One-Shots 2 (Teen Wolf)

24. Stalion

El zorro de tonos anaranjados corría todo lo rápido que podía a través del bosque. Hacía mucho que había perdido a su mejor amigo, una trampa para oso le había destrozado las dos patas traseras no había forma de salvarle, y de su manada ni hablar, no sabía donde encontrarlos. Ahora se encontraba solo, huyendo de un lobo que quería cazarlo, y, sobre todo, muy embarazado. Stiles se detuvo jadeando antes de esconderse en una madriguera, que por lo estrecha que era estaba seguro de que era de conejo. Pero en ese momento no le importaba nada, debía resguardarse para que ese lobo no lo encontrara. Movió su hocico consiguiendo que algo de tierra le cayera encima ocultando ligeramente su aroma. Se quedó ahí mientras sentía a sus cachorros moverse, debía encontrar a su pareja, no se veía capaz de criar a los cachorros solo. 

Un gruñido consiguió hacerle temblar y retroceder más para quedar más oculto, miró hacia la pequeña obertura viendo la sombra del lobo pasar. Esta desapareció durante un rato antes de que un hocico negro se colara en el agujero intentando cogerle. Stiles chilló asustado antes de intentar darle un zarpazo al hocico del animal, pero no pudo mover suficiente las patas. Se quedó allí temblando mientras empezaba a sentir dolores en su barriga. Si no escapaba pronto de ahí, se provocaría el parto o acabaría muerto. Un disparo hizo que el lobo gimiera asustado antes de irse corriendo. Stiles jadeó aliviado mientras escuchaba los pasos del supuesto cazador. Una mano se metió en la madriguera y lo sacó mientras gritaba aterrorizado, vio a un hombre rubio ceniza y con unas gafas de sol lo miraba. Este se subió las gafas hasta el pelo dejando ver los ojos del hombre, que lo miraba curioso mientras dejaba la escopeta en el suelo. Lo cogió bien consiguiendo que Stiles se relajara un poco al tener una superficie dónde apoyar sus patas, aunque está fuera los brazos del cazador.

- Vaya, parece que estás esperando cachorros.- Susurró sorprendido el hombre acariciando la abultada barriga de este.- Y hueles a sobrenatural, así que te llevaré a casa.- Dijo el hombre ganándose una mirada sorprendida del zorro, el hombre cambió sus ojos a unos rojos Alpha que hizo que Stiles temblara de nuevo mientras chillaba aterrorizado.- Tranquilo, tranquilo, no te voy a hacer nada, no tengo manada, así que estás a salvo conmigo.- Dijo el hombre recogiendo la escopeta y cambiando de forma calmada hacia algún lado.- Te he salvado de una buena, ese solo era un lobo normal, os hubiera comido.- Dijo el hombre bajando de nuevo sus gafas de sol.- Es peligroso que corras por ahí sin tu mate o sin tu manada.- Dijo el hombre deteniéndose delante de una casa de madera, pequeña y discreta.

El hombre entró dejando las botas en la entrada antes de acercarse y dejar a Stiles en el sofá, este nada más tocó el cojín saltó al suelo y se escondió debajo del mueble gruñendo totalmente tenso. El hombre suspiró antes de coger un par de mantas y hacer una pequeña cama enfrente del mueble dónde se había escondido el zorro. Stiles lo olió todo desconfiado, se había escapado de un lobo para meterse en la boca de otro. Stiles se quedó ahí escondido hasta que comenzó a sentir calor por el fuego encendido por el hombre. Cuando este se metió dentro de una de las dos habitaciones que había, Stiles salió de debajo del mueble con cautela y se acercó para acomodarse en la cama que le había hecho, buscando una posición con la cual dejara de dolerle la barriga. 

Stiles cerró los ojos sollozando ligeramente mientras frotaba su hocico con las mantas, tenía miedo de como estaría su manada, habían tenido que huir por la entrada de los cazadores, había perdido de vista a sus padres y a su pareja, esperaba que Noah, Claudia y Aslan estuvieran bien.

La puerta se abrió y Stiles se preparó para huir de nuevo, pero el hombre simplemente fue a la cocina dejando la ropa sucia en una cesta y preparando algo de comida. Stiles se quedó tumbado mirándolo fijamente, no se podía fiar del lobo. El hombre se acercó y dejó un plato con un poco de carne delante de él y un cuenco con agua, le dio una sonrisa suave antes de sentarse en el sofá.