Capitulo 14

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A las siete y media de la mañana del lunes estoy en pie. Curro está tranquilo. Le doy su medicación y desayuno. Luego me meto en la ducha. Diez minutos después salgo, me visto y me maquillo.

A las ocho y media entro en la oficina

En el ascensor coincido con Shawn y nos felicitamos por haber ganado la Eurocopa. Estamos emocionados. Bromeamos sobre nuestro fin de semana y, como siempre, terminamos a carcajadas. Subimos a la cafetería y allí gritamos con otros compañeros: «¡No hay dos sin tres!».

Finalmente, nos sentamos a una mesa a desayunar con nuestro café. Diez minutos después, la magdalena se me cae de las manos al ver a Lauren entrar con mi jefa y dos jefes más.

Está impresionante con su traje oscuro y su camisa clara. Por su gesto serio habla de trabajo, pero, cuando llegan a la barra y piden los cafés, me ve. Yo sigo hablando, disfrutando de la compañía de mis compañeros, aunque con el rabillo del ojo veo que ellos se sientan en una mesa alejada de la nuestra. Lauren se sienta en la silla que queda frente a mí. Me mira y entonces yo también la miro. Nuestros ojos se encuentran durante una fracción de segundo y, como era de esperar, mi cuerpo reacciona.

—Vaya. Ya han llegado los jefes —dice Shawn—. Por cierto, me han dicho que el otro día te quedaste con la nueva jefaza atrapada en el ascensor.

—Sí. Con ella y con algunas personas más —respondo con desgana. Pero dispuesta a saber más de la jefaza, le pregunto—: Oye, tú que eras el secretario de su padre, ¿de qué murió?

Shawn mira con curiosidad hacia la mesa del fondo.

—La verdad es que era un hombre extraño y poco hablador. Murió de un ataque al corazón. —Y al ver a mi jefa reír, susurra—: Por lo que veo la nueva jefaza le gusta a nuestra jefa. Sólo hay que ver cómo se ríe y se toca el pelo.

Sin poder evitarlo, miro hacia su mesa y, de nuevo, mis ojos se cruzan con la mirada fría y gélida de Lauren.

—¿El señor Jauregui tenía más hijos?

—Sí. Pero sólo Icewoman vive.

—¡¿Icewoman?!

Shawn se ríe y, acercándose, cuchichea:

—Lauren Jauregui es ¡Icewoman! La mujer de hielo. ¿No has visto la cara de mala leche continua que tiene? —Eso me hace reír y Shawn añade—: Por lo que me ha dicho la jefa, es duro de pelar. Peor que su padre.

No me sorprende lo que me comenta.

Se dice que la cara es el espejo del alma y la cara de Lauren es de tormento continuo. Pero el nombrecito me hace gracia. Aun así, replico:

—¿Por qué dices que ella es la única hija que vive?

—Tenía una hermana, pero murió hace un par de años.

—¿Qué le pasó?

—No sé, Camila El señor Jauregui nunca habló de ello. Sólo sé que murió porque un día me dijo que se tenía que marchar a Alemania al entierro de su hija.

Saber eso me apena. Dos muertes en tan poco espacio de tiempo tienen que ser muy doloroso.

—El señor Jauregui estaba separado de su mujer —continúa Shawn—. Icewoman y él no tenían buena relación; por eso ella nunca venía por España.

Saber aquellos datos de ella me inquieta.

Quiero saber más, así que pregunto:

—¿Y por qué no tenían buena relación?

—No lo sé, preciosa —responde Shawn mientras pone un mechón de pelo tras mi oreja—. El señor Jauregui era bastante hermético con su vida privada. Por cierto, ¿cuándo vas a querer tomar una copa conmigo?

Seré Solo Tu YaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora