañeza seguía presente - por internet se rumorea que tu y yo estamos ocultando un romance - solté risueña.

- Aaaah, eso - respondió - sí, algo me enteré... - mencionó mientras se rascaba la barbilla - bueno, si lo piensan, tal vez es porque hacemos buena pareja juntos, ¿no crees?

Desvié la mirada con una media sonrisa. Otra vez Lewis con sus intentos de ligue... está claro que el muchacho no se rinde.

- Tal vez - espeté nerviosa - de todos modos... - no pude acabar la frase porque me tropecé y por poco no me comí el suelo de milagro. Me salvó la cierta estabilidad que tengo, aunque me llevé las manos al pecho por el susto.

- ¡Alicia! - espetó Lew tras ver lo sucedido, parándose justo enfrente mío - ¿estás bien?

- Si, si, no te preocupes - dije con la mirada desubicada - es que soy una torpe de narices - afirmé frustrada.

- Te ha faltado un pelo para caerte.

- Menos mal que tengo equilibrio... Aunque ahora siento un poco de molestia en el tobillo.

- ¿Te habrás lesionado? - preguntó el piloto preocupado.

- Na, que va - aclaré con seguridad - tan solo siento el dolor de haber hecho un mal gesto, pero al rato se me pasará.

- ¿Seguro? - preguntó mirándome directamente a los ojos - ¿quieres que te lleve?

- ¿Cómo? - interrogué al borde de la risa.

- Mmmm en brazos, por ejemplo - y abrí los ojos exageradamente - como a una verdadera princesa - añadió pícaro. 

- ¡No! - contesté entre risas mientras depositaba un leve golpe en el hombro izquierdo de Lewis - no seas tonto - agregué risueña.

- Bueno - expresó riendo - al menos agárrate a mi brazo, no me gustaría verte tropezar otra vez, y mucho menos caerte.

Me sentí indecisa. No sabía qué contestar ante tal propuesta, tal vez iba a parecer raro que fuese caminando agarrada al brazo de Lewis, como si fuéramos una pareja de ancianitos, pero valoré la intencionalidad del británico en querer mantenerme a salvo, y finalmente acepté. Sin mediar palabra, le dediqué una sonrisa con los labios para posteriormente posicionarme a un costado suyo y apoyar mi mano izquierda en su brazo, concretamente en la parte del bíceps. Sentí tensarse tras notar su piel rozar con la mía, y proseguimos lentamente la marcha. Por el camino, iniciamos de nuevo una conversación totalmente espontánea, aunque inevitablemente pensé que Lewis tenía unos brazos muy trabajados, ya que podía palpar uno de ellos con disimulo. ¿Se me notará en la cara que estoy pensando en el físico de Hamilton? Ay dios mío, espero que no, y también espero que Lewis no sea capaz de leer las mentes... Porque sino me moriría de vergüenza aquí mismo.

POV Carlos.

Al finalizar la clasificación, no quise mediar palabra con nadie y me refugié en mi motorhome durante un largo y tendido rato. Que desastre de QP... esperaba sorprender al padre de Alicia el día de hoy, y por supuesto no lo hice, y verás el mío cuando me vea... me va a decir que lo he hecho todo mal y, sinceramente, eso no me iba a ayudar en estos momentos, porque yo mismo sé que cometí muchos errores... ojalá pueda remediarlos en la carrera de mañana.

Diez mil estrellas (Ten thousand stars) | Carlos SainzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora