Deucalion entró con una sonrisa en la comisaría, sin importar que llevara unas esposas en sus manos o que sobre su cabeza flotaba el cargo de homicidio. Su mirada fue a dónde el perro del Infierno lo miraba con el ceño fruncido antes de ceder a los empujones que el agente le daba. Este lo encerró en una de las celdas, para no complicarlo todo más, por el momento, se sentó mirando los barrotes. Los podría romper en cualquier momento, así huir lejos de la ley mundana.
- Yo de ti no intentaría romperlos.- Dijo una voz consiguiendo que girara su cara.- Es bueno verte sin tus gafas.- Dijo Stiles deteniéndose delante de este con su traje de policía, Deucalion sonrió cruzando sus piernas sin apartar la mirada.- Lo que iba diciendo, desde que entre en comisaría hice un pequeño cambia, algo insignificante para todos menos para vosotros.- Dijo divertido acercándose a los barrotes y acariciándolos.- Mande hacer celdas de hierro y ceniza de serval.- Dijo divertido viendo como la sonrisa petulante de Deucalion se borraba por segundos.
El lobo se levantó casi automáticamente y tocó uno de los barrotes, sintiendo al momento picazón y ardor en esa zona. Apartó la mano, viéndola roja y gruñó mirándolo con odio, pero Stiles simplemente se acercó un poco más a los barrotes, sin miedo a que este sacara su mano para matarlo.
- Esto es por matar a mis cachorros.- Dijo con odio antes de darse la vuelta para abandonar el calabazo.
- ¡Ni siquiera eras consciente de lo que pasaba a tu alrededor cuando maté a esos lobos!- Gruñó consiguiendo que Stiles se detuviera.- Solo quería a Derek en mis filas, la chica y el chico fueron un daño colateral.- Dijo divertido, Stiles se acercó a él y desenfundó su pistola apuntando a la cabeza de Deucalion, este sonrió sin apartar la mirada.
- ¡Erica y Boyd no eran daños colaterales!- Le gritó notando como su pulso temblaba y su vista se nublaba por las lágrimas.- Y aunque no acabaran de entender el mundo sobrenatural, era el puto chispa de esa manada, eran mis cachorros ¡Y tú los mataste!- Dijo decidido a apretar el gatillo, acabar con aquel que le había arrancado una parte de él mismo antes ni siquiera de entender qué significaba realmente manada.
- Agente Stilinski.- Lo llamó el Sheriff consiguiendo que Stiles bajara su pistola y lo mirara con odio.- Vuelve a su mesa y redacte la denuncia que le espera.- Dijo serio bajando los escalones que los separaban.
- Jordan...
- No te lo vuelvo a repetir Stiles.- Dijo este serio deteniéndose a su lado.- Podría quitarte la placa por lo que has hecho aquí, te lo dejé claro, lo personal y lo profesional deben ser dos cosas distintas.- Dijo viendo como apretaba su mandíbula.- Ahora sube a trabajar.- Stiles guardó su pistola antes de subir mascullando insultos.
Jordan suspiró antes de negar con suavidad, ese chico lo llevaba por la calle de la amargura. Maldito el día que prometió a Noah cuidarle si le pasaba algo. Miró al lobo que no había apartado la mirada de él, este sonrió lleno de maldad. Pero Jordan no se dejó intimidar por este, le habían hablado mucho de Deucalion.
- Un perro del infierno, siendo Sheriff del pueblo más sobrenatural del estado. Veo que el padre de Stiles no aguantó la presión.- Comentó divertido el lobo, Jordan frunció su ceño apoyando su mano en la pistola, aún podía pegarle el tiro que no había dejado a Stiles darle.
- Lamentablemente, Noah Stilinski murió en acto de servicio.- Dijo viendo la mirada sorprendida del lobo. Aun así, el lobo simplemente se sentó mirándole curioso, sobre todo por el gran aroma que desprendía el sheriff.- Quedaras bajo custodia policial hasta que sea el juicio por el asesinato de las tres personas.- Dijo Jordan antes de asentir en modo de despedida, girando para subir a su despacho.
Al pasar por delante de la mesa de Stiles notó la mirada llena de odio que este le transmitía, pero la ignoró para encerrarse en su despacho. Al cerrar la puerta bajó las persianas y se deslizó por esta hasta acabar sentado en el suelo. Parpadeó sintiendo la molestia en sus ojos y el ardor en sus manos, se acercó corriendo al cajón de su escritorio y sacó un espejo para ver sus ojos de perro del infierno brillar con mucha más intensidad que otras ocasiones. Cuando separó la mano de la mesa maldijo en voz baja al ver la quemadura que había dejado en la superficie. No estaba entendiendo qué le había pasado, ya que siempre había presumido de su gran autocontrol.
*
Jordan contempló su plato con la cena frunciendo el ceño, algo no estaba bien con él. Desde su encuentro con Deucalion no había dejado de sentir el ardor en sus manos y cuerpo. Dejó ahí el huevo frito que había podido cocinar únicamente con el ardor de sus manos y se puso la cazadora antes de agarrar las llaves. Debía averiguar que coño le pasaba a su autocontrol. Al entrar en comisaría recibió algunas miradas curiosas del turno de noche, pero él bajó a las celdas, dónde Deucalion seguía siendo el único preso. Antes de acercarse a la celda de este, quemó el cable de la cámara con su dedo y se acercó tranquilamente bajo la atenta mirada de este.
- ¿Ya me echabas en falta?- Preguntó divertido el lobo cruzando sus piernas, Jordan gruñó dejando salir sus ojos sobrenaturales, cada vez le costaba más retenerlos.
- ¿Qué me has hecho?- Preguntó ganándose una mirada divertida.- Desde que has llegado no puedo controlar a mi Hellhound, y sé que todo es tu culpa.- El lobo se rio levantándose y acercándose a la reja, pero sin tocarla.
- ¿Mi culpa?- Deucalion negó riéndose y mordiéndose el labio.- Yo no controlo la asignación de compañeros Sheriff, si así fuera no hubiera elegido a alguien de esta manada desde luego.- Dijo notando la sorpresa de la mirada del hellhound. El lobo se rio incrédulo, este no se había dado cuenta de nada.
- ¿Compañeros?- Preguntó con la voz tomada, caminó hacia atrás, sentándose en una de las sillas, comenzando a negar, tapándose sus orejas devastadas.- No puedes... No podemos serlo.- Dijo mirándolo con rabia, Deucalion se rio mostrando sus rasgos de lobo. Jordan notó como al mismo momento su Hellhound pedía salir y aunque hizo todo lo posible por retenerlo, no se dio cuenta cuando este tomó el control.
Jordan se acercó a los barrotes y comenzó a quemarlos para separarlos, Deucalion lo miró con una sonrisa totalmente satisfecha. Jordan, al ver que no conseguía nada, simplemente llevó su mano a la cerradura, quemándola y abriendo la puerta. Deucalion se acercó a él y llevó su mano a la mejilla de este, tenía un poco de miedo de quemarse. Pero cuando sus dedos acariciaron la piel, caliente, pero no en exceso, del hellhound todo eso desapareció.
- Muy bien querido.- Susurró acercándose un poco más a él. Jordan gruñó llevando sus manos a la cintura del lobo y escondiendo su cara en el cuello de este. Deucalion sonrió acariciando el pelo de este mientras le devolvió el abrazo.- Shh, tranquilo, estoy aquí.- Murmuró contra la cabeza de este, siento el agarre hacerse más fuerte.
Deucalion cerró los ojos apretando él también más el agarre, no podía decir cuando había sido la última vez en sentirse así de protegido, en sentirse tan querido. Sintió la primera lágrima resbalar por su mejilla provocando que una risa rota interrumpiera ese momento entre ambos.
- ¿Joder, que me has hecho tú a mí Jordan?- Preguntó Deucalion viendo como Jordan se separaba ligeramente desorientado. Esté limpio las lágrimas del lobo antes de volver acercarse a besar los labios del lobo.
A Jordan no le importó ser él, y no el Hellhound, quien hubiera besado al lobo. No podía describir con palabras como se había sentido que este lo abrazara, y luego verle llorar le había removido tantas cosas por dentro que no le importaba ser enemigo de su manada si con ello podía mantener a Deucalion en su vida. Cuando se separaron, ambos se quedaron mirándose a los ojos, sin saber qué hacer ahora, sin saber qué decir. Pero tampoco podían decir mucho más que sus cuerpos no hubieran dicho ya.
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One-Shots 2 (Teen Wolf)
FanfictionAquí veréis pequeños relatos de nuestras parejas chicoxchico de Teen Wolf. Historia totalmente mía, no se permite ningún tipo de copias. Personajes de Jeff Davis Registrado en Safe Creative