54. Stiam (1/2)

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El sheriff se apoyó en la pared mientras sorbía de la pajita de su vaso. Un carraspeo a su izquierda llamó su atención y frunció el ceño al ver a un chico con un gorro y un abrigo demasiado gordo para la época en la que estaban. El chico se acercó más y lo miró con nerviosismo.

- ¿Qué sucede con Dunbar?- Preguntó al reconocer al hijo del cirujano que salvó la vida de su padre adoptivo una vez.

- Conviérteme.- Dijo este ganándose una mirada extrañada de Stiles que dejó de lado su vaso lamiendo su labio indeciso, estaba notando algo que no le gustaba de eso.

- Podrías morir.- Dijo sin más. Si ese chico había llegado a él era porque sabía su secreto, así que no servía de nada entrar en una discusión sin sentido.

- Voy a morir.- Dijo este mirándola lleno de pena, sonrió un poco antes de negar con suavidad.- Tengo leucemia, me quedan tres meses.- Stiles suspiró frotándose la cara, su instinto no fallaba nunca. Y solo había una persona que le podía mandar chicos moribundos.

- ¿Te ha enviado Derek, cierto?- Este asintió y negó con cansancio cogiendo su vaso de nuevo y bebiéndoselo.- Lo siento, no puedo hacer nada por ti.- Dijo antes de tirar el vaso a la basura, Dunbar lo miró sorprendido acercándose más a él y apartando su chaqueta dejando su cuello al descubierto.

- Quiero que me conviertas, te doy mi permiso.- Stiles se rio frotando su cara antes de negar con suavidad totalmente agotado.

- No lo entiendes Liam.- Dijo Stiles mirándolo con seriedad.- No serás como yo, no podrás salir de día, no te reflejaras en los espejos, tendrás siempre sed de sangre.- Dijo Stiles antes de mostrar sus colmillos.- Yo soy un vampiro de nacimiento, tú serás un convertido.- Dijo antes de darse la vuelta y entrar en comisaría dando por zanjado el tema.

No pensaba discutir más con ese chico, las enfermedades de la sangre lo complicaban todo mucho. Sin contar que no tenía tiempo para controlar a un recién convertido. Se sentó en su despacho sintiéndose hambriento de nuevo, pero respiró hondo y se centró en el papeleo que tenía en la mesa.

Hacía ya muchos años que estaba en el mundo, y en ninguno de sus dos mil años había convertido a ningún humano. Sabía que su vida llamaba la atención, un vampiro que podía caminar por la mañana sin ningún peligro a quemarse, que controlaba cuando y cuanta sangre ingerida sin volverse loco o que podía verse en los espejos. Características que muchos querían, juntamente con la inmortalidad, pero no era tan sencillo. Él podía ofrecerles ser un vampiro de pleno derecho, pero no podrían caminar por la mañana, no podrían verse en los espejos y menos podrían controlar su hambre, al final de cuentas crearía un monstruo insaciable. Por eso se había negado a todas las peticiones que había recibido.

Derek, aparte de su aliado, era el peor grano en el culo que jamás había tenido. Como Alpha huérfano, se dedicaba a salvar a chicos que estaban en situaciones de riesgo, dándose la licantropía y un hogar, pero en pocas ocasiones, cuando él no podía hacer nada por el chico, se lo intentaba mandar a él.

La puerta de su despacho abrió y Stiles le sonrió a Noah, que entró y se sentó en la silla de enfrente. Ese hombre había sido como un padre como él desde que había entrado a trabajar en la comisaría. Tanto que Stiles había vivido una temporada con el matrimonio Stilinski, Noah y Claudia lo había querido y cuidado, siendo los únicos humanos conocedores de su secreto.

- Que envidia verte tan joven hijo.- Stiles se rio mientras se acercaba abrazar al hombre. Este suspiró cansado mientras cogía la mano de Stiles.- Derek me ha llamado.- Stiles resopló mientras negaba alejándose del hombre.- Sabía que le dirías que no a Liam.- Dijo Noah de qué forma sería, Stiles se apoyó en la pared mirándolo mientras mordía su mejilla.

One-Shots 2 (Teen Wolf)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora