One-Shots 2 (Teen Wolf)

11. Deurrish

El coche se detuvo lentamente en medio de una especie de zona natural, Jordan no tenía ni idea de donde le había llevado, pero le había prometido que le contaran todo lo que debía saber de ser un Hellhound. Vio al conductor bajar y lo copió empezando a sentirse incómodo por la chaqueta que llevaba. Sabía que estaba en México, pero no sabía en qué parte estaban. El agente de policía se apoyó en el coche buscando un poco de sombra que sofocara la sensación de calor.

- ¿Qué hacemos aquí Deucalion?- El lobo sonrió antes de hacer un gesto con la mano consiguiendo que su dos betas desapareciera dejándolos solos. El lobo lo miró fijamente antes de apoyar su mano en el pecho del agente y desplazarla hacia arriba de forma lenta. El lobo le quitó la chaqueta escuchando el jadeo del Hellhound.

- Tenemos que andar un poco, tendrás calor con esa chaqueta.- Susurró antes de separarse del cuerpo que había comenzado a irradiar calor y a oler picante. Deucalion comenzó a caminar siendo seguido por el agente de policía.- Si quieres saber tu naturaleza tendrás que venir al inicio de todo.- Dijo el lobo consiguiendo que Jordan frunciera el ceño confundido.

Había discutido con ambos Stilinski antes de seguir al lobo loco a esa expedición, tanto Stiles como Noah insistían en lo peligroso y idiota que era seguir a Deucalion tan lejos. Pero había algo en como le hacía sentir el lobo que lo atraía más que cualquier cosa. Jordan frunció el ceño deteniéndose delante de unas ruinas. Deucalion se rio entrando por una de las grietas  dejando a Jordan solo fuera. Este entró, no muy confiado, pero dentro de sus posibilidades seguir a Deucalion era la mejor.

- Estamos en La quemada.- Dijo Deucalion al sentir los pasos de Jordan detrás de él.- La historia cuenta que los primeros perros del infierno fueron hallados aquí por los conquistadores españoles que llegaron a esta zona, ellos al descubrir los poderes que estos poseían y los sometieron para usarlos como armas para ir conquistando territorios. Los Hellhounds sirvieron a estos por generaciones, solo cuando uno de ellos se reveló todo cambio.- Dijo Deucalion deteniéndose en una de las partes exteriores, Jordan lo miraba sorprendido deteniéndose a su lado.- Para liberarse de esa situación el Hellhound sacrificó a uno de sus hijos, pidiéndoles a su creador que los liberara.- Dijo Deucalion antes de sonreír con una mueca tensa.- Eso no paso, capturaron al Hellhound y lo mataron sin miramientos, pero ese acto fue el que dio pie a la liberación de tu raza.- Dijo Deucalion sonriendo antes de coger la mano de Jordan y caminar hacia una de las paredes de esa sala. Deucalion apoyó la mano del Hellhound en la pared y esta crujió antes de que una puerta se abriera, ambos bajaron y Jordan se sorprendió al ver un pequeño poblado bajo tierra, jadeó sintiendo el rastro de las almas que ahí descansaban.- Los Hellhounds que se quisieron liberar de la esclavitud se escondieron en la que había sido su hogar y del cual habían sido echados. Se escondieron durante muchos años, manteniéndose ocultos de cualquier humano.- Susurró Deucalion antes de que un escalofrío recorriera su espalda.

- ¿Qué pasó después?- El lobo lo miró a los ojos de Jordan antes de llevar su mano a la mejilla de este y acariciarla con gran admiración.

- La última generación de Hellhounds que nacieron en este pueblo fue toda de hombres, conforme estos iban creciendo se dieron cuenta de que si seguían aquí encerados su raza acabaría, así que se dividieron en dos grupos y se fueron de aquí, el primer grupo fue al norte y el segundo al sud.- Dijo Deucalion acercándose un poco más al policía.- A partir de ese momento los Hellhound se relacionaron con lobos y humanos, aunque nunca estuvieron a salvo del todo.- Dijo Deucalion bajando la mirada a los labios del Hellhound. Jordan tragó mirando los de Deucalion, sintiendo la cercanía del cuerpo del lobo contra el suyo.

- ¿Cómo sabes esto? Stiles no fue capaz de encontrar ninguna información.- Deucalion humedeció sus labios bajando la mano al cuello de Jordan.

- Mi familia fue una de las que quedó enlazadas con los Hellhound.- Susurró Deucalion antes de besar los labios de Jordan, este gimió cerrando los ojos al sentir sus sentidos sobrepasados, no solo por el beso y el olor de Deucalion, sino porque estaba sintiendo el aura de las almas más fuerte que antes.- Nací escuchando estas historias de mis abuelos.- Susurró Deucalion separándose unos centímetros de los labios de Jordan.- Cuando supe que existías me di cuenta de que debía ir a por ti.- Susurró el lobo antes de besarlo de nuevo. Jordan se acercó más al lobo enredando su mano en el pelo del lobo para evitar que este se separara de nuevo.

Jordan notó como el aura de las almas aumentaba activando su hellhound, Deucalion gimió poniendo sus ojos de lobo antes de que estos adquirieron un tono anaranjado. El policía se separó jadeando mientras lo miraba confundido, no sentía a Deucalion como lobo, sino como un igual.

- Soy un mestizo, mis padres lo eran, soy mitad Hellhound.- Jordan gruñó totalmente excitado empujando a Deucalion contra una de las paredes y volviendo a besarlo, el lobo sonrió mientras seguía el beso de Jordan, este cada vez se volvió más demandante.- Aunque me encantaría follarte aquí, no es un buen lugar.- Dijo Deucalion separándose del policía y tirando de él hacia fuera. Jordan se dejó guiar fuera de las ruinas viendo a gente con uniforme pasar por los alrededores.- Es una zona turística de aquí ¿Se me ha olvidado comentarlo?- Preguntó Deucalion con una sonrisa ladeada, Jordan lo miró enfadado negando mientras se dejaba arrastrar fuera de ahí.

Deucalion no soltó la mano de este en todo el camino hacia el coche, disfrutando de la cercanía del Hellhound y de saber que este no le rechazaba. Al llegar se encontró con sus dos nuevos betas esperándolos, estos les abrieron la puerta para ellos antes de entrar en la parte del piloto y copiloto. Deucalion se quedó atrás con Jordan, este estaba apoyándose en su pecho mientras temblaba por la exposición a tantas almas.

- Llevadnos de vuelta a Beacon Hills.- Ordenó Deucalion acariciando el brazo de Jordan para calmar un poco sus temblores.

Deucalion tenía claro que esa manada de cachorros no iban a separarle de su perro del infierno. Y haría lo que hiciera falta para quedarse con él.