Segundo Libro Capitulo 15

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Los días pasan y estar junto a Lauren es lo mejor que me ha ocurrido. Me quiere, me mima y está pendiente de todo lo que necesito. Flyn es otro cantar. Rivaliza conmigo en todo, y yo intento hacerle ver que no soy su adversario. Si hago una tortilla de patatas, no le gusta. Si bailo y canto, me mira con desprecio. Si veo algo en la televisión, se queja. Directamente no me soporta y no lo disimula. Eso me pone cada día más frenética.

Hablo con mi familia en Jerez, y todos están bien. Eso me reconforta. Mi hermana me cuenta lo cansadísima que está con el embarazo y la guerra que le da mi sobrina. Yo sonrío. Imagino a Luz histérica en espera de que los Reyes Magos la visiten. ¡Qué linda que es mi Luz!

Una mañana llego a la cocina y pillo a Simona mirando la televisión. Está tan concentrada en lo que ve que no me oye. Cuando estoy ya a su lado, la veo angustiada, asustada.

—¡Dios mío, ¿qué te ocurre?!

La mujer se seca los ojos con una servilleta y mirándome murmura.

—Estoy viendo «Locura esmeralda», señorita.

Sorprendida, miro la tele y veo que se trata de una telenovela. ¿En Alemania ven culebrones mexicanos? Se me escapa una sonrisa, y Simona me imita.

—Creo que a usted también le gustaría, señorita Camila. ¿En España no conocen esta novela?

—No me suena, pero estos culebrones no me van.

—Créame que a mí tampoco, pero en Alemania está causando furor. Todo el mundo ve «Locura esmeralda».

Cuando estoy a punto de reírme, una vez superado el asombro, ella añade:

—Trata sobre la joven Esmeralda Mendoza. Ella es una bella joven que trabaja de sirvienta para los señores Halcones de San Juan. Pero todo se complica cuando regresa de Estados Unidos el hijo pródigo Carlos Alfonso Halcones de San Juan y se encapricha de Esmeralda Mendoza. Pero ella ama en secreto a Luis Alfredo Quiñones, el hijo bastardo del señor Halcones de San Juan, y ¡oh, Dios!, es todo tan difícil...

Boquiabierta y divertida, escucho con atención lo que la mujer me dice. ¡Vaya pedazo de culebrón que me está contando! A mi hermana le encantaría. Al final, sin saber por qué, me siento con ella y, de pronto, estoy sumergida en la historia.

Taylor, la hermana de Lauren, pasa a buscarme el día 2 de enero. Le he comentado que necesito hacer unas compras navideñas y gustosa se ofrece a acompañarme. Lauren, encantada por verme sonreír, me da un beso en los labios cuando me voy.

—Pásalo bien, cariño.

Hace un frío que pela. Estamos a 2 grados bajo cero a las once y media de la mañana. Pero me siento feliz por la compañía de Marta y sus divertidas ocurrencias. Llegamos hasta la plaza central de Múnich, Marienplatz, una plaza majestuosa, rodeada de edificios impresionantes. Aquí hay un enorme y precioso mercadillo callejero donde hago varias compras.

—¿Ves aquel balcón? —Asiento, y Taylor prosigue—: Es el balcón del ayuntamiento y desde ahí todos las tardes tocan música en vivo.

De pronto, un puesto multicolor con infinidad de árboles de Navidad llama mi atención. Los hay rojos, azules, blancos, verdes y de distintos tamaños. En su mayoría están decorados con fotografías, notitas con deseos, macarrones o CD de plásticos. ¡Me encanta! Miro a Taylor y pregunto:

—¿Qué crees que pensará tu hermana si pongo un árbol de éstos en su salón?

Marta enciende un cigarrillo y se ríe.

—Le horrorizará.

—¿Por qué?

Acepto un cigarrillo mientras Taylor mira los coloridos árboles artificiales.

Seré Solo Tu YaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora