CAPÍTULO 8: ASENER EL CONSPIRADOR - PARTE 1

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—Adox: Ya basta, has perdido. Y ahora... tenemos algunas preguntas que hacerte...

Adox y Link habían ejecutado con éxito su plan para capturar al misterioso asesino de la aldea. Usando el imán, Link logró salvar a la gran mayoría de las vacas de Leozes, y ahora un diminuto Asener se encontraba apresado delante de él por la poderosa fuerza magnética de la piedra sheikah.

—Asener: Pues sí que era cierto que el medallón era metálico...

A Link le sorprendía cada vez más aquel individuo. Estaba contra las cuerdas, y no parecía importarle lo más mínimo.

—Adox: ¡Déjate de estupideces! ¡¿Por qué haces todo esto?!

—Asener: Bah...

—Adox: ¡¿Acaso tiene algo que ver con el Éfiro?! ¡Vamos, habla!

—Link: Si no nos cuentas nada, no tendremos piedad.

—Asener: ¿El... éfiro...?

Asener parecía algo confundido.

—Adox: ¿Eh?

—Asener: ¿Qué tiene que ver eso ahora...?

—Link: (¿Pero qué dice? ¿Está bien?)

—Adox: ¡¿Cómo que qué tiene que ver?! ¡Pues todo, tú investigas al Éfiro!

—Asener: Ahhh... Ya entiendo... El Éfiro no tiene nada que ver con esto...

—Adox: ¿Cómo...?

—Asener: Ya lo he pillado... Solo he hablado contigo de ese monstruo, por eso crees que mi vida gira entorno a él... Esto... Siento decepcionarte... pero simplemente lo estudio por afición, no tiene nada que ver con lo que tenga pendiente aquí...

—Adox: ¿A-Ah, si?

Aunque se decepcionó bastante, todavía pensó que podían obtener información útil.

—Link: Entonces, ¿por qué atacas Hatelia? Es una aldea pacífica llena de gente normal y tranquila. ¿Qué te ha hecho a ti?

—Asener: ¿A mí...? Nada... Yo solo he venido aquí precisamente por lo tuyo... Y luego lo otro ha venido de paso...

—Link: ¿Cómo que lo mío...?

Entonces, Link se dio cuenta de algo muy importante. Conectó todo en ese mismo instante.

—Link: ¡Ahh!

—Adox: ¡¿Qué pasa?!

—¡No me había dado cuenta, es verdad!

—¡¿De qué?!

—Como en ese entonces iba encapuchado, no lo había reconocido hasta ahora. Ya decía yo que juraría haberlo visto antes...

—¡¿Pero qué pasa?!

—Adox, este tío es el motivo por el que estoy aquí.

—¡¿Cómo dices?! ¡¿Lo conoces?!

—Sí. No le había prestado atención, pero ya veo que resultó ser muy importante. A este chico me lo crucé en la posta de camino aquí (aunque ahora veo que en realidad me estaba esperando...), y me indicó que la Aldea Kakariko se encontraba por esta zona...

—¡¿En serio?!

—Al llegar a Hatelia pensé que simplemente se habría confundido, tampoco iba a sospechar de él por eso... pero ya veo que de inocente no tenía nada. La pregunta es... ¿por qué hacerme venir a Hatelia? ¿Cuál era el motivo para ello?

—Asener: Eso no te lo voy a contar...

—Link: Sí que lo harás, porque ahora yo también estoy intrigado, y te recuerdo que no estás en posición de oponerte a nada. Responde, ¿por qué me desviaste y trajiste a Hatelia? ¿Era concretamente Hatelia necesario? ¿O solo querías que no pasara por cierto lugar y que lo bordeara? ¿Quizá se trataba simplemente de ganar tiempo y retrasarme?

No obstante, Asener no respondió a ninguna de todas esas preguntas.

—Asener: ¿En serio crees... que estoy en desventaja...?

Comenzó a mover su brazo hacia su bolsillo, y Link preparó su porra para atizarle. Parecía que iba a empezar un enfrentamiento, pero Adox no lo permitió.

—Adox: ¡Esperad! ¡Todavía no has contado nada sobre el éfiro!

—Asener: Bah, que pesado eres con ese ser... Ganon fracasó al renacer hace miles de años debido al poder de las bestias divinas y del elegido hyliano... ¿En serio alguien se cree que, de repente, es capaz de madurar tanto por sí mismo y ahora es capaz de controlar a las bestias y a los guardianes? ¡Venga ya!

—Adox: ¿Insinúas... que él no controló a nadie...?

—Asener: ¡Por supuesto que fue Ganon! Eso es obvio, es bien sabido que toda esa pringue de maldad claramente procede del rey demonio. Lo que intento decir... ¡es que tuvo que contar con ayuda...! Pero claro, solo son suposiciones mías...

—Adox: ¡¿Que el Éfiro ayudó a Ganon a realizar el cataclismo?! ¡¿De verdad?!

—Asener: Bueno... Esa es una cara de la moneda... Hay ciertos detalles que apuntan a que tal vez fueron rivales, y que tuvieron un enfrentamiento... Pero bueno, quizá simplemente sea un ser que no existe... Al fin y al cabo... no tenemos ninguna prueba irrefutable real de su paso por el mundo...

—Adox: V-Vaya...

Adox se quedó pensativo, era demasiada información para tan poco tiempo. ¿Existiría realmente el éfiro? Y de ser así, ¿podría seguir vivo en la actualidad? ¿Podría saberlo en ese caso? No pudo pensarlo durante mucho tiempo, porque sucedió algo inesperado: Asener se liberó del imán.

—Link: ¿Cómo...?

Debido a su pequeño tamaño, no tardó ni un segundo en desaparecer de sus campos de visión.

—Adox: ¡Mierda! ¡¿En serio ha vuelto a huir?

—Link: Estoy tratando de localizar el punto rosa... pero no hay manera. Ya no me aparece, es como si ese medallón ya no fuera más de metal.

—Adox: Eso es bastante so-...

Sin tiempo para acabar la frase, Link empujó a Adox a un lado, y después se cubrió con su porra, todo ello a una velocidad de vértigo. Asener... se encontraba justo detrás de ellos, y de no ser por Link, Adox no lo habría contado.

—Adox: Ha- Ha vuelto...

Asener había adoptado un tamaño de Hyliano normal, y ahora tenía una espada en la mano, la cual probablemente llevara antes escondida bajo su ropa.

—Asener: Vaya... Qué buenos reflejos... Han superado sin esfuerzo mi ataque furtivo...

Lo malo fue que la espada se había clavado en la porra de Link, y esta, al ser de mala calidad, no resistió y se partió en dos. Ambos fragmentos cayeron al suelo, quedándose Link sin arma.

—Link: (Esto no me gusta... ¡¿con qué peleo yo ahora?!)

—Asener: Shhh... No te preocupes, Link, no te mataré... (porque no debo, y ni siquiera puedo, pero al menos voy a darte una paliza que te ponga en tu lugar...).

—Link: Ya, ya, lo que tú digas...

—Adox: (Esa habilidad para cambiar de tamaño... ¿Acaso...? No... No podría ser posible... pero solo se me ocurre una especie capaz de hacer eso...)

Asener se preparó para atacar a Link, pero Adox lo interrumpió.

—Adox: Asener...

—Asener: ¿Hum...?

—¿Acaso tú... eres un minish...?

—Hmmm... Veo... que sí que tienes buen ojo...

El Éfiro - Zelda Breath Of The WildDonde viven las historias. Descúbrelo ahora