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Puedo llevarte al cielo con un verso. Hacerte revivir sensaciones con tan solo leerme. Hacer que las mariposas de tú estomago vuelen de nuevo. Dibujar en la curva de tus labios mi nombre, y tatuarte un poema en ellos. Qué por unos segundos el tiempo se pare, y que el calendario de marcha atrás. Como estar dentro de un sueño. Y es que mi límite está en el brillo de tus ojos al sonreír, y en tus bragas en el suelo de mi habitación. Todo lo que escribo tiene fecha de caducidad. Todas estas letras se echarán a perder el día que te vuelva a besar. A tenerte en mi cama, y entre mis brazos. En mi vida. Porqué sabes que volverás. Tarde o temprano. Dime una cosa, ¿cuantos han pasado después de mi? ¿Y cuantos te han llenado como yo? Y es que sabes que nadie te ha besado con tanta magia, con tanta inocencia, como aquel beso qué te di en aquella playa. Pero aquella playa ya no te ve, ni a mi tampoco, ni a nosotros. En la orilla murieron ahogados de desesperanza todos los besos que no llegaron, todas las promesas, los planes de futuro, y los "para siempre". Y nuestros nombres, los que dibujamos con los dedos en la arena, fueron borrados por una ola hace ya tanto, que es hasta raro que aun lo siga recordando como si fuese ayer. Y es que parece ayer cuando nos separamos después de todo lo bonito. ¿Y sabes qué? Para mi no fue una despedida, fue un "hasta pronto", y de pronto parece que se a echo tarde.

Poesía para días grises.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora