Diez mil estrellas (Ten thousand stars) | Carlos Sainz

Capítulo 52.

POV Laia.

- ¿Y bien? - preguntó mi amiga expectante.

- ¿Y bien, qué? - repliqué yo.

- ¿Te ha gustado Landito? - volvió a preguntar intrigada.

- A duras penas ha hablado Alicia, cómo voy a saberlo - contesté obvia con una media sonrisa.

- Bueno, pero, eso es porque el muchacho es tímido - justificó Ali.

Se instauró un pequeño silencio entre nosotras mientras caminábamos, pero poco duró.

- ¿Te pareció guapo? - formuló con cierta diablura. No pude evitar reír por ello.

- Es muy mono, la verdad, para que mentirnos - expresé sincera y sintiéndome algo acalorada.

- Sabía que te gustaría - manifestó Alicia victoriosa mientras daba pequeños saltitos de alegría.

- ¡Qué no me gusta, tonta!

- Su, su... - espetó risueña - ostras, ahora que lo pienso, tengo que llamar a la aerolínea antes de que sea más tarde - narró de forma concisa mientras sacaba apresurada el teléfono de su bolso, dejándome extrañada.

- ¿A la aerolínea para qué? - le pregunté desubicada.

- Para la fiesta de esta noche - y mi cara seguía siendo un poema, por lo que Ali siguió hablando - es que le propuse a mi padre de cambiar los billetes de regreso a España para el lunes pero me contestó que él necesitaba volverse sí o sí esta noche a Barcelona por temas de trabajo... de modo que me comentó que cambiara los billetes para coger el avión mañana - dijo mientras se acomodaba el pelo por detrás de las orejas, dejando a la vista unos pendientes que desprendían una gran brillantez.

- Uhm, entiendo... - mencioné pensativa - oye tía, ¿y por qué no te quedas unos días en mi casa?

- ¿En tu casa, Lai? - matizó.

- Claro - dije con total tranquilidad - todavía no has estado en el piso y me haría ilusión que estuvieras allí conmigo - le propuse alegre.

- ¿Seguro que te va bien? - me cuestionó con una evidente preocupación - no quiero que lo hagas por compromiso, eh, sabes que hay confianza - acabó diciendo.

- Ya lo séeee estúpida - comenté risueña - pero por eso te insisto en que te quedes - agregué pasando mi brazo por los hombros de Alicia, a lo que ella respondió a mi gesto de afecto pasando el suyo por mi cintura. ¿Nos queremos más que a nada en el mundo? Sí<3.

- Está bien, entonces, acepto tu invitación... ¡ay, que ilusión me hace, así podremos hacer pijamadas juntas! Hablaremos de chicos mientras nos atiborramos a palomitas y golosinas - habló Alicia creyéndose, por un momento, una verdadera quinceañera, lo cual me pareció gracioso - gracias bebé - y depositó un corto y fugaz beso en mi mejilla.

- No es nada, tonta - respondí separándome de ella.

POV Alicia.

La hora prevista para que diera comienzo el Gran Premio de Silverstone ya estaba más cerca de hacerse realidad, por lo que, a falta de 45 minutos de que ésta empezase, mi padre, yo y Laia nos acercamos hasta el box de McLaren para ver la carrera, en esta ocasión, dentro de un panorama en el que nunca me había visto inmersa hasta ahora, y que, sin lugar a dudas, provocaba que estuviera más emocionada de lo normal, ya que podía palpar la tensión, los nervios y las esperanzas de cada uno de los trabajadores de aquel lugar como si estuviera viviéndolo en mis propias carnes. La sala VIP está muy bien, es fresquita y está equipada con todo tipo de comodidades, pero se queda en nada al compararla con ver una carrera aquí dentro, supongo que en dicha sala la perspectiva es bastante más fría y distante en comparación. Tal vez, para una primera toma de contacto, en el caso de Laia hubiese preferido esa opción... pero quien sabe, a lo mejor me estaba equivocando al pensar eso... Tal vez este sea un día inolvidable para mi BFF, esperemos que para el mejor de los sentidos. Pero sea como sea, sé que hasta ahora se siente más cómoda de lo que ella se imaginaba, y en parte, se lo debo a mis chicos de McLaren por haberla recibido con tanto cariño y amabilidad, especialmente uno de ellos... uwu.