Vida mía, si supieras la de tiempo que he malgastado esperándote, besando otros labios mientras soñaba con los tuyos, recorriendo el camino hacia tu casa, por si de casualidad aparecías y me llevabas de tu mano a ese futuro que se clava en mi alma. He desperdiciado mis ganas buscando tus caricias en otras camas, buscando a otras chicas a la que pudiera amar como a ti. Mi amor, he consumido mi orgullo buscando a alguna que te sustituyera. Y todo para comprobar que primer amor no hay mas que uno, y que tu serás eterna para mi por ello. Cariño, he gastado algunos de mis mejores días echando de menos nuestra pequeña historia de amor, recordando como hacíamos el amor en mi habitación, y deseando volver al día en el que te conocí y quedé impregnado por la magia que escondes en tus ojos verdes. Para besarte por primera vez una vez más, y no saciarme las ganas con tus labios vacíos en un último beso de despedida. Mi cielo, he malgastado tantas lágrimas ahogadas en mi almohada, que me he secado en llanto e ilusiones. En mi solo vas a encontrar desesperanza, frío, y todos los recuerdos que dejaste en el momento en el que me abandonaste. Tengo un vacío interior que no se llena con alcohol, ni con tabaco, ni con otras chicas. Los domingos ahora que no estás son días grises. Y en penumbra aguardan todas mis ganas de ir a abrazarte, o de tan siquiera hablarte. Que sé yo, si desde que no estás el reloj marca siempre las algo menos tu. Y todo mi mundo se resume en tu ausencia, y en lo que me gustaría tenerte a mi lado para que la vida no me doliese tanto. Pero aquí me ves, otro día más, como ese primer día en el que cruzamos el destino. Sigo enamorado de ti. A pesar de los daños y de los años. Solo que ahora se ha borrado algo de infinito en mi sonrisa, y el invierno vive en mi, apoderándose de cada centímetro cuadrado de piel que has dejado de acariciar. Aquel chico que conociste capaz de convertir todos tus "nunca" en "para siempres" solo es el triste caparazón de alguien que ha perdido la fe de tenerte entre sus brazos. Has dejado en mi unas cicatrices preciosas, y una historia con puntos suspensivos. Y eso, mi amor, duele más que cualquier herida abierta, y más que cualquier punto y final.
