Reunión

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Una profunda oscuridad inundo mi vista, regrese a mi cuerpo. Estaba frente a todos los cazadores, uno de los amigos de la chica estaba peleando conmigo.

De inmediato recordé lo que dijo papá.
Supe lo que tenía que hacer, así que salte para subir a un edificio y perderlos. La luz del sol ya no es problema para mí.

-¡Está escapando!- dijeron todos.

Me fui de aquella ciudad destruida para ocultarme de todos ellos. Debo de seguir viviendo y cumplir mi promesa.

(Narrador)

Tras la destrucción que se llevó por la batalla. Los pilares por fin lograron caer ante el cansancio. Zenitsu y otros kakushis fueron en busca de la pelinegra que fue lanzada por los aires por el chico pelirrojo.

Giyuu siguió de pie a pesar de que su brazo derecho fue cortado por completo. Pero las perdidas fueron aún mayores. Pues...los demás pilares estaban al borde de la muerte.

Obanai y Mitsuri estaban tan heridos que sabían perfectamente que su hora estaba muy cerca.
Sanemi quien había ayudado en la parte de más dificultad estaba siendo atendido. Himejima quien ya se encontraba junto a aquellos niños que había intentado protejer de un despiadado demonio. Los niños se lo llevaron.

Inosuke por otra parte estaba al lado de Sanemi, quien se encontraba escuchando las tonterías de Inosuke al igual que sus protestas que curarán a su amiga.

Shinobu, Muchiro, Himejima, Iguro y Mitsuri habían muerto en batalla, de la manera más honorable posible.
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Todos los heridos fueron trasladados a la finca mariposa, en dónde de inmediato serían tratados por las ayudantes de la difunta pilar.
Después de tanto miedo de perder a alguien, la mayoría salió bien.
Inosuke, Zenitsu, Giyuu, Sanemi, Kanao y Nezuko fueron los que más  heridas tuvieron.

Pasaron cerca de una semana cuando Rengoku, el ex-pilar del fuego visito a todos los que habían ahí.

-¿Cómo te encuentras Nezuko?- pregunto el hombre.

-No lo sé. No siento nada.

-Es mejor que no te muevas, tus heridas apenas se están cerrando.

La joven miro las demás camillas, pero al ver que solo podía divisar con un solo ojo ella pregunto.

-¿Rengoku-san, que tengo en mi ojo?.

El pilar suspiro pesado. Por más que le doliera tenía que decírselo.

-Durante la batalla, la sangre de Muzan...

-Eso lo sé bien.

-Quedaste ciega permanentemente de ese ojo.

-¿Y mi hermano?¿Dónde está?.

-Por lo que dijeron en la sede, escapó. Aún sabiendo que era un demonio, logramos comprobar que su cuerpo es resistente a la luz del sol. Ninguna espada podrá hacerle daño.

-¿Y los demás pilares?.

El dolor que sentía el hombre de cabellos dorados le hizo tragar saliva costosamente.

-Veras...- titubeó -casi todos los pilares murieron en en batalla. Shinobu, Himejima, Misturi, Iguro y ....

Nezuko miro Rengoku, quien bajo la mirada.

-¿Y?- pregunto la pelinegra.

-Muchiro.

Al escuchar eso, ella sintió un dolor en su corazón. En eso comenzó a llorar, el hombre se acercó a ella y la reconfortó. Aunque a él también le dolía que su alumna y sus compañeros hubieran partido ya.

En esa misma finca, Sabito, Makomo y Urokodaki visitaron a Giyuu y a la pelinegra. Pero al escuchar que solo podía entrar una persona a ver decidieron optar por ir con el pilar.

-¡Giyuu!- exclamo Makomo al verlo en una camilla.

Este sonrió al ver a todos frente a el. Makomo lo rodeo con un abrazo. Sabito se sentó cerca suyo y Urokodaki agradeció que estuviera con vida. Durante la charla, Sabito explico el por qué no había estado en la batalla.

-Veras, todos los pilares estaban cerca de la sede cuando Oyakata-sama decidió empezar el ataque contra Muzan. Yo por mi parte estaba en el monte Sagiri con Makomo y el maestro.
Cuando un cuervo fue enviado a decirme el mensaje fue para ir de inmediato. Así que partí, le pedí a Makomo que se quedará con Urokodaki-san.
Tarde mucho en llegar, discúlpame.

El pelicarne se inclino pidiendo una disculpa, pero Giyuu lo entendió. Por suerte el estaba bien y con vida, podría ver de nuevo a su preciado amigo.

-No es necesario que te disculpes, no sabes cuánta alegría me da verlos de nuevo y están bien.

-Escuche que tendremos una reunión en la sede. Al parecer a tratar con lo del hijo de Muzan.

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-Me alegra que estemos reunidos aquí, pero no es para dejar la sede. Lamentablemente aún queda un demonio.

Kiriya Ubuyashiki, el nuevo patrón de la sede. Quien acompaño a los cazadores en el peor de los momentos. Estaba frente a los últimos cuatro pilares que había sobrevivido a la batalla.

-Mi padre siempre quiso la felicidad para ustedes y agradecía que personas tan amables le ayudará en su egoísta promesa. Les debo de agradecer por su arduo esfuerzo.

-¿Kiriya-sama?, denós órdenes sobre nuestro nuevo movimiento- pronunció el pilar del viento.

-Ustedes no. Si no los nuevos cazadores.

-¡¿Que?!- dijeron al unisono.

-Asi como lo escucharon, se que les pido mucho a los cazadores pero tenemos tiempo.
El hijo de Muzan no hará nada en un tiempo, tenemos que fortalecernos todos juntos para acabar con eso. Si podemos volverlo humano podríamos  regresarlo con su hermana.
Debemos de volver más fuertes a los cazadores que en este momento donde bajo rango.

-Espere un momento Oyakata-sama, ¿no cree que es mucho pedir?- intervino Rengoku.

-Soy un egoísta, pero si quieren dejar la espada no habrá ningún problema.

-Hablare con mi tsuguko, estoy seguro que no renunciará- hablo el de cabellos rubios.

-Los demás podrían entrenar a los espadachines. Para que se vuelvan pilares.

-¡Si señor!.

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-¡Estoy agotada!.

-¡No te preocupes joven Kamado, tomaremos un pequeño descanso!.

Ambos nos sentamos en un par de rocas que se encontraban en la finca.

-Pense que no podríamos entrenar hoy. Pero hace un buen día.

-Tienes razón, tus amigos están entrenando con los demás ¿Verdad?- pregunto el hombre.

-Si, es muy gracioso ver a Sanemi-san gritando junto con Inosuke. Desde afuera de la finca se pueden escuchar a esos dos.

-¿Y el niño dorado?.

-El está con Uzui, al parecer nunca lo deja ir por mas que Zenitsu quiera. Y Kanao es alguien asombrosa, se encarga de la finca y Sabito la ayuda a entrenar.

-Ella ha enfrentado muchas penurias, pero sigue en pie. Además que ya está cerca de alcanzar a sus hermanas.

-Bueno, ella quedó ciega por su técnica. No midió el tiempo y sus dos ojos terminaron así.

-Kaburamaru le ayuda mucho, la serpiente siempre quiso a Iguro y a Mitsuri.

-Tiene razón.....¡Bueno, volvamos a entrenar!.

-¡Claro!.

Un nuevo futuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora