Secuestro

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Al día siguiente presente a las nuevas sirvientas que ayudarían en mi hogar.
Las dos chicas se comportaron pero a excepción de la pequeña tsuguko.
Ella seguía siendo rebelde así que se quedaría en otro lugar donde no la encontrarán.

El seguir con el trabajo era mi prioridad hay mucho papeleo; todo es más sencillo que antes. La tecnología es impresionante.

-¿Disculpe mi señor?- hablo la mujer de ojos rosas.

-¿Que necesitas?.

-Quiero que vea algo. ¿Podría entrar?.

-Si no es molestia Kanae.

La chica entro y encendió en televisor. Al parecer en las noticias encontraron el rastro de la noche anterior, el hogar de las hermanas. En las imágenes se lograba ver la sangre en la entrada de la casa y por fuera del sitio había mucho bullicio.

Reporteros por todos lados y camaras dejando ver a la audiencia lo sucedido.

-Al parecer los acontecimientos muestran que el suceso fue la noche anterior. Los vecinos dijeron que esta casa le pertenecía a tres hermanas pero no hay cuerpo alguno que demuestre eso.
Pero hay sangre en la entrada y la habitación de la hermana menor de las tres que habitaban.
Actualmente ningún oficial sabe el paradero de las hermanas desaparecidas, lo cual indica que las investigaciones continuarán.

Mis manos se juntaron y recargue mi mandíbula sobre ellas.
Kanae me miro con preocupación.

-¿Se encuentra bien?.

-Si, es solo que jamás pensé que progresarán con investigaciones con las pruebas que deje.

-No se preocupe maestro, esas pruebas desaparecerán hoy en la noche.

-Tu y Shinobu deberán de ir a ocultar todo eso, de preferencia quemen la casa. Perderán toda su investigación y  dejarán el caso.

-Si señor.

Ella apagó el televisor y se acercó a la puerta. Al abrirla a la mitad ella se detuvo.

-¿Mi señor?- la mire de inmediato -mi hermana vio a un par de chicos ir al santuario a las afueras de la ciudad.

-Seguramente eran ellos.

-Si, ¿Quiere que vayamos por ellos?.

-No, yo mismo iré.

-Entendido.

Ella salió y me dejó sólo. Debo de ir, si van al templo creo que se a cual irán.
Me preocupa que sepan de la danza, debo verlo con mis propios ojos.

La silla hizo un rechínido que hizo temblar el piso de madera. Me levanté de mi asiento y tome mi abrigo del perchero. Salí del estudio y baje la escaleras topandome con mi mayordomo.

-¡Señor!- era un poco molesto.

-No puedo y voy a salir.

El se freno en seco, dejando de seguirme. Antes de salir me dedique a decirles que ambas hermanas me acompañaran.
Al entrar a la limusina se mantuvo un silencio incómodo, pero las hermanas comenzaron a hablar entre ellas.

-Señor, ¿A dónde iremos?- pregunto la ojilila.

-Iremos a ver a esos chicos.

-Que divertido, nos desaremos de ellos de una vez por todas.

-Estaremos rodeados de personas y alguien podría darse cuenta. Por lo menos nos llevaremos a uno.

-¿Podemos saber quién?.

-Al la pequeña hermana del chico.

........

-¡Odio mi vida!- grite -¡Perdí la espada!.

-No debemos preocuparnos de eso, lo importante es que hagamos bien todo y después nos iremos a casa a buscar la espada.

-¡No es así de fácil!. ¡No sé dónde está!. No la volví a ver después de ese día donde colocaron el nuevo cristal de mi habitación, pensaba que estaría bien!.

-Fue la cosa más estúpida que hallas podido pensar- replicó ella.

-Eso lastima.

-¡Pensé que tu inteligencia era aunque sea un poco más grande que tú estupidez! Pero ahora veo que no.

-Ayudame. La busque por todos lados y no la encontré.

-No es obvio, la robaron antes de que te dieras cuenta. Fue en el transcurso de la semana donde colocaron el vidrio.

Me encontraba abatido, quizás mi madre me venda para pagar la espada.

-Trata de calmarte, con la situación actual no lograrás nada con ponerte histérico. Buscaremos en tu habitación, eres demaciado desordenado en ese aspecto.

-¡Gracias Touko!¡Te prometo que te compraré todo lo que quieras!.

-¿Estás seguro?.

-Pero en el transcurso de la vida.

Ella no respondió nada. Caminábamos  por la vereda para llegar más rápido. Nuestra madre ya no estaba en casa, quizás esté en el templo arreglando todo.

-¿Ya te aprendiste todos los movimientos?.

-Mas o menos.

-Recuerda que son 13 no 10, la última vez no lograste ni hacer 9 pasos y ya estabas sofocandote.

-Sabes que por más que quiera aprenderme esa danza jamás podré. Todos sus pasos son tan parecidos que me confunden.

Ella se llevó una mano a la frente.

-Solo sígueme el paso y ya. No es tan complicado.

-Tu lo haces ver fácil.

El lugar era poco transcurrido, la carretera hacia la ciudad era casi trancitada por los autos pero ahora estaba totalmente desolada.

-Esta muy solo aquí- comenté.

-Tienes razón, es extraño que este solo.

-¿Y que tal si aceleramos el paso?.

-Por está vez aceptaré tu idea.

Ambos hechamos a correr al pensar que nos seguían. Teníamos solo las cosas necesarias para el regreso; si es que lograbamos tomar el autobús.
Si nos quitaban las cosas sería nuestro fin.

Al final logramos llegar exactamente a tiempo, había pocas personas en el lugar. Así que no tendríamos tanta audiencia como en otros años.
Subimos las escaleras que conducían a una gran colina.
Al llegar a la cima de esta, nos encontramos con nuestra mamá, quien nos dió un sermón antes de comenzar.

-Ya era hora de que llegaran.

-Lo sentimos mamá, surgió algo.

Tratamos de explicarnos pero ella nos dijo que no era tiempo para eso.

-Tienen que ir a dentro, recuerden que no deben de dejar esta tradición.

-De inmediato.

Ambos entramos al templo.

Estaba un poco oscuro; solo nos alumbraban antorchas.

Debido a que surgió un imprevisto, nuestra abuela había enfermado asi que debíamos irnos lo más rápido posible. Quizás regresemos a inicios del próximo año.

Pero jamás debíamos de dejar de venir al templo. Solo por está ocasión lo haríamos ahora.

-Me siento nervioso- dije con la mandíbula temblando.

-Respira. Concéntrate.

[🎐🎐]

Por fin habíamos llegado, el olor de esos chicos estaba aquí.

-Puedo olerlos- dijo Kanae.

-Esta muy cerca de aquí.

-Esta dentro- señalé.

Ambas miraron el lugar y sonrieron.

-Haremos nuestro mejor esfuerzo para mezclarnos. No sé preocupe.

-Confio en ustedes.

Un nuevo futuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora