Un nuevo futuro

Los descendientes

-¿Esta bien señor?- un hombre de traje oscuro pregunto al muchacho de ojos rojos.

-Si, tenemos que llegar rápido. No quiero llegar tarde.

-Si.

El hombre abrió la puerta del auto dejando subir al muchacho.

Los pensamientos del joven estaban llenos de resentimiento. El sabía perfectamente que esos chicos eran los descendientes de la joven que le arrebató a su familia.
La mano del chico apretó el saco que portaba en su brazo dejando en claro que estaba deseoso por acabar con lo que tenía en mente hace muchos años.

-Tsk- chasqueo la lengua.

El chófer del auto noto lo molesto que estaba Tanjirou. Pero no quería tener problemas con el así que no dijo nada.

-¿Oye?- pronunció el pasajero.

-¿Si señor?.

-¿Tu crees que pueda trasladarme de escuela?.

-No tendrá ningún problema señor.

-Entonces quiero ir a la misma escuela que esos chicos.

-Entonces iremos directo ahí, señor.

-Gracias por apoyar mi berrinche.

-No hay problema.

El joven siguió mirando por la ventana. Su voz decidió salir en un susurro para que su acompañante.

-Te volveré a ver cazadora- una sonrisa se dibujo en la cara del joven.

Una sonrisa llena de malicia y enojo. El reviso su mochila, quería saber si portaba lo que necesitaba llevar a casa.

-Los vere de nuevo, se los aseguro.

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-¡Que bueno que ya termino la primer hora!- pronunció le chico extendiendo los brazos.

Sus compañeros se levantaron de sus asientos impidiendo ver qué era lo que había en la ventana del pasillo.

-¿Oigan, escucharon que un auto lujoso está en el estacionamiento?- susurro.

-¡¿Pero que auto?!- levantó el la voz el chico- ¡Yo no hi nada, quizás sea un auto nuevo de algún profesor.

-¡Si que eres despistado Yoshiteru, ese auto no es de ningún maestro!.

-Dijeron que del auto bajo un chico.

Yoshiteru decidió ignorar todos los rumores que decían. Su cita se centro en la ventana que estaba a su lado. Imaginándose como sería su bisabuelo.

-¡Miren ahí viene el director!- exclamo una chica.

Todos los alumnos de inmediato se fueron a sus lugares despejando la vista al pelinegro. El director de la institución entro al aula dejando ver detrás de el un chico de apariencia un tanto sospechosa.

-¡Es bueno ver qué todos están presentes hoy, sigan así muchachos!- exclamo el profesor- ¡Hoy como sabrán, un alumno se transfiere y estará con ustedes en el aula. Espero se lleven bien!.

El director hizo una seña para darle la palabra al pelirrojo, que este dió un paso al frente y con una mano en su mochila se inclino.

-Es bueno saber que estaré en buenas manos, mi nombre es Tanjirou, un gusto.

Todos se sorpredieron al ver bien que era muy educado. Las jovencitas del lugar susurraban y también reían al ver al chico nuevo.

-Por favor toma asiento.

Tanjirou paso entre los alumnos y se sentó al lado de Yoshiteru, quien se sorpendio al ver que se sentó a su lado.
Dejo su mochila a un lado de su mesa y después llamo la atención del pelinegro.

-¿Disculpa?.

-¿Heh?- miro con sorpresa Yoshiteru.

-¿Me darías los apuntes de todas las clases?.

-...¿Si?- entrecerro los ojos el muchacho.

El con cierta duda le entrego la libre en las manos del pelirrojo. Y con tantas preguntas que hacer lo examinó detenidamente de arriba abajo.

(Narra Yoshiteru)

A simple vista parece un niño rico. No tiene ni una arruga en su camisa y porta otro uniforme.

Es raro que el este aquí, alguien como el con dinero debería de ir a una escuela conocida. Pero no.
Creo que lo examinaré más de cerca.

-¿Disculpa, podrías dejarme de mirar atentamente si no es molestia?- pronunció Tanjirou.

No sabía en qué momento me levanté de mi asiento y me acerque tanto a él.

De inmediato, me volví a sentar. Intentado borrar ese error tan tonto.

-Si que es raro- susurre.

(Narra Tanjirou)

Ese chico es raro, como su bisabuelo.
Ahora que tengo de cerca a este chico necesito encontrar a la joven de la mañana. ¿Estará por aquí?.

Debo de disimular, si alguien sospecha de mi levantare sospechas en toda la escuela.
Mientras tanto prestaré atención a estás aburridas clases. Aunque ya se todo conocimiento de ellas.

Un suspiro salió. Me he sentido muy solo desde ese día.
Los extraño mas de lo que pensé. Espero que nos volvamos a reencontrarnos.

Una pequeña gota se deslizó por mi mejilla, por suerte nadie lo noto. O eso esperaba.

-¿Oye te encuentras bien?- ¿Ese chico se dió cuenta?- acabas de mojar mis apuntes.

Este chico es molesto, se queja por nada.

-Bueno pido una disculpa por eso- extendí su tan adorada libreta- te la devuelvo si tanto te importa.

-¡De nada!- de un solo movimiento arrebató la libreta de mis manos- mi adorada libreta jamás te soltaré~~~

-Si que eres de su descendencia...

-¿Que dijiste?.

-Nada.

Creo que será un largo día, escuchando las quejas de el.

-¡Oye por lo menos mírame cuánto hablas!.

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¡Por fin! La hora del almuerzo ha llegado.  Este mocoso se quedó dormido a mitad de las clases y sus ronquidos son tan sonoros que me molestan.
Mi mente solo pensaba un asola cosa.
TOMALO POR EL CUELLO Y ARROJALO POR LA VENTANA.

Mi paciencia estaba al límite.
Cuando la campana del almuerzo sonó mi cabeza dió un suspiro de alivio. Todos se fueron y solo quedó el en el aula. Camine por los pasillos repletos de alumnos que me miraban como un extraño. De repente mire a la misma chica que ví en la mañana pasar al lado de mi con un olor a ira total. Caminaba a paso rápido mientras fruncía el ceño.

-¡Yoshiteru!- se escucharon los gritos del aula- ¡¿De nuevo te quedaste dormido?!.

-¡Déjame en paz, preocúpate por tus asuntos!.

Mire sobre mi hombro, para saber si saldrían, pero solo había gritos y demás.

-Yoshiteru está de nuevo en problemas- dijeron los demás con burla.

Me aleje lentamente hasta llegar a la cafetería.