Al día siguiente, en el desayuno, no veo a Graciela. ¿Dónde se ha metido?
Me duele el vientre. La puñetera regla me fastidia cuando viene y cuando se va. ¡Es así de graciosa ella! Al oír mi gemido, Lauren frunce el cejo. Sabe que estoy mal y respeta mi silencio. Por su integridad física, ha aprendido a hacerlo.
Somos los primeros en llegar al jet privado y, al subirme al avión, me espachurro en uno de los cómodos sillones y me tomo un calmante. Necesito que se me pase este maldito dolor.
No hablo. Si lo hago, me duele más.
Lauren se sienta a mi lado, me toca la cabeza y dice:
—Odio saber que te duele y no poder hacer nada.
—Más lo odio yo —respondo de lo más borde.
Pobrecita. Me da pena su cara y, acurrucándome contra ella, susurro:
—Tranquila, cariño. Pronto se me pasará y no me dolerá hasta el mes que viene.
Sin más, mi mujer me abraza y, dolorida, caigo en los brazos de Morfeo.
Cuando me despierto, volamos y estoy sola en el asiento. Lauren está sentada con Dexter y Wilmer, pero en cuanto me muevo, ya está a mi lado.
—Hola, pequeña. ¿Cómo estás?
Parpadeo y me doy cuenta de que mi dolor ha desaparecido.
—En este instante perfecta. No me duele.
Ambas sonreímos y ella añade:
—Vaya sueñecito que te has pegado.
—¿He dormido mucho?
Divertida, me pasa la mano por el pelo y, besándome la frente, contesta:
—Tres horas.
—¡¿Tres horas?!
—Sí, cariño —ríe mi chica.
Sorprendida por la siesta, voy a decir algo cuando pregunta:
—¿Quieres comer?
Asiento. He dormido como un oso polar y tengo hambre.
En ese momento, se abre la puerta del baño y sale Graciela. Al verme, se le iluminan los ojos y rápidamente se sienta a mi lado. Lauren dice:
—Le diré a la azafata que os traiga algo de comer a las dos.
Asentimos y, cuando nos quedamos solas, ella murmura con disimulo:
—Dexter me ha preguntado dónde estuve anoche.
—¿Y qué le has dicho?
—Que cenando con un amigo.
Al recordar su cita morbosa, pregunto:
—¿Fue bien tu encuentro con la parejita con la que quedaste?
Graciela sonríe, asiente y responde en voz baja:
—Se asombraron al ver mi nuevo aspecto y lo pasamos muy bien.
Sin poder evitarlo, soltamos una carcajada que hace que los chicos nos miren. Lauren sonríe, pero Dexter está serio y, cuando dejan de mirarnos, murmuro:
—Guauuu... creo que alguien está molesto.
Ella asiente y, apretándose más en el sillón, cuchichea:
—Dexter quería saber el nombre de mi amigo y al no decírselo se enojó como un burrote.
Eso me hace sonreír y, mirándola, digo:
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Seré Solo Tu Ya
FanfictionLauren Jauregui es una empresaria que viaja a España por cuestiones de trabajo. Ahí conoce a Camila, al poco tiempo siente una enorme atracción por ella, y ella no se resiste. Las dos empiezan a tomar parte de una relación extremadamente apasionada...