TEMPORADA 4 / CAPÍTULO 68: CONFESIÓN

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Era una pacífica mañana en Lanayru. Una pacífica mañana después de tanto tiempo, ya que la bestia divina del agua, Vah Ruta, había sido liberada del control de Ganon, frenando así las lluvias torrenciales que ponían en peligro a los zora. El ambiente, no obstante, seguía siendo increíblemente húmedo, y todo estaba encharcado. Link, Adox y Honelia regresaban a la Región de los Zora tras haber cumplido su misión para informar a Sidon y al rey Dorphan... pero sobretodo para ir a visitar a Utsubi. Confiaban en que, tras más de un día de recuperación, ya hubiese despertado, pero aún así, no querían confiarse. En mitad del sendero, llegaron al desvío que ofrecía, o bien continuar hasta la ciudad, o bien subir en dirección al Monte Trueno. Link frenó de golpe, y dejó de caminar.

—Adox: ¿Link?

—Link: Estaba pensando... Creo que debería ir cuanto antes a visitar al centaleón... Ya os expliqué el trato que hice con él a cambio de que nos prestara las flechas eléctricas...

—Honelia: Vaya...

—Adox: ¿Tanta urgencia necesita?

—Link: Os recuerdo que tiene a Ukiro. Ese chico es la clave para nosotros ahora mismo. Conoce Asigma gracias a una espía, y puede ofrecernos mucha información interesante.

Miró hacia el sendero, y siguió hablando.

—Además... no es más que un crío. Apenas tendrá unos 13 o 14 años, no puedo permitir que le hagan daño.

—Adox: (Este Link... Cómo mola, la verdad.)

—Link: Aún así, no os preocupéis, podéis ir a la Región tranquilos, solo yo iré al monte.

—Adox: ¡¿Qué?! ¡De eso nada! ¿Y si te tendieron una trampa y te traicionan...?

—Link: Lo dudo... Además, Honelia tiene demasiadas ganas de regresar de una vez.

—Honelia: Jo... No sé qué hacer...

—Adox: Buf... Está b-...

—Honelia: Adox, acompáñalo a él. Si vamos a ir yo a la ciudad y Link al monte, y tienes que acompañar a alguien, es a él.

—Adox: Bueno, eso es razonable...

—Honelia: Yo no corro peligro, y sé defenderme sola. Os esperaremos en el hospital y ya está.

—Link: De acuerdo. En ese caso, nos vemos luego, Honelia.

—Honelia: Venga, ¡hasta luego!

De esta forma, los caminos de los tres viajeros se dividieron, y continuaron cada uno por su lado.

- - - - -

Mientras tanto, en el hospital de la región... Utsubi habría los ojos lentamente, desde su camilla.

—Utsubi: ¿Hmmm...?

—Enfermera: Buenas tardes, Utsubi.

—Utsubi: Buenas... tardes... (Creo... que me suena esa voz...)

—El doctor se pasará más tarde a hacerte los análisis y comprobar que todo está en orden, ¿vale?

La enfermera... ¡¿Era hyliana?! No... tenía aletas en los brazos... pero... su rostro y piel... ¡¿Qué?! Pensó no darle demasiadas vueltas, estaba demasiado aturdido como para pensar. Acababa de recordar lo sucedido en el Monte trueno.

—Esto... de acuerdo...

Miró su a su alrededor. Su habitación era pequeña pero acogedora. Al lado de su camilla había una ventana que miraba al exterior de la ciudad. Miró a través de ella y se giró de nuevo hacia la enfermera.

El Éfiro - Zelda Breath Of The WildDonde viven las historias. Descúbrelo ahora