One-Shots 2 (Teen Wolf)

136. Sterek

Stiles no había dejado de leer informes policiales, aunque su turno hubiera acabado hacía tres horas y estuviera sentado en su sofá. Unos pasos rápidos le sacaron una sonrisa, pero no fueron distracción necesaria para apartar sus ojos de la foto del cadáver de mujer.

- ¿Quién es Derek?- Stiles levantó la mirada mirando al niño de diez años sorprendido, hacía mucho tiempo que no oía ese nombre, aunque en su mente apareciera a menudo. Este al ver cómo su padre no contestaba resopló cruzando los brazos en su pecho.- ¿Derek, papá, quién es?- volvió a preguntar, Stiles resopló cerrando el expediente y dejándolo en la mesita de centro.

- ¿Quién te ha dicho ese nombre?- Preguntó ligeramente incómodo, el niño se sentó en el reposabrazos del sofá haciendo una mueca.

- Nadie, pero los tíos hablan de él, y cuando apareces se callan.- Dijo haciendo que Stiles tragara nervioso.

No sabía qué podía haber pasado para que el lobo estuviera en boca de todos, pero le aterrorizaba la posibilidad de que se hubiera vuelto.

- Pues Derek es ...- Se quedó callado notando como una sonrisa aparecía en su cara, una llena de tristeza. Levantó su mirada encontrándose con la de su mujer, está lo miraba sería, sabía que a Lydia no le gustaba escuchar ese nombre.- Es un miembro de la manada de tío Scott.- Dijo simplemente, ignorando todo el sentimiento que esas palabras ocultaban.

Por qué no era únicamente eso, detrás de ese nombre había una historia, con un final amargo y un desenlace del mismo sabor. Derek había sido el punto final de una etapa, empezando otra que no había planeado, que le encantaba lo que le había traído, pero no quería vivir.

- Kyle ves a tu habitación, tienes allí la mochila.- El niño resopló aceptando la mano de su padre revolviéndose el pelo. Lydia esperó a que este se hubiera ido para acercarse unos pasos, con la mueca muy seria.- Deberías olvidarlo y superarlo.- Dijo esta sería ganándose una mirada molesta de Stiles que volvió a los papeles.- Te he dicho que no traigas eso a casa, no con Kyle aquí.- Se quejó sujetando la puerta antes de salir del salón.- Y firma los putos papeles del divorcio, así acabaremos con esta tensión.- se quejó saliendo y dando un portazo, mucho más suave de lo que sabía que quería dar.

Se dejó caer en el sofá y negó agotado, cada vez esas situaciones le superan más. Y aunque sabía que era tan fácil como firmar esos papeles, no tenía la fuerza para hacerlo. Se había acostumbrado a esa vida, aunque nunca la quiso. Iba a trabajar de turno de noche, volvía y su hijo lo esperaba para hablar con él antes de irse a la escuela. Tenía una convivencia tensa con su mujer, y cuando Kyle volvía, jugaban un rato o leían juntos antes de ponerse el uniforme e irse de nuevo a comisaria. Era una rutina a la cual le estaba costando deshacerse. Aunque ya tenía un contrato firmado para un piso de alquiler a dos calles del colegio, con tres habitaciones, una reservada para su hijo. El ruido de su teléfono hizo que se enderezará y lo rescatará debajo de un par de carpetas. Era un mensaje de su abogada le avisaba que podía mudarse mañana si quería y que el tiempo que el abogado de Lydia, es decir Jackson, les había dado para firmar se estaba acabando. La puerta se abrió y Kyle entró con la mochila colgando en su hombro.

- Me voy ya papá ¿Cenaremos juntos?- Preguntó acercándose para abrazarlo, este se lo devolvió cerrando los ojos.

- Si cariño, hoy no trabajo, tenemos que hablar algo contigo.- El niño lo miró inseguro antes de asentir e irse dónde algún miembro de la manada lo esperaba para llevarlo a la escuela.

- ¿Se lo diremos hoy?- Preguntó Lydia entrando mientras se ponía unos pendientes, Stiles se levantó y agarró con suavidad el collar que llevaba en su mano. Esperó a que esta se apartara el pelo para ponérselo.