One-Shots 2 (Teen Wolf)

112. Sterek

Dedicarse a la delincuencia no había sido el plan principal de Derek, siempre había querido ser abogado o arquitecto. Pero cuando empezó a estudiar se dio cuenta de que eso no iba a ser lo suyo. En cambio, durante esos años aprendió mucho de otro tema, como por ejemplo hurtar y robar. No estaba orgulloso, se había juntado con la peor calaña, pero había descubierto algo que realmente se le daba bien. Por eso cuando uno de esos amigos le comentó sobre un golpe importante y la necesidad de un miembro más, no dudó en aceptar. Así podría irse lejos y empezar de nuevo en otro lado.

Así que Boyd lo citó en un almacén. Bajó del coche y entró ahí, recibió tres miradas inseguras, él se puso serio acercándose a Boyd y saludándolo. El primero en acercarse fue un hombre mayor que él, rondando los treinta o los cuarenta, de estatura media y musculoso, con cabello castaño, ojos azules y piel ligeramente bronceada. Vestido únicamente con unos jeans y camisetas con cuello en V. Derek solo con eso pudo ver quién era el líder del grupo.

- Peter, él es Derek, un compañero de la uni. Aprendió todo lo que tenía que saber de nosotros, así que es bueno.- Aseguró el moreno apoyando su mano en el hombro.- Derek, ellos son Erica, nuestra mejor distracción y ladrona. Stiles, nuestro conductor. Y Peter, el jefe de este pequeño grupo.- Dijo señalando a cada uno de los integrantes.

Derek se permitió observarlos a todos, a la chica la conocía de vista, estaba seguro de que había estado en alguna de las fiestas o pequeños atracos que había organizado Boyd. A los otros dos no los conocía, a pesar de que el tal Stiles tenía su edad, no le sonaba de nada. Asintió y carraspeó cruzando sus brazos, no quería mostrarse duro, pero tampoco se quería dejar intimidar por ese grupo de personas.

- Hola.- Dijo secamente, Stiles rodó sus ojos poniéndose un auricular y llevando su mirada al final del almacén.- Podéis con...

- ¡Papá!- La voz de un niño interrumpió a Derek, que desvió la mirada hasta una pequeña sala al final del almacén, donde un niño de unos cuatro o cinco años salía llorando. Stiles maldijo y se quitó los auriculares, acercándose a él y alzándolo en brazos, metiéndose de nuevo en la sala.

Vio a Peter rodar sus ojos y resoplar enfadado, volviendo a centrarse en los planos que tenía delante. Supuso que la presentación se había acabado cuando todos se dispersaron. Él pasó por al lado de la mesa dónde estaba Stiles, viendo las rutas de escape, y siguió caminando hasta la sala. Se detuvo en la puerta, dónde vio al chico durmiendo al niño mientras murmuraba una nana. La mirada color whiskey de este se quedó clavada en él sin dejar de mecer al niño.

- Eres padre.- Susurró impresionado sin querer despertar al niño. El castaño resopló, tumbando al niño en el sofá y tapándolo.

- ¿Algún problema con eso?- Derek negó inmediatamente ganándose un asentimiento de Stiles. Este le dio una última mirada al niño antes de entornar la puerta y caminar hasta el grupo.

Derek dio una última mirada a la habitación y volvió a dónde estaban los demás. Peter comenzó a explicar el plan, nada difícil, pero que les daría suficiente pasta a todos. Su mirada no se apartó de Stiles, este volvía a tener un auricular en su oreja mientras garabateaba en los planos de huida. Él tenía clara su parte, y sobre todo la de evitar la violencia.

- Bien, como último punto las cámaras...- Un llanto estridente sonó del fondo del almacén y Stiles volvió a levantarse.- ¡Esto no es una puta guardería Stiles!- Le gritó Peter viendo enfadado como este se escondía dentro de la sala.

Él también se levantó, notando como esa conversación iba exclusivamente para Boyd, prefiere comprobar que el niño estuviera bien. Derek entró y vio a Stiles arrullando al niño con una mueca cansada.

- ¿Puedo?- Stiles lo miró antes de asentir dándoselo a Derek, este lo alzó y dejó que la cabeza de este quedara a la altura del corazón, sintió la mano del niño agarrarse a su camiseta mientras él comenzaba a moverse lentamente por la sala.- Esta edad es difícil, sobre todo si tiene terrores nocturnos.- Dijo mientras seguía dando paseos por la sala, sintiendo como el agarre se iba aflojando.