Capitulo 56

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La madre de Lauren resulta ser una señora chispeante y encantadora.

Durante la cena, ríe y bromea continuamente y me hace sentir como si nos conociéramos de toda la vida. Me cuenta anécdotas de Lauren cuando era pequeña y ella, horrorizada, la reprende pero sonríe. Me encanta ver cómo observa a su madre. Se nota que la quiere mucho y eso me hace inmensamente feliz.

El móvil de Lauren suena y ésta se levanta para atender la llamada. En ese momento, Clara me mira y dice:

—Gracias.

—¿Por qué? —pregunto, sorprendida.

—Por hacer a mi hija sonreír. Llevaba años sin verla tan feliz y eso, a mí, que soy su madre, me llena el corazón de felicidad. Veo cómo te mira, cómo lo miras tú a ella y me dan ganas de saltar de la silla y gritar como una posesa «¡Por fin! ¡Por fin mi hija se deja querer!».

Emocionada y divertida sonrío y me acerco a ella.

—Ha sido un hueso duro de roer. ¡Te lo aseguro!

—¿En serio?

—Sí

—¿Mi Lauren un hueso duro?

—Sí… tu Lauren.

Clara suelta una carcajada ante mis palabras.

—¡Ay, Camz…! Lo que no sé es cómo una chica tan simpática como tú lo aguanta. Lauren tiene un humor de mil demonios. Bueno… me imagino que de eso ya te habrás dado cuenta tú. Cuando se le mete algo en la cabeza, no para hasta conseguirlo.

—En eso… te aseguro que ha ido a dar con la horma de su zapato. —Río, divertida.

Miro hacia Lauren y veo que nos observa desde el fondo del restaurante y suspiro al recorrer con mis ojos su cuerpo. Está guapísima con los pantalones oscuros y la camisa azul. Desde donde está me guiña el ojo y yo me siento estremecer. La deseo con toda mi alma.

—Camz, ¿puedo hacerte una pregunta?

—Claro, Clara.

La mujer mira rápidamente a su hija y pregunta:

—¿Qué sabes de Lauren?

Entiendo por dónde va y respondo:

—Sí te refieres a Flyn, a Ale y a su enfermedad, lo sé todo. Me lo explicó y la sigo queriendo.

Clara me agarra de la mano y siento que hace unos esfuerzos inmensos por no llorar. Veo la emoción en sus ojos pero se contiene. Asiente con la cabeza y bebe un poco de vino.

—Lauren merece a alguien como tú. Una persona que la quiera y la comprenda.

—Es fácil quererla. Sólo tiene que dejarse. —Sonrío.

La mujer me hace un gesto de comprensión con la cabeza y se acerca más a mí.

—La maldita Ale la hizo sufrir mucho. Lauren la pasó muy mal y pensé que nunca la volvería a ver sonreír por una mujer. Pero tú… tú eres su novia y yo, estoy tan feliz de verlo feliz, que me pasaría toda la noche dándote las gracias por quererla.

Sonrío. Bebo un poco de vino y Clara dice:

—Cada vez que recuerdo su agonía, me vuelvo loca. Descubrir al sinvergüenza de su padre y a su novia en la cama ese horroroso día fue terrible… terrible.

—Tranquila, Clara…, tranquila — murmuro tocándole la mano al ver su emoción.

De pronto, reconozco a la mujer con la que Lauren habla. Es la rubia que vi días antes en la oficina y con la que se marchó. Clara mira también hacia donde yo estoy mirando.

Seré Solo Tu YaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora