One-Shots 2 (Teen Wolf)

91. Sciles - La promesa

Yo te prometo que yo
Seré quién cuide tus sueños
Y cuando tú estés despierta
Él que te ayude a tenerlos

Yo te prometo una luna desnuda
Que sea testigo de nuestra locura
Que al final de nuestros días
Nos va a sobrar una sombra
Que no cortaré más flores solo por adornar otras
Que confundirás tus manos con las mías

Yo te prometo amor que eres lo más bonito
Que he visto en mi vida

Yo podría prometerte el mundo
Tú prométeme una madrugada
Pa' cantarte por Compa y Segundo
Mientras tú me bailas como Lady Gaga

Te prometo amor que solamente
Yo tengo en mi mente pedirte una noche
Porque no necesitaré más que un muelle de San Blas
Sonando en nuestro coche
Si me das la oportunidad corazón
De que nos besemos a solas
Tu vida será una canción When a Man Loves a Woman

Yo te prometo que yo
Jamás te haría una promesa
Que no pretenda cumplir
Jamás me iré a la francesa

El bosque por la noche era algo que Scott siempre había temido, no le gustaba pisarlo cuando la luna brillaba en el cielo. Pero en ese momento no podía negar que estar corriendo por el bosque, bajo un manto de estrellas y agarrado de la mano de Stiles no era lo más increíble que había hecho en toda su vida. La risa de su mejor amigo resonaba convirtiéndose en su nuevo sonido favorito. Y es que nadie podía culparlo, llevaba años enamorado de él en secreto, Stiles era su secreto mejor guardado. El castaño se detuvo respirando con pesadez sin borrar la sonrisa, Scott se detuvo a su lado mirando a Stiles con una sonrisa suave.

- ¿No crees que es precioso?- Preguntó Stiles soltando la mano de Scott y acercándose a la baranda del mirador. Scott no apartó la mirada de Stiles, sintiendo como el calor que la mano del castaño transmitía a la suya desaparecida por segundos.

- Sí.- Susurró sin apartar la mirada de su mejor amigo, sabía que el castaño no se refería a eso, pero Scott no podía no apreciar la belleza de ese chico. También se acercó a la barandilla y se apoyó a su lado.- Es la cosa más hermosa que he visto nunca.- Dijo Scott cruzando miradas con este, Stiles frunció el ceño divertido antes de reírse mirando de nuevo el paisaje.

- ¿Me puedes prometer algo?- Preguntó Stiles desconfiado con la mirada perdida entre las luces que el pequeño pueblo de Beacon Hills creaban.

- Te prometo que no prometeré nada que no vaya a cumplir.- Dijo ganándose una carcajada de Stiles, el castaño mordió su labio ligeramente indeciso.

- ¿Me prometes seguir siendo mi amigo, sin importar lo que diga o haga?- Preguntó Stiles muy asustado ante la respuesta. Scott sonrió mirando la luna uno segundo antes de volver a centrar la atención en el chico.

- Te prometo que seré tu amigo pase lo que pase y te prometo una luna desnuda que sea testigo de nuestras locuras hasta el final de nuestros días.- Dijo sintiéndose con fuerza de confesarle por fin a su amigo todo lo que sentía por él.

- Scott...- Susurró impresionado Stiles, se acercó a él y lo abrazó con fuerza antes de dejar salir una risa tonta por haber sido tan desconfiado.- Tengo que serte sincero con algo, serás el primero en saberlo, así que no me juzgues.- Pidió apoyando sus manos en los hombros de Scott.- Soy gay.- Scott se quedó en silencio mirando sorprendido a Stiles, de todo lo que podía confesarle este eso era lo único que no había pasado por su cabeza.

Y el pequeño cortocircuito que estaba sufriendo no era por otra cosa que sus fantasías cada vez eran más reales. Era cierto que la confesión de Stiles no quería decir que él fuera el tipo de Stiles, pero ahora sabía que por lo menos le gustaban los hombres.

- Yo también.- Soltó por fin, Stiles también era la primera persona en saberlo. 

Ya que aunque él tenía claro su sexualidad desde hacía unos años, su única atracción real había sido hacia Stiles, por ese motivo había dudado mucho en la veracidad de sus propios pensamientos.

Stiles se quedó sorprendido mirándolo a los ojos, Scott desvió la mirada avergonzado intentando buscar la fuerza que necesitaba para realizar la segunda parte de esa confesión. Quería decirle a Stiles que le gustaba, era su única oportunidad. Stiles abrió la boca confundido antes de cerrarla y sonreír.

- Y me gustas.- Dijo Scott, Stiles dio un paso hacia atrás mirándolo confundido.- Me gustas desde hace mucho, pero como no sabía si también te gustaban los chicos, preferí callarme y seguir manteniendo esta relación de amistad contigo...- Dijo atropelladamente antes de morder su labio nervioso, Stiles parecía muy serio y temía haberla cagado en serio.

- ¿Entonces?- Preguntó Stiles mirándolo a los ojos, Scott tragó saliva un poco confundido ante la pregunta de este.- ¿Solo quieres que sepa que te gusto?- Preguntó Stiles con una sonrisa ladeada, Scott abrió la boca sorprendido sin saber qué decir ante esa respuesta.

- No.- Murmuró Scott, Stiles se rio con suavidad al ver lo perdido que parecía su amigo.

- ¿No qué, Scotty?- Intentó tirar un poco de las palabras de Scott.

- No quiero que solo lo sepas, quiero que salgas conmigo.- Stiles sonrió orgulloso notando el sonrojo del otro. Stiles levantó la ceja esperando a que este por fin hiciera la maldita pregunta.- ¿Quieres salir conmigo?- Stiles se rio lanzándose contra él y obligando a Scott a sujetarlo para que no cayera. Las manos de Stiles fueron a la mejilla del chico y las acarició antes de mirarlo con una sonrisa.

- Si y mil veces sí.- Susurró antes de besarlo, Scott jadeó cerrando los ojos para seguir el beso de este con la misma intensidad.

Porque cuando un hombre ama a una mujer
Lo sabe desde el momento en que la ve
Y no importa si algo falla o
De la mano de quien vaya
Si se ríe o si se calla

Porque cuando un hombre ama a una mujer
Es como si le empezara a parecer
Que lleva tiempo dormido
Pensando que estaba vivo
Yo te prometo contigo
Envejecer

Scott no pudo describir lo que sintió al besar a Stiles, era como si antes de ese beso hubiera estado dormido. Como si todo aquello que había sentido hubieran sido simples muestras, y las emociones de ese momento fueran reales, como si estuviera despierto por fin. Por eso cuando se separó no se avergonzó de las lágrimas que caían de sus mejillas, y no era por nada, pero él siempre había pensado que esos sentimientos por Stiles solamente se acabaría marchitando cuando viera a su amigo ser feliz de la mano de una mujer. Y en ese momento lo tenía en sus brazos, mirándolo con tanto amor que comenzaba a dudar que no fuera un sueño.

- Tú también me gustas, es más, es por tu culpa que me di cuenta de mi sexualidad.- Dijo Stiles limpiando las lágrimas que caían de los ojos de este. Scott se rio acercándose y volviendo a besar al chico con pasión.

- Espera, que me había preparado algo por si algún día me atrevía hacerlo.- Dijo Scott intentando tranquilizarse y limpiando las lágrimas.- No te rías.- Pidió Scott mirándolo serio, Stiles mordió su labio sin poder prometer nada.- Cuando un hombre ama a otro lo sabe desde el momento en que lo ve, y desde que te vi supe que era a tu lado donde quería vivir. Por eso te prometo que, yo seré quién cuide tus sueños y cuando tú estés despierto seré él quien te ayude a tenerlos. Yo podría prometerte el mundo y a ti solo te pediría que me prometas una madrugada. Yo te prometo amor, que eres lo más bonito que he visto en mi vida y lo único que amaré con esta intensidad.- Dijo viendo como ahora era Stiles el que lloraba emocionado por las palabras que este decía, así que respiró hondo antes de acabar de darle el remate final a la confesión.- Y no importa si algo falla o de la mano de quien vayas porque yo te prometo contigo envejecer.- Dijo recibiendo un abrazo de Stiles, Scott se lo devolvió antes de dejar un beso en la cabeza de este.

- Has dicho que nunca me harías una promesa que no pensaras cumplir, así que espero que cumplas cada una de las que me acabas de hacer.- Dijo Stiles mirándolo a los ojos, Scott sonrió acariciando la mejilla de este asintiendo.- Eres un jodido romanticón.- Dijo riendo de forma rota por el llanto de hacía un segundo.

Scott besó a Stiles teniendo muy claro que cumpliría cada una de las promesas. Sin importar lo que pase entre ellos. Él amaría a Stiles hasta el fin de los tiempos.

La promesa / Melendi