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Y que os voy a contar sobre ella que no haya escrito ya. Ella era poesía, en su estado más puro. Era música, felicidad, ganas de vivir, de gritar, de bailar. Simplemente era ella. Capaz de volver loco al más cuerdo. Y de llenar de vida a todas las personas de su alrededor con su pequeña locura. Ella era orgullo, coraje, pero también amor y dulzura. Tenía una sonrisa capaz de alegrar a la persona más triste. Como si practicase para ello a diario. Con tan solo sonreír era capaz de hacer que el sol saliera en el día más nublado. Incluso de hacer que la luna brillara con más magia de la que nos tiene acostumbrado, rivalizando en brillo con las estrellas. Esas mismas estrellas a las que les prometí cuidarla y amarla para siempre. En sus ojos ella encerraba el invierno. Eran hielo para el café de los mios. Mirada helada capaz de enamorar al corazón más roto y maltratado. En sus pupilas era imposible no reflejarse con una sonrisa. Cuántos sueños escondías enredados en tus pestañas, vida mía. Sus lágrimas eran lluvia de la que te cala hasta los huesos. Resbalando esa lluvia hasta caer en sus labios, donde yo encontré el sabor exquisito de los besos que dicen que contienen amor verdadero. Del bueno, del que no se olvida ni aunque pasen mil personas más. Cuantas veces caí en el precipicio de pasión que por ellos se asomaba. Y su risa, que maravilloso sonido. Era música para el balcón de mis oídos. Os aseguro que no existe melodía más placentera que la que provocaba su risa. Y saber que yo era el motivo de ella provocaba tal grado de felicidad en mi, que parecía estar borracho de amor. En su espalda se encontraba el mapa de sus lunares, en el cual se podía leer en braille las claves para cumplir los "para siempre" que tantas veces nos prometíamos. Que bonito era dar pasos de astronauta con mis dedos, intentando descifrar el mensaje que en ellos se ocultaba. En sus clavículas yo encontré el mejor balcón del mundo. El que tenía las mejores vista a ese futuro que tanto quisimos cumplir. Que bonito era contemplar las curvas de su cuerpo desnudo. Ella tan solo fue mi primer gran amor. Ella fue simplemente el amor de mi vida.

Poesía para días grises.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora