Una única bombilla era lo que iluminaba la habitación. Liam había encontrado ese anuncio en una página web que te aseguraba que ganarías dinero fácil y rápido. Cuando había llegado a la dirección le había dado un poco de miedo, pero aun así entró y se sentó en la silla que le indicaron. No esperaba que los otros asientos fueran llenados por personas que le duplica o triplicaba la edad. Contándose con él eran seis en la mesa más el crupier, que los miraba a todos divertidos. Liam tragó saliva nervioso al recibir miradas feroces y divertidas de los demás jugadores. Y entendía que debía verse ridículo que un chaval de veintidós años estuviera metido en una timba de póker ilegal.
Liam recibió tres montones con diez fichas de color negro, cosa que hizo que casi todas las miradas se endureciera en su dirección, todas menos una que lo miraba con hambre. Liam recibió sus cartas, viendo la buena mano que tenía. Esperó que el crupier pusiera las cartas en la mano y pasó la lengua por su labio al ver una jugada que le daría la victoria de esa ronda. Quince minutos más tarde estaba recibiendo fichas púrpuras y amarillas, que le incitaron abandonar. Pero estaba decidido a conseguir más dinero del que necesitaba para pagarse la casa y el tratamiento médico y las deudas estudiantiles que tenía pendientes. Liam a cada partida que ganaba se sentía más asustado, las miradas sociales y de odio que iba consiguiendo prometía más que una simple paliza.
Movió su pierna nervioso viendo la posibilidad de ganar de nuevo, sabiendo que eso sería beneficioso para él a la vez que nefasto. Puso sus cartas contra la mesa antes de observar las caras de los demás, podía identificar tres faroles, una posibilidad de ganador y una persona que debía tener la peor mano del mundo porque su cara era muy triste. Golpeó la mesa con las uñas viendo las fichas marrones en el bote. Con esa partida se podría retirar teniendo el dinero que había venido a buscar. Carraspeó incómodo antes de subir la puesta con dos de las fichas púrpuras que tenía.
El hombre que no había apartado la mirada de él en toda la partida, ahora tenía una mirada hambrienta, una que prometía diversión. Liam intentó no distraerse, no podía perder su racha, no cuando el hombre que parecía un lobo hambriento era su único contrincante real. Ese hombre tiró cuatro fichas marrones antes de sonreírle guiñándole el ojo. Liam se vio obligado a igualar la apuesta antes de enseñar sus cartas. Dejó salir un jadeo al ver que el otro hombre también tenía un farol, ya que no tenía ni una pareja, mientras que él llevaba escalera de color. Liam recibió sus ganancias antes de sonreírle a la mesa y llamar al de seguridad para dejar la partida.
Cuando llegó a la puerta un hombre vestido con un traje le dio dos maletines, que sospechaba que estaban llenos de dinero. Les sonrió antes de salir y subirse a su coche respirando aliviado y poniendo los seguros. Liam tapó su cara antes de reírse sacando toda la adrenalina de su cuerpo. Jamás se imaginó haciendo algo como eso, pero, sin embargo, había ganado más de ciento cincuenta mil dólares. Liam sacó su teléfono marcando a su mejor amigo mientras buscaba las llaves del coche, que con la emoción las había tirado y no sabían donde habían caído.
- Liam es tarde.- Se quejó su mejor amigo mientras este ponía el altavoz y rebuscaba debajo del asiento.- ¿Cachorro está todo bien?- Preguntó este preocupado al no escuchar respuesta, sin embargo, si mucho traqueteo.
- Mhn sí, está todo bien.- Dijo Liam antes de gritar emocionado al encontrarlas debajo del asiento del copiloto.- Tengo el dinero, para tus facturas médicas y mis deudas estudiantiles.- Dijo antes de escuchar un grito emocionado del otro.- Stiles te vas a poder tratar.- Dijo Liam dejándose caer en el asiento totalmente feliz.- Y con lo que nos sobre podríamos comprarnos una casa.- Dijo Liam mirando el móvil, deseando estar en ese momento junto al chico.
- ¿Qué has hecho?- Liam se removió incómodo antes de encender el motor.- ¿Liam?- Preguntó confundido Stiles mientras el más joven mordía su labio.
- No quieres saberlo.- Dijo quitándole importancia, Liam no pudo ver a Stiles, pero supo que este estaba con el ceño fruncido y una mueca de madre preocupada. Unos golpecitos en su cristal le hizo mirar ahí sorprendiéndose al ver al hombre que no había apartado la mirada de él en toda la noche.- Te tengo que dejar, ahora nos vemos.- Dijo Liam colgando y abriendo la ventana apenas unos centímetros.
A través de la rendija escuchó la risa del hombre mientras este se agachaba y quedaba cara a cara con el chico más joven. Liam tragó intentando no quedar hipnotizado por el azul tan atrapante que ese hombre tenía en sus ojos.
- Podrías abrir más, no te voy a comer.- Liam sonrió incómodo mientras se ponía el cinturón apartando la mirada del hombre.- Te he pillado contando las cartas.- Liam se congeló mirando al frente.- Eres bueno, has desplomado a esos viejos perifollados.- Dijo divertido el hombre ganándose la mirada de Liam.
- ¿Te has dado cuenta y aun así has apostado veinte mil dólares cuando ni siquiera tenías una pareja?- El hombre hizo una mueca coqueta antes de morderse el labio con suavidad.
- Un chico de tu edad solo entra aquí por necesidad, no se para qué lo quieres, pero espero que sea suficiente.- Liam se sorprendió antes de que el hombre se separara un poco del cristal y le diera un suave saludo.- Peter Hale a tu servicio, pequeño estafador.- Dijo el hombre antes de darse la vuelta para caminar lejos del coche. Liam al reconocer el nombre sacó las llaves del contacto y salió dando un portazo consiguiendo que Peter se detuviera ocultando su sonrisa.
- Usted es el Peter Hale que lleva saliendo tres meses en la tele por los contratos millonarios entre su empresa y Apple.- El hombre miró por encima de su hombro antes de guiñar un ojo y acercarse de nuevo. Sacó una tarjeta de su bolsillo y la dejó en la boca entreabierta del chico, aprovechando para acariciar el labio de este con suavidad.
- El mismo.- Susurró acercándose al oído del chico.- Llámame cuando quieras Liam.- Dijo antes de separarse y ver la mirada sorprendida de este. Peter se rio antes de negar con suavidad y caminar hasta su coche.
Liam cogió la tarjeta de su boca antes de entrar al coche aún conmocionado por lo que acababa de pasar. Si lo había entendido bien, el mismísimo Peter Hale se le había insinuado, tenía el puto número de Peter Hale entre sus dedos. Liam gritó emocionado antes de arrancar y conducir hasta el apartamento que compartía con Stiles. Aun en su nube de felicidad y éxtasis subió con las dos maletas a su piso, encontrándose con la mirada enfadada de Stiles que se apoyaba a su porta suero. A Liam se le bajó toda la emoción dejando caer los maletines, sabía que ahora venía un regaño de Mamá Stiles. Pero no le molestaba, porque podría tratar la neumonía de su mejor amigo y tenía a uno de los hombres más ricos de EEUU detrás de su trasero. No podía pedir más.
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One-Shots 2 (Teen Wolf)
FanfictionAquí veréis pequeños relatos de nuestras parejas chicoxchico de Teen Wolf. Historia totalmente mía, no se permite ningún tipo de copias. Personajes de Jeff Davis Registrado en Safe Creative