Capítulo 39.

2.8K 139 7
                                    

POV Alicia.

Se me erizó la piel al notar su aliento chocar contra mi cuello. Retiró las manos de mi rostro y me giré enérgica. Al mirarnos, sonreí a más no poder, y salté a sus brazos para abrazarlo con todas mis fuerzas, enroscando mis brazos en su cuello, y él imitó este mismo gesto de juntar nuestros cuerpos envolviendo con furor mi cintura. Apoyé mi barbilla en su hombro mientras me mordía el labio inferior, aprovechando que nadie cercano a mí podía verme. No podíamos despegarnos el uno del otro, ni un solo centímetro, ni un solo segundo, pero al final acabamos cediendo... por tener a nuestros padres delante, más que nada. En momentos como estos deseaba con todas mis fuerzas que fuésemos novios... de verdad.

- Alicia... - mencionó tímido mientras acariciaba mi mejilla con su mano. Su forma de tocarme... juro que la echaba tanto de menos.

- Hola Carlos - mencioné coqueta, posando mi mano encima de la suya.

- ¿Tú no me dijiste que no sabrías si podrías venir? - refunfuñó como haciéndose el enojado.

- Eh... sí - contesté entre risas - es que quería darte yo la sorpresa, jo.

- Pero que mala eres – respondió sonriente, y yo puse cara de diabla.

Nos quedamos como en trance, sin saber qué decir, sin saber cómo actuar... de fondo sonó la voz de mi padre y me giré de cuerpo entero, ya que estaba dándole la espalda.

- Hombre Carlitos, que placer conocerte por fin - escuché decir a mi padre.

- Igualmente Alfonso - contestó amable, estrechándole la mano.

- Ya he visto que os echabais de menos - añadió mi padre con pillería, provocando que me ruborizase exageradamente y sintiendo que Carlos emitía una ligera risa provocada por el nerviosismo.

A todo esto, me extrañó Carlos padre, ya que, disimuladamente, carraspeó el cuello, llamando la atención de su hijo y provocando que su sonrisa disminuyera progresivamente. Mi padre permanecía sonriente, como si no se hubiese percatado de este pequeño detalle.

- Campeón, ¿cómo te van las cosas con McLaren?, ¿habrá suerte este año o qué? - interrogó Alfonso al piloto de F1.

- Bueno, en McLaren las cosas van bien, el coche tira bastante y me entiendo bien con el equipo.

- Lástima que no tengas coche como para ganar el mundial... - afirmó mi padre en un tono desalentador.

- Poco a poco, Alfonso - habló esta vez Carlos padre - el tiempo pondrá las cosas en su lugar; mientras tanto, se rumorea por el paddock que ya hay escuderías interesadas en fichar a mi hijo para la temporada que viene.

- ¡No me digas...! - le contestó Alfonso con asombro, a la par que alegre.

- A ver, todavía no hay nada oficial- respondió Carlitos mientras notaba que los dedos de su mano derecha jugaban muy disimuladamente con los míos, acto que casi hizo que me derritiese como un sorbete.

- Por el momento, hay rumores de Ferrari y Red Bull - agregó Carlos padre.

- ¿Cuál preferirías tú, Carlos? - preguntó mi papá a mi futuro novio (uwu).

- Prefiero no pensarlo, la verdad, hasta que no se me ofrezca nada definitivo... es mejor que me centre en McLaren.

Por el devenir de la conversación, nuestros padres empezaron a entablar una charla entre ellos, dejándonos a Carlos y a mí un poco al margen, hecho que, en realidad, agradecí enormemente. De forma simultánea, nos miramos mutuamente.

Diez mil estrellas (Ten thousand stars) | Carlos SainzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora