Capítulo 43.

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POV Alicia.

Permanecía sentada junto a mi padre y a sus compañeros de trabajo, que en todo momento fueron muy agradables a la par que cordiales conmigo. Ya en un clima de confianza, uno de ellos me pidió si podía firmarle uno de mis discos para su hija, que era una gran admiradora mía, y otros me expresaron su deseo por hacerse una foto conmigo, y yo, por supuesto, acepté, no tuve ningún problema en hacerlo.

Observábamos el transcurso de la clasificación a través de varias pantallas de televisión que, por cierto, eran enormes, mientras degustábamos los canapés que se encontraban justo enfrente nuestro, en una mesa alargada de cristal que estaba limpia como los chorros del oro. Al lado de mi padre, se hallaba una pequeña mesa circular, hecha del mismo material, en la que había una cubitera de grandes dimensiones con botellas de alcohol de varias clases: vino, champagne, cava... me pareció excesivo, pero también útil, ya que de este modo cada uno podía escoger lo que más le apeteciese. Yo al principio no tenía intención de beber, pero acabó apeteciéndome una copa de Louis Roederer Brut Premier, un champagne francés que me resultó llamativo.

Mis ojos estaban atentos a los dos coches de naranja que corrían en la pista. Por el momento, ni Lando ni Carlos llevaban el mejor de los tiempos, pero tenía la esperanza de que la situación acabara mejorando. Sucedieron otros acontecimientos que llamaron la atención de los presentes en ese momento, como por ejemplo los resultados que estaba teniendo Nico Hülkenberg, ya que el alemán estaba escalando posiciones de una manera vertiginosa, y totalmente impredecible. También sorprendió el imbatible Valtteri, quien superó en tiempos a su compañero Lewis, el claro favorito de la competición.

La clasificación finalizó con una penalización para el piloto francés Esteban Ocon de tres posiciones por obstaculizar a Russell en la pista, lo cual encontré justo, porque George estaba consiguiendo buenos tiempos, y debido a este imprevisto, acabó en el 15º puesto, pudiendo haber estado más arriba. En lo que se refiere a los muchachos de McLaren, la verdad es que sentí verdadera pena por ellos, ya que Lando quedó en décima posición, que no está del todo mal, pero Carlos finalizó la clasificación en el puesto 13º, y sabía que iba a estar muy descontento por ello. Tenía ganas de verlo para consolarlo y darle un gigantesco abrazo. Mi padre y yo compartimos una mirada de tristeza, porque sé que Carlos es uno de sus pilotos favoritos, y más al ser el único español en pista, y le hubiese gustado verlo en una posición más alta. Pero bueno, así funciona este mundillo: a veces las cosas salen bien y en otras no tanto... por eso es tan importante el trabajo constante y no rendirse, lo que implica tener fuerza de voluntad, y yo sé que Carlos es de lo que más tiene. Nunca se rinde, y eso es del todo admirable.

Salí de aquel habitáculo anunciándole a mi padre mi intención en querer ir al box para ver a Carlos. Él no se opuso en absoluto, al contrario, le pareció una buena idea, y tras anunciarlo, me despedí del resto de sus acompañantes y salí apresurada por encontrarme con el piloto del dorsal 55.

Caminé un poco por el paddock hasta llegar al box de McLaren, y empecé a ojear el lugar para localizar al madrileño, pero no lo conseguí. Decidí adentrarme un poco al box, intentando no ser un estorbo, porque la gente lucía ocupada y estresada mientras andurreaban de un lado a otro. Me dispuse a buscar a Carlos nuevamente con la mirada, pero por desgracia, no tuve éxito. Entonces escuché como alguien hablaba en mi dirección.

- Hola Alicia, soy Andreas Seidl, ingeniero de carrera de Carlos - me sonrió - me sorprende verte por aquí, ¿puedo ayudarte en algo?

- Hola Andreas, encantada - espeté con la misma educación con la que se había dirigido a mí - pues, en realidad... estaba buscando a Carlos - expresé tímida.

- ¿Carlos? - preguntó mientras alzaba la vista por encima de mi cabeza y ojeaba con rapidez - es raro pero no lo he visto por aquí, no sé dónde debió ir al bajarse de su monoplaza - explicó brevemente - siento no poder ayudarte.

Diez mil estrellas (Ten thousand stars) | Carlos SainzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora