Capitulo 36

2.8K 138 1
                                    

Durante seis días, mi mundo es de color de rosa. Vivo en un país multicolor como la abeja Maya y me siento como una princesa, tipiti-tipitesa, rodeada de dos personas que me quieren y me protegen.

Austin continúa con sus llamadas y, en su último mensaje, me indica que sabe que Lauren Jauregui está conmigo en Jerez. Eso me molesta. Enterarme de que Austin sabe sobre la vida de Lauren no es plato de buen gusto, pero decido callarme. Si le explico algo a Lauren, seguro que empeoro la situación.

Ella y mi padre se llevan de maravilla y aunque, al principio, mi padre se enfadó con ella por haber alquilado una villa, al final entiende que somos adultas y necesitamos intimidad.

Los amigos y vecinos de mi padre rápidamente apodan a Lauren como «la Frankfurt», por aquello de ser alemana y eso a ella le hace gracia. El carácter español, especialmente el andaluz, es tan diferente al alemán, que veo la sorpresa continuamente en sus ojos.

Mi padre, día a día, se emociona con Lauren. Noto que le gusta, la respeta y la escucha y eso dice mucho de él. Incluso algunas tardes se van juntos de pesca y regresan encantados y felices. En esos días siempre que puedo me escapo para correr y derrapar un poco con mi moto. Me encanta hacerlo y lo disfruto mogollón.

Una de esas tardes aparece Austin con su moto. Se cruza en mi camino. Ambos nos paramos.

—¿Te has vuelto loca? ¿Qué hace ese tipa aquí?

Molesta por la intromisión, me quito las gafas de protección del casco.

—Te estás pasando. A ti no te importa lo que ella hace aquí.

Austin se baja de la moto y se acerca a mí.

—Por el amor de Dios, Camila, ¿sabe tu padre que ésa es tu jefa?

—No.

—¿Y cuándo se lo vas a decir?

A cada instante que pasa me voy enfadando más.

—Cuando me dé la gana.

Austin se mueve con rapidez, se acerca a mí, me coge del cuello, posa su frente sobre la mía y murmura:

—Camila… yo te quiero.

—Austin no…

Sin separarse de mí, sigue hablando:

—Te quiero sólo para mí, en exclusividad. Esa tipa no te quiere como yo, piénsalo por favor y…

Le doy un empujón y me separo de él.

—Quiero continuar mi camino, Austin. Quítate de en medio, ¿de acuerdo?

—¿Me estás diciendo que prefieres la compañía de esa mujer a la mía? — murmura, sin apartarse un ápice y con actitud intimidatoria—. Esa tipa te está utilizando y, cuando se aburra de ti, te dejará a un lado como ha hecho con cientos de mujeres. Para ella eres una más, mientras para mí eres especial, ¿no lo ves? Te creía más lista, Camila, por el amor de Dios.

No quiero ser cruel como él lo está siendo conmigo. Quiero a Austin. Es un buen amigo. Pero por Lauren siento algo tan fuerte que no lo puedo obviar. Al ver mi silencio, se da la vuelta y se monta en su moto, malhumorado.

—De acuerdo. Estréllate contra la pared tú solita.

Dicho esto se va y me deja desconcertada y con un sabor amargo en la boca.

El séptimo día, mi padre me recuerda el evento de motocross de todos los años en Puerto Real, un pueblo cercano a Jerez. Al recordarlo se me hace cuesta arriba. Ese año prefiero disfrutar de Lauren y de su compañía, pero al ver la ilusión de mi padre y sus amigos por que yo asista y participe, claudico y animo a Lauren a acompañarnos.

Seré Solo Tu YaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora