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La luna está muy lejos, pero por amor yo te la bajo. Y si nadie lo hizo hasta ahora es porque no te quiso tanto. Que sería capaz de cualquier cosa por robar una sonrisa de tus labios. Que me falta el aire si no estás, y ya hace mucho que no estás. El lado izquierdo de mi cama está vacío sin ti, pero lleno de insomnio. Que me abraza por las noches. Que me hace pensar en que cama dejas ahora tus sueños. Aprieto los puños, "ya todo pasará", me repito a mi mismo. El mar de olas de nuestras sábanas está embravecido, y ya no tengo tu pecho para dormir en calma. Te necesito tanto. Para sobrevivir al mundo. Para ser feliz en el intento. Para sonreír de vez en cuando. Solos tu, yo, y nuestro silencio. Te cuento las pecas de la cara, los lunares de tu espalda, las estrellas del cielo que se ven desde mi ventana, y todos los besos que nos debemos. Que si me pierdo te beso la boca, y vuelvo a comenzar. Y sino quieres, coge tus promesas y vete, que yo iré detrás. Como siempre. Que se que dolerá, pero estoy acostumbrado a volverlo a intentar. Que mientras me queden ganas de ti y de un beso más, lo haré sin dudar. Intentarlo una vez más, aunque duela. Aunque sepamos que no funcionará, que irremediablemente volveremos a quedarnos en ruinas. Con las ganas vacías de otro invierno desde tus labios, y el corazón roto y helado. Odiándonos a ratos, y fingiendo que ya todo está acabado. Que esta es la última vez que nos rompemos en el intento de estar juntos. Y excusarnos en que ya no somos los mismos. Mi amor, todo merece la pena por ti. Todo sea por volver a esa felicidad que dibuja sonrisas de las que no se borran. Esas que en la distancia hacen que nuestras camas se unan, y que te sienta cerca por muy lejos que estés. Te quiero, esa es la verdad. El resto sobra. Sobra hasta el mundo si te abrazo. Sobra espacio entre nuestros labios cuando nos besamos. Faltan segundos para nosotros. Sobra ese estúpido orgullo que no nos sabemos tragar, y faltan meses en el año para echarnos de menos. Piénsalo, cierra los ojos, y dime que no ves a otro que no sea yo.

Poesía para días grises.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora