Carta abierta a quien le interese:
¿Recuerdas aquel verano de hace ya unos años en el que el destino nos puso en el mismo camino? Aquel verano en una tarde en la playa me abrazaste por la espalda y me dijiste que querías un invierno junto a mi. Yo sonreí, me di la vuelta, te miré a los ojos y te dije esa frase tan mía de; “los inviernos son muy tristes". Tú solo sonreíste, como si hubiera dicho una tontería, así que lleno de dudas te pregunté que cómo ibas a querer eso conmigo. Recuerdo que me volviste a abrazar por la espalda y que me dijiste; “los inviernos no son tristes, los inviernos unen más a las personas". Yo no tardé en responderte eso de; "no me gustan los inviernos, verás, yo odio el frío y los días de lluvia, por no hablar de que anochezca a las 6 de la tarde. Todo eso me pone triste, ¿qué haremos cuando haga frío por ejemplo?". “Úsalo como una excusa para abrazarme fuerte, muy fuerte. Y da igual que sea en la calle, en el portal o en nuestra cama. Cada vez que haga frío abrázame muy fuerte. Y no me sueltes nunca. Qué yo haré igual, incluso usaré esa excusa cada vez que quiera que me dejes una sudadera tuya solo para volver a casa con tu olor", respondiste. “¿Y si llueve?" volví a preguntar. “Pues busca un paraguas lo suficientemente pequeño para que entremos apretados los dos debajo de él, y salgamos por ahí a mojarnos, ríete de mi cada vez que pise un charco. O si lo prefieres nos podemos quedar en casa y ver como llueve por la ventana de tu habitación mientras nos comemos a besos, o también podemos dibujar corazones con el vaho en la ventana". De aquellas palabras hace mucho ya, quizás más del que quisiera, por eso me gustaría decirte ahora que ya son muchos los inviernos sin ti que llevabas razón en todo, y que aquel invierno que pasamos juntos fue el más feliz de todos; y que fue así solo porque lo pasé contigo, que a tu lado aprendí a amar los días de lluvia y a saber que el frío tan solo es una excusa más para tenerte cerca. Por eso ahora que se acerca otra vez el invierno y tú ya no estás no puedo parar de pensar en eso que decías de que los inviernos unen más a las personas, y que igual yo vuelvo a tener razón con eso de que “los inviernos son muy tristes". No sabes lo que me gustaría que volvieras para hacerme saber que vuelvo a estar equivocado.