Capitulo 63

3.5K 127 5
                                    

A primeros de diciembre, la madre de Lauren aparece por Madrid para ver con sus propios ojos qué tal está su hija. El pequeño Flyn, según me dijo, iba a venir con ella, pero, al final, una de sus trastadas se lo impidió y lo dejó en Alemania con la tata. Su felicidad al ver tan feliz a Lauren es plena y más cuando habla de nuestro próximo traslado a Alemania.

Clara se emociona. Saber que su hija regresa a su hogar la llena de alegría y yo lo veo en su mirada.

Aquella noche, cuando llego al restaurante y veo a mi padre y a mi hermana con mi cuñado Liam esperándonos, salto de felicidad. Lauren lo ha organizado todo sin decirme nada. Desea que nuestras familias se conozcan y que lo nuestro sea totalmente oficial. Esa sorpresa me gusta y más cuando mi padre me da un beso y me murmura:

—Tú vales mucho, morenita, y ella lo sabe.

La felicidad que siento al escuchar a mi padre y ver su cara de orgullo es indescriptible. Él quiere lo mejor para mí y sabe que Lauren es mi felicidad. A la cena se suman Zayn y Dinah y, cuando creo que ya no va a llegar nadie más, aparece Taylor con un amigo.

Todos brindan por nosotros, mientras Lauren y yo nos miramos embobadas. Apenas puedo creer que todo esto me esté pasando a mí. He encontrado el amor cuando menos lo buscaba y con la persona que menos esperaba. Lauren es mi mundo y mi vida y nada, absolutamente nada, puede empañar mi felicidad y mi alegría.

Mi maravillosa novia está guapísima con su traje oscuro y su camisa azul. Es tan elegante vistiendo que a veces temo no estar a su altura. Su mirada me tiene loca. Se lo que piensa. Lo que desea y acercándome a ella murmuro:

—Estoy deseando llegar al hotel.

—Mmmm, te estás volviendo una depravada, cariño —cuchichea, mientras me besa el hombro.

Sonrío, mientras todos cenan tranquilamente a nuestro alrededor.

—Tan depravada como tú. No hago más que pensar en…

—¿Sexo?

Asiento y ella sonríe.

—¿Qué te parece si esta noche jugamos?

Clava sus impresionantes ojos claros en mí.

—¿Quieres que juguemos esta noche?

Abro los ojos y sonrío.

—Sí.

Lauren se mete un trozo de carne en la boca y, tras masticarla, me pregunta al oído:

—¿Algún juego en especial?

Me rasco la mejilla y me encojo de hombros.

—Algo que sea para las dos.

Lauren asiente.

—De acuerdo. Haré una llamada.

Saber eso me altera y, debe de ser tan escandalosa la cara que tengo, que murmura entre risas.

—Cambia ese gesto, viciosilla.

Ambas sonreímos y ya no puedo dejar de pensar en qué nos esperará en el hotel.

Cuando la cena se acaba, mi hermana y mi cuñado se llevan a mi padre a su casa y Clara regresa al hotel. Dinah y Zayn se marchan a su casa, el pequeño Glen tiene un poco de fiebre y ella está preocupada. Yo le pido a Lauren regresar al hotel pero ella, divertida, me anima a ir a tomar una copa con su hermana y su amigo. Acepto a regañadientes. Pero para incitarla no paro de susurrarle al oído que estoy lista para lo que ella quiera. Y consigo mi propósito. Lo veo en su mirada, pero decide hacerme sufrir un ratito más.

Seré Solo Tu YaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora