51:

112 5 2
                                    

Tal vez ya no sea ni el esbozo desdibujado de todo lo que un día fui para ti. Nada de corazones rotos. Nada de hacernos el amor con odio. Nada de promesas que aún duelen. Nada de recordar esos besos en aquel parque o en tú portal. Nada de hacer de esta habitación nuestro paraíso, de mi cama tú castillo, y a ti mi princesa. Nada de esas tardes buscando la felicidad en el mapa de lunares de tu espalda. Y nada de aquellos gritos mudos llenos de orgullo. Aquella canción que te cantaba siempre de memoria mientras jugaba con tu pelo ahora tan solo soy capaz de tararearla. Mi corazón entre escombros, y aquella foto que tanto me gusta de ti arrugada en el fondo de algún cajón de mi escritorio. Como todas las promesas que aún escuecen. Solo nos queda olvido donde un día hubo amor. Puede que ya no te preguntes por mi. Que es lo que hago, si aún sigo siendo el mismo chico que conocías, a quien debo mi felicidad, en que labios me pierdo, en que cama dejo de olvidarte, y si aún sigo escribiendo para ti. Incluso puede que ya no gires tu vista al verme pasar. Que incluso no evoques mi recuerdo cuando llueve, cuando ves el mar, o cuando pasas por mi portal. Puede que todo esté acabado, y que yo siga en el mismo sitio de siempre. En ruinas, esperando por alguien que no volverá. Y sino regresa es porque que no existe. La misma persona a la que amé se extinguió a la vez que nuestro amor murió en el preciso instante en el que nuestros labios dejaron de besarse. Todas las canciones que nos dedicamos ya no significan nada, tan solo duelen, como todas las promesas que acabaron sucumbiendo al paso de los daños y de los años. Mírate, míranos, ¿como hemos sido capaces de cambiar tanto? Si ya apenas me reconozco al observarme en el espejo. En mi cuello ya no hay rastro de tus besos. En mi tan solo quedan cicatrices de tus uñas por mi espalda. Demasiadas cicatrices abiertas supurando recuerdos donde un día se posaron todos tus besos y tus caricias. Demasiada tragedia tras el espejo de mis pupilas. Esas donde no hace mucho te reflejabas con la mayor de las sonrisas. Esas que ahora ven como el alma se me gasta al paso lento de tú olvido.


Poesía para días grises.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora