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Día 239 sin ti.

Querido diario, hoy la he vuelto a ver. Hacía tanto que no sabía de ella, tanto que no la veía, que ya casi no me dolía. La observé mientras caminaba entre la gente, y te juro que casi se me sale el corazón del pecho. Hacía tiempo que no me ponía tan nervioso por nadie. Creo que desde que ella ya no está. El otoño le sienta de maravilla, y el frío, y esa sudadera gris. Que bien se la ve sin mi. Y que ganas de besarla, de abrazarla. La vi cerca de mi casa, estaba algo cambiada, desmejorada, como si le faltase algo, como si hubiera perdido algo que no es capaz de encontrar. Aún así estaba casi tan guapa como siempre. Tanto, que no pude evitar perseguirla con la mirada, hasta que inevitablemente la perdí de vista. Me sentí un poco cobarde por no sacar el valor suficiente como para cruzarme en su camino, aunque fuese para saludarla. Supongo que hay cosas que no cambian. Dicen que ya no tiene novio. Tal vez aún nadie le ha cortado las alas, puede que aún no le hayan arrebatado las ganas de volar. Como desearía que cambiásemos los papeles, y que fuese ella la que me viera ahora. Me gustaría que nos volviésemos a encontrar, que me buscase con la mirada, que me rozara buscando una conversación, que me dijera cualquier estupidez, pero que me sonriera. Como extraño su sonrisa. Y su boca. Y como me besaba con ella. Como me gustaba que me prometiera cosas que yo sabía que no podía cumplir. Me gustaría que cada noche antes de ir a dormir notase su cama vacía, y entonces pensase en mi. Me gusta pensar que de vez en cuando me echa de menos, que aún le sigo doliendo, y que mi recuerdo le hace sangrar todavía. Me gusta imaginar que nadie hasta ahora la ha besado como yo, y que nadie le ha quitado la ropa como yo hacía. Querido diario, me gustaría volver a escribirte mañana, contándote que ya no lo voy a volver a hacer más, que la he vuelto a ver, que no fui un cobarde, que hemos hablado, que nos hemos besado, que me echaba de menos, que yo era lo que había perdido y no sabía encontrar. Y que esa misma noche voy a volver a cumplir mis sueños junto a ella en su cama.


Poesía para días grises.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora