Es día 5 y hoy toca cena de Reyes en la casa de la madre de Lauren. Durante estos días he visto que mi alemana trabaja desde casa, pero no habla de ir a la oficina. Quiero conocerla, pero prefiero que sea ella quien me proponga ir.
Flyn sigue sin darme tregua. Todo lo que hago le molesta, y eso ocasiona que Lauren y yo tengamos algún que otro roce. Eso sí, reconozco que es Lauren quien da siempre su brazo a torcer para que la discusión no vaya a más. Sabe que el niño no lo está haciendo bien, e intenta entenderme.
Mi relación con Susto progresa muy adecuadamente. Ya no huye cuando me ve. Nos hemos hecho amigos. Se ha dado cuenta de que soy de fiar y deja que lo toque. Tiene una tos perruna que no me gusta y le he confeccionado una bufanda para el cuello. ¡Qué guapo está!
Susto es una maravilla. Tiene una cara de bueno que no puede con ella, y cada vez que salgo sin que Lauren se dé cuenta a rehacerle la caseta y llevarle comida, el pobre me lo agradece como mejor sabe: con lametazos, movidas de rabito y piruetas.
Por la noche, cuando llegamos a la casa de Clara, Taylor, la hermana de Lauren, nos recibe con una estupenda sonrisa.
—¡Qué bien!, ¡ya estáis aquí!
Lauren tuerce el gesto. Este tipo de fiestecitas que organiza su madre no le van, pero sabe que no debe faltar. Lo hace por Flyn, no por ella. Lauren me presenta al resto de las personas que hay en el salón como su novia. Veo el orgullo en su mirada y en cómo me agarra con posesión.
Minutos después, comienza a hablar con varios hombres sobre negocios y decido buscar a Marta. Pero al separarme de ella, un joven me saluda.
—¡Hola!, soy Jurgen. Eres Camila, ¿verdad? —Asiento, y él dice—: Soy el primo de Lauren. —Y cuchicheando, añade—: El que hace motocross.
La cara se me ilumina y, encantada, comienzo a hablar con él. Menciona varios sitios donde la gente se reúne para practicar este deporte, y yo prometo ir. Me anima a utilizar la moto de Cristina. Clara le ha comentado que yo practico motocross y está entusiasmado. Con el rabillo del ojo observo que Lauren me mira y, por su cara, debe de imaginar sobre lo que hablamos. En dos segundos, ya está a mi lado.
—Jurgen, ¡cuánto tiempo sin verte! —saluda Lauren mientras me vuelve a agarrar por la cintura.
El primo sonríe.
—¿Será porque tú no te dejas ver mucho?
Lauren cabecea.
—He estado muy ocupada.
Jurgen no vuelve a mencionar el tema motocross y casi de inmediato ambos se sumergen en una aburrida conversación. De nuevo, decido buscar a Taylor. La encuentro fumando en la cocina.
Cuando me acerco a ella, me ofrece un cigarrillo. No suelo fumar, pero con ella siempre me apetece, y cojo uno.
Así, vestidas con glamour, las dos fumamos mientras charlamos de nuestras cosas.
—¿Qué tal con Flyn?
—¡Uf!, me tiene declarada la guerra —me mofo, divertida.
Taylor asiente y, acercando su cabeza a la mía, cuchichea:
—Si te sirve de consuelo, nos la tiene declarada a todas las mujeres.
—Pero ¿por qué?
La joven sonríe.
—Según el psicólogo, se debe a la pérdida de su madre. Flyn piensa que las mujeres somos personas circunstanciales que vamos y venimos en su vida. Por eso intenta no demostrar su afecto hacia nosotras. Con mamá y conmigo se comporta igual. Nunca nos demuestra su afecto y, si puede, nos rechaza. Pero bueno, nosotras ya nos hemos acostumbrado a ello. Al único que quiere por encima de todos es a Lauren. Por ella siente un amor especial; en ocasiones, para mi gusto, enfermizo.
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Seré Solo Tu Ya
FanfictionLauren Jauregui es una empresaria que viaja a España por cuestiones de trabajo. Ahí conoce a Camila, al poco tiempo siente una enorme atracción por ella, y ella no se resiste. Las dos empiezan a tomar parte de una relación extremadamente apasionada...