El Éfiro - Zelda Breath Of The Wild

CAPÍTULO 7: EL PLAN DE CAPTURA

—Ondey: ¡¿Qué?! ¡¿Por qué no?!

—Padre. ¡¡He dicho que silencio!!

El padre de Ondey, con un abrigo largo y un sombrero vaquero, miraba serio a su hijo, en el salón de su casa, quien estaba pálido, nunca había visto a su padre así.

—Padre: (No puede ser... Link... Ha despertado... Esto es peor de lo que pensaba... ¡¿por qué tiene que venir aquí?!)

Se produjo un tenso momento de silencio. El hombre, que se ajustaba su sombrero, dando la espalda a su hijo, respiró profundamente un par de veces, y después comenzó a hablar.

—Padre: Escucha, hijo... El hombre que era mi padre, tu abuelo... no se llevaba muy bien con Link.

—¿Qué...? P-Pero... Pero...

—No hay más que hablar. No puedo permitir que mi familia se relacione con él, así que mantente alejado. (Ha despertado... Esto es demasiado... demasiado...)

—Pero papá... ¡Es el elegido! ¿Cómo iba alguien a llevarse mal con él? ¡Si es la justicia de Hyrule!

—¿Justicia...?

Su tono calmado desapareció de nuevo. Estaba muy enfadado.

—¡¡¿Justicia?!! ¡¡Ondorfey, ¿qué sabrás tú de justicia?!!

—P-Perdón... Lo he dicho... sin pensar...

—¡¡Todo cambia en cuanto lo miras desde otro punto de vista!! ¡¡Pero claro, si... si...!!

Su enfado desapareció, y en su lugar llegó un arrebato de tristeza.

—Padre: Yo...

Se dio cuenta de lo que estaba haciendo, y se arrepintió por dejarse llevar por sus emociones así.

—Perdóname por gritarte, hijo... Soy un estúpido...

—Ondey: No pasa... nada...

—Agh...

Ondey se limpió una lágrima de su ojo. Nunca había visto así a su amable padre. ¿Por qué su familia estaba así con Link? ¿Qué hizo su bisabuelo a Link hace cien años...? O, según su padre... ¿Qué le hizo Link a él...? No entendía nada, pero prefirió no sacar más el tema. Su padre se acercó y lo abrazó, arrepentido por su estúpida reacción de hace unos instantes.

—Padre: Ya está, Ondorfey... Olvidemos el tema, ¿vale?

Ondey asintió con la cabeza.

—Padre: Me voy a cambiar. ¿Está hecha la cena?

—Sí...

- - - - -

—Link: ¡Hombre, Adox! ¿Qué tal?

Sobre esa misma hora, Adox regresaba a la posada, donde Link lo esperaba en el comedor.

—Adox: Hola, Link.

—Link: ¿Habéis averiguado algo? Porque yo sí...

Después de darse la mano y sentarse en la mesa, Adox respondió, en un tono bajo.

—Nosotros no mucho, pero algo sí que hemos podido conseguir... Aquí hay mucha gente, nos informamos más tarde afuera.

Así hicieron, y Link le comentó el asunto en la calle después de cenar, para que nadie pusiera la oreja.