Día 125 sin ti:
Me gustaría hablarte de como me van las cosas. Verás, últimamente voy un poco con el alma a cuestas, con los ojos llenos de ojeras de todos los sueños que se quedan varados constantemente en mi cama cada mañana. La suerte se ha olvidado de pasar por aquí, y empiezo a pensar que cupido me odia. Nada nuevo, ¿verdad? Ya sabes lo que me cuesta ser feliz en invierno sin encontrar calor en tus brazos. También sabes el odio que le tengo al frío, a los días de lluvia, y a que anochezca a las seis de la tarde. En definitiva, ya sabes lo que me cuesta sobrevivir sin ti. Lo cierto es que ya no sé como fingir que te extraño. Tal vez solo esté cansado de eso, de fingir una sonrisa cada vez que me miro al espejo y pienso que tan mal no me va. Estoy harto de fingir ser fuerte cuando no lo soy, al menos no sin ti. Estoy cansado de fingir delante del resto de personas que ya no te necesito, cuando no ha pasado ni un solo día desde que te fuiste en el que no haya pensado en ti, en lo que me gustaría volver a sentirte cerca y en volver a oír tu voz. Puede que solo me quiera hacer el fuerte para evitar preguntas de como me va. Como si mis ojos no reflejasen ya esa respuesta. No sé como ocultar estas heridas que hablan de ti, o como puedo hacer para que dejen de doler. ¿Cómo puedo cerrar todas estas heridas abiertas? Si ni tan siquiera sé como pasar página sin cortarme en el intento, o sin dejar la esquina doblada por si me apetece leer de nuevo aquella historia que ya me sé de memoria. Aquella en la que yo era tu príncipe, pero no azul -nunca te gustó ese color-. Ahora paso las horas rememorando aquella historia donde tú no eras una princesa, pero parecía que lo fueses, aunque no tuvieses castillo o corona, aunque no tuvieras la necesidad de ser rescatada. Ojalá estuvieras aquí para darme algo de aliento, para decirme que ya es hora de olvidar aunque no quiera, que no puedo seguir así, que merezco seguir adelante como sea, ya sea sin ti o sin el pedazo que me falta desde que no estás. Ojalá pudiera oír tu voz de nuevo dándome cualquier consejo para salir de esto. Ni te imaginas lo que me asfixia el mundo últimamente.