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Recuerdo aquellas noches en tu portal. Soñando entre besos con nuestro futuro. Recuerdo que tu lo veías todo de color de rosa. Y yo sin embargo, vislumbraba el futuro de color gris. Quien me diría a mi que lo que pintaría de gris mi vida sería tu ausencia. Que raro es todo ahora. Tu tan lejos, y sin mi. Ya apenas me reconozco. Se me ha borrado un poco de infinito en la mirada. La poesía se acomoda entre mis pestañas. Y mis pupilas vidriosas están apunto de romperse en todos esos abrazos que sigo esperando de ti. Supongo que se me fue la vida de entre las manos en el momento en las que las apreté de rabia, pensando que otro caerá en el abismo de tus labios. Precipitándose en pasión hasta tus clavículas, donde yo escondí el secreto de mi felicidad. Te extraño. Extraño de ti hasta tu forma de sacarme de quicio. Extraño tu sonrisa, más luminosa que el amanecer más bello, y más aún que la estrella que palpita con más magia en el cielo estrellado. Extraño aquel atisbo de esperanza en mi, deseoso de que aparecieras, y con un beso fundieras todas mis ganas de permanecer a tu lado otro verano más. Que bonito el día en el que te regalé mi intimidad por primera vez. Aquella noche sigue grabada a fuego en mi piel. Como aquel "infinito", que fue tal hasta que se consumió. Nunca imaginé que el destino me alejaría de ti. Pero aún así, aunque ahora sea a otras a quien entregué mis labios, mi corazón lo guardo para ti. Debajo de mi almohada, por si algún días vuelves, y recoges junto a el, todos los sueños que te olvidaste la última vez que permaneciste en mi vida.

Poesía para días grises.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora