One-Shots 2 (Teen Wolf)

40. Stisaac (1/2)

Stiles tenía las órdenes claras, sus padres le habían mandado por primera vez a una cacería a él solo. Respiró hondo apuntando con la ballesta hacia el sitio donde la chica pelirroja parecía estar discutiendo con otra morena. La otra también llevaba una ballesta como él, cosa que le parecía raro, pero aun así su pulso no tembló. Debía matar a toda la manada de California antes de volver a Kansas. Apretó el gatillo disfrutando del suave silbido que este provocó, miró fijamente su objetivo, quedándose helado al ver como un chico de rizos detenía la flecha a centímetros del ojo de la chica.

Stiles hizo una mueca molesto y salió de allí en silencio volviendo al motel en él que se estaba quedando. Los lobos ya estaban alertados de que estaba allí, eso lo complicaba el trabajo, más no impediría que lo hiciera. Tenía que enorgullecer a sus padres, no podía fallar el pedido que estos le habían delegado a él. Se dejó caer en la cama, tapando sus ojos gruñendo, lleno de odio, lanzando uno de los cojines contra la pared.

Se levantó decidido a despejar su cabeza, aprovecharía que la manada solo sabía que estaba por ahí para salir de fiesta. Una noche de diversión le ayudará a centrarse para el trabajo que tenía. Aunque no haría su función de cazador, esa noche llevaba una pulsera de acónito y plata, nunca se sabía. Así que también buscó su brazalete con hoja oculta, esa arma le había salvado de muchas. Con todo claro, en su cabeza se fue a dormir un rato para tener energía en la noche.

*

Stiles había entrado sin problemas en la discoteca, siempre había disfrutado de un aura atrayente que le facilitaba esas cosas. Conseguir tragos tampoco le fue difícil, los hombres y mujeres de la barra le habían invitado a unos cuantos. Stiles miró su teléfono, obviando el mensaje de su padre y centrándose en el de su tío Sam. Sonrió con suavidad viendo los consejos de este. Stiles suspiró aceptando el vaso del camarero que señalaba al otro lado de la barra dónde un hombre con barba canosa le sonreía. Stiles le devolvió una sonrisa incómoda antes de beber el vaso apartando la mirada. Cada vez flipaba más con la gente que lo rodeaba. Stiles dejó el vaso y fue a la pista de baile, quería alejarse lo máximo posible del baboso.

Stiles aprovechó un espacio entre el gentío para poder bailar tranquilamente, hacía mucho tiempo que no salía. Solamente podía hacerlo cuando dormía con su tío Sam, ya que sus padres eran demasiados estrictos con él. Por otra parte, Sam lo consentía en todo lo que quería y más.

El cazador se rio mientras bailaba, sentía manos y cuerpos en su cintura y espalda, pero no les dio la más mínima importancia. Él sabía hasta que límite aguantaría, y era más que capaz de defenderse solo. Un cuerpo, especialmente caliente, se pegó a él consiguiendo que se girara levemente, quedando sorprendido de que el lobo de rizos estuviera bailando a su espalda. Stiles se giró y rodeó el cuello de este sonriendo, pegó su pulsera de acónito y plata a la nuca del lobo, notando como eso provocó que el lobo se separará mirándolo con el ceño fruncido.

Stiles también hizo una mueca de confusión, no quería que este le descubriera tan pronto. El lobo le dio una mirada antes de irse hacia fuera, Stiles lo siguió mientras se aseguraba que su cuchilla estuviera bien. Al salir se encontró al lobo hablando por teléfono, lo vio colgar mientras lo miraba confundido.

- Oye amigo, te has ido sin bailar conmigo.- Dijo Stiles cruzando los brazos en su pecho mientras hacía una mueca incómoda.- ¿No quieres volver a entrar?- Preguntó Stiles apoyándose en la pared.

- No, gracias.- Dijo el lobo incómodo, Stiles hizo una mueca triste acercándose a él, luciendo inocente para no levantar ningún tipo de sospechas.

- Pues es una lástima, eres el único del local que merece la pena.- Dijo apoyando su mano en el pecho de este, el de rizos lo miró antes de gruñir y apartar la mirada del chico.- Pues deberé entrar de nuevo.- Suspiró desanimado Stiles separándose del lobo.