Un nuevo futuro

El despiadado rey demonio

- ¡Escúchame bien!- señalé levantado la espada - ¡Yo no soy la persona que buscas!.

- Bueno, cualquiera puede cometer equivocaciones. Si no eres la persona que pensé que eras te matare sin ningún problema.

La chica comenzó a desplazarse frente a mi.  Pero antes de que llegara a medio camino alguien apareció de entre las sombras.

- Alto Kanao.

La chica paro y regreso a la misma postura que tenía antes. De manera respetuosa llevo ambas manos al frente suya y se inclino.
El sonido de las pisadas de unos zapatos resonaba entre la larga calle despoblada. Sus ojos brillaban con la luz, de un profundo rojo.

- Veo que ya conoces a mi subordinada.

- Señor, estaba a punto de matarlo.

- Si lo noté. No es necesario que lo mates. Seguramente todavía sigues confundida por la transformación.

- Estoy segura que el Cazador se busca es el.  Tiene todo el parecido y huele casi igual.

- El chico que buscabas era Zenitsu Agatusma- después de hablar con la chica me miro a mi - ¿No es así Yoshiteru?.

Me dió un escalofrío al escuchar que conocía a mi bisabuelo.

- ¿Cómo conoces ese nombre?.

- Digamos que tengo cierto contacto con el. Pero no de familia. Aún más importante ¿No te interesa saber dónde está tu hermana?.

- ¡¿Dónde está?!.

- En un lugar no muy lejos de aquí. ¿Si quieres puedo llevarte?.

- Regresamela.

- No. Sin antes que vengas conmigo. Te prometo que no te haremos nada. Así que ¿Por qué no guardas está espada y nos acompañas?.

- ¿Cumplirás tu palabra?.

- Pero claro que sí, yo jamás rompo mis promesas.

Tengo miedo, pero si regreso ahora perderé el rastro de mi hermana. Tendré que arriesgarme.
Guardé la espada en su funda y me acerque a ellos.

- Iré con ustedes. Pero quiero ver a mi hermana sana y salva o si no...

- Está bien. Está bien, tu ganas.

-Sube al auto. Te llevaremos de inmediato.

Acompañado de la chica y Tanjirou subí al auto. Era una limusina negra y con vidrios opacos para que nada se viera por dentro.
El auto comenzó a moverse, miraba atentamente al par frente a mi que se mantenía en silencio sin mirarme.

- ¿Sigues preocupado?- pregunto.

- Esa es una pregunta muy tonta ¿No lo crees?.

- Parece que tienes lengua afilada niño. Pero no importa, viniste.

- Si, ¿Y que con eso?.

- Solo quiero saber si puedes entregarme esa guarda oscura que porta la espada.

- Jamás.

Note que se molestó. Pero no dijo nada.

- Esa guarda es de mi señor - intervino la chica.

- No le pertenece, es de la espada que portó.

- Dejalo así Kanao, no vale la pena pelear - dijo con calma - por ahora.

Lo último lo susurro. Pensó que no lo escuché. Decidí quedarme callado mientras sujetaba fuertemente la espada, esperando que me atacarán en cualquier momento.
Los minutos ahí eran tediosos, quería llegar cuando antes con Touko para llevarla a casa.
Pero poco después me encontré con que llegando a una casa. Los tres bajamos del auto y caminamos al interior de ella.
Me llevaron a lo que parecía ser el segundo piso del lugar; me llevaron hasta lo que aprecia ser una gran habítacion con mubles lujosos y una gran ventana. Todo estaba oscuro hasta que una lámpara se iluminó dejándome ver a una mujer de aspecto pálido y delicado. Al lado de ella estaba Touko sentada a una silla amarrada de las manos y pies.

- ¡Yoshiteru! - exclamo.

- ¡Touko!.

De inmediato fui frenado por la mano de alguien detrás de mi.

- Te cuidado, yo que tú no me acercaría tanto.

- ¡¿Que?!.

- Mira.

El señalo al frente, logrado percibir que la mujer que estaba al lado de mi hermana cortó la palma de sus manos y sujeto la mandíbula de Touko para abrir su boca. Mientras ella forcejeaba la sangre caía en su garganta.

- ¡Suéltala!.

Al soltar su barbilla y tragar por completo la sangre Touko comenzó a convulsionar y moverse de manera aterradora mientras movía la silla con desespero.

- ¡¿Que diablos le hacen?!¡Suéltame Tanjirou!.

Quería apartar a la mujer de su lado pero era sujetado por Tanjirou quede un momento a otro comenzó a adquirir una fuerza descomunal.

- Al parecer tu quería hermana está siendo convertida en demonio. ¿Quien harás, Yoshiteru?.

- ¡Paren!¡¡Touko!!.

Lloraba como nunca, la vida al lado de mi hermana paso frente a mi como una estrella fugaz.
Al imponer fuerza ante el hagarre de el, este me dejó de sujetar y caí al suelo de madera.

- Escúchame Yoshiteru- lo mire con odio.

Quería matarlo, la ira comenzaba a apoderarse de mí pero algo me decía que no lo hiciera. Cómo si mi cuerpo me dijera que lo que estaba frente a mi era más poderoso que otra cosa.

- Tu pequeña hermana y tú son descendientes de las personas que más odio. Son muy parecidos solo que el molesto de Zenitsu poseía el cabello rubio.

- ¿Que diablos dices?.

- Lo que digo es que yo soy el hermano de tu bisabuela.

Me quedé congelado. No supe que decir. Mi cabeza dejo de pensar.

- Eso no puede ser cierto, ella murio hace años.

- Si pero, yo soy inmortal. No sé si alguna vez leíste los libros de tu querída bisabuela. Pues ahí dice que soy su hermano, mi nombre aparece escrito ahí.

- ¿Por qué haces esto?.

- ¿Por qué? - repitió - La cuestión es ¿Por qué no?.

Tengo muchas dudas.

- Tu bisabuela mato a mi familia sin rencor alguno, era muy feliz con las doce lunas demoníacas.

- ¿Las doce lunas? Pero ellos eran demonios  crueles y despiadados.

- Para la perspectiva de mi hermana. Pero viví junto a ellos desde que era bebé. Mi padre el rey de los demonios Muzan, llegó a mi hogar y me llevo con el. Después las doce lunas se volvieron mi familia pero llegó Nezuko y todo se volvió horrible.
Mataron a Rui, un niño demonio que vivía con su familia, a mis queridos hermanos Daki y Gyotaro.
Después mataron a Gyokko y Hantengu. Y por último Nakime, Kaigaku, Akaza, mi maestro Kokushibou y....

En la última palabra freno y con un par de lágrimas en los ojos pronunció.

- Douma y mi padre.

- La segunda Luna superior y el rey de los demonios... Te refieres a ellos.

- Pero no importa ahora, mi padre en su lecho de muere me pidió que viviera como una persona normal. Pero no lo logré, no logré eliminar los recuerdos de mi dolor y ese dolor se volvió venganza.
Hasta que los logre encontrar a ambos, descendientes de mi testaruda hermana pequeña, así que obtendré mi venganza por fin.
Conocerás lo que es perder a alguien querido y que te duela el resto de tu vida.
Para suerte tuya, morirás en algún determinado tiempo. Yo soy inmortal, mi dolor será permanente hasta que este mundo muera.

- Estás loco - pronuncie.