Capítulo 71.

2.2K 106 31
                                    

POV Carlos.

Con la sensación de que aquella tarde iba a ser interminable dado al repertorio de preguntas que estaban produciéndose en mi casa a cerca del fin de semana que había pasado "supuestamente" con mis amigos, al final, acabaron cesando, permitiéndome respirar un poco más tranquilo. Pasaron pocas horas para que la noche acabase invadiendo el cielo de aquel día que estaba por terminar, y al parecer, ya no levantaba sospechas en ningún miembro de mi familia, de hecho, parecían todos bastante convencidos de que toda afirmación que emitía con respecto a ese fin de semana era verídica, y no sospechaban de que les estuviese mintiendo, a excepción de mi padre, quien constantemente ha tenido un ojo echado encima de mí desde que conocí a Alicia. Creo que sabe descifrar con gran acierto cuáles son mis intenciones con ella, qué clase de pensamientos viajan por mi mente cuando la veo, y el porqué de ciertas actuaciones que efectúo sin demasiada importancia para el resto de personas, pasando inclusive desapercibidas, aunque no para mí y para Alicia, ya que nos entendemos con tan solo mirarnos. Pero a pesar de ello, incluso mi padre acabó bajando la guardia, al menos ese día, y por ese motivo, me sentí profundamente sosegado de saber que ya no me encontraba bajo el punto de mira de nadie en particular. De hecho, desde que mi padre dio la noticia estelar de la cena con Alicia y sus familiares más cercanos, mis hermanas ni por asomo han vuelto a pensar en aquellas preguntas que, con anterioridad, formularon hacia mi persona, como el porqué de haber cocinado y el porqué de haber hecho un postre de chocolate; era tal la emoción que sentían en sus cuerpos que ni siquiera dedicaron ni un minuto en pensar qué había hecho y qué no había hecho su hermano durante esos días. Aunque bien pensado, si ellas supieran que su ídolo había estado hasta no hace muchas horas en este mismo lugar donde se encontraban ellas, les sobresaldría la emoción del pecho. Pero por el momento, no quedaba más remedio que mantenerlo en secreto.

Me hallaba estirado en la cama de mi habitación, usando el iPhone para mirar mis redes sociales; me encontraba profundamente concentrado en mis asuntos hasta que escuché la voz de Ana retumbar por varias zonas de la casa, incluido mi dormitorio.

- Mamáaaaaa – alzó la voz mi hermana pequeña - ¿dónde hay papel higiénico?

- ¿Es que ya no tienes en tu baño? – le interrogó de vuelta Reyes, también aumentando los decibelios de su tono de voz.

- Noooo – hizo una pausa - se acabaron los rollos.

- Perdona hija, pensé que en tu baño había más papel higiénico del que imaginaba. He dejado el resto de rollos que compré antes de irnos de viaje en la habitación de tu hermano, por si los necesitaba él estos días. Ve y cógele todos los que necesites – concluyó mi madre desde alguna parte de aquel amplio hogar.

A los pocos minutos, escuché a alguien bajar las escaleras con lentitud y, al llegar a mi planta, intuí como efectuaba pasos ligeros con tal de no resultar demasiado ruidoso. Como era de esperar, sabía perfectamente que iban a llamar a la puerta de mi dormitorio en cuestión de segundos. Cuando se produjeron un par de golpes en aquella madera, oí como Ana aclaraba su garganta con intenciones de hablar, aunque me adelanté a los acontecimientos.

- Pasa, Ana – le ordené.

La puerta se abrió automáticamente y mi hermana asomó su cabecita antes de acceder a mi cuarto de baño.

- Hola hermanito – mencionó con una sonrisilla - ¿puedo robarte papel higiénico?, me quedé sin.

- Todo tuyo – respondí con simpatía y volviendo a dirigir mi mirada a mi dispositivo móvil.

Con total naturalidad, Ana entró al baño y abrió un armario de pequeñas dimensiones situado justo al lado del bidet. Realizó sus acciones de forma muy intuitiva porque sabía qué encontrar en cada rincón de aquel habitáculo. La escuché efectuar movimientos en todo momento hasta que percibí que durante un pequeño rato parecía haberse quedado inmóvil, aún sin poder verla, no la oía ni siquiera moverse, y eso fue algo que me produjo mala espina.

Diez mil estrellas (Ten thousand stars) | Carlos SainzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora