CAPÍTULO 15: LA PRUEBA DE APTITUD

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-Link: Prueba superada, Adox. Buen trabajo. Oficialmente, viajarás conmigo.

Link se levantó del suelo sin dificultad.

-Adox: ¡¡Link!! Espera... ¿¡Qué ?! No entiendo absolutamente nada ... ¡¿Estás bien?!

-Link: Estoy en perfectas condiciones, todo era parte del examen.

- ¿Cómo que examen? ¿Estoy soñando o algo?

-Haber, Adox... Eres muy buena persona y me caes bien, pero... esto es algo realmente serio. Más serio de lo que imaginas. Entiende que no podía traerte de Hatelia como si nada, al menos quería examinarte para comprobar si sabes apañártelas solo. Parece que te desenvuelves bastante bien, me has sorprendido.

-Sigo sin enterarme de mucho, pero sí, tienes razón en eso de que no todos pueden afrontar un viaje como este.

-El otro día, en el bosque del monte Gien, bloqueé a la perfección el ataque del bokoblin esqueleto, pero me pareció el momento perfecto para iniciar la prueba. Antes de salir de Hatelia, le compré a Ondey este colorante rojo que puede aparentar sangre.

-¿Y si no hubiera sido capaz de enfrentarme a esos monstruos?

-Pues habría interrumpido la prueba para salvarte, aunque ya ves que no ha hecho falta. (En realidad sí que me encargué de algún enemigo, pero porque si no un seis contra uno sería demasiado...). Como por las noches antes de llegar a Hatelia a mí también me habían atacado esqueletos, sabía que eran enemigos débiles, y por eso los vi perfectos para que te enfrentaras a ellos. Eso sí, no sabía que iban a aparecer tantos seguidos...

-Vaya... Entonces sí que lo tenías ya planeado. Espera que lo asimile todo... Hmmm... Pero... ¿Cómo has hecho para aguantar el hambre y la sed?

-En la pradera de Sempes, mientras buscaba conejos, aproveché para guardarme frutas en mi alforja, y las he ido comiendo mientras no te enterabas. A eso hay que sumarle esto...

Link mostró una poción de dentro de su bolsillo.

-Adox: ¡Eh! ¡Esa es la poción de Ondey que te di en el almacén!

-Sí, al final le di buen uso.

-Pues sí que estoy embobado para no haberme dado cuenta de que estabas bien...

-En cualquier caso, has superado mi prueba con creces. Y además de derrotar a los enemigos, has entrenado con el arco y aprendido a montar a caballo, todo ello lo más rápido posible para poder movernos cuanto antes y así salvarme. Te has comportado de forma increíblemente responsable y admirable.

-Gracias... Pero, creo que cualquiera habría hecho lo mismo en mi lugar. Es lo mínimo que podía hacer por quien me ha permitido salir de la aldea Hatelia para vivir aventuras.

Adox y Link sonrieron. Se dieron la mano. Después, cenaron, y comenzaron los turnos de guardia. Esa noche aparecieron de nuevo bokoblin esqueléticos, pero solo fue un par de ellos, y no representaron el menor desafío. En las próximas noches a partir de ahora, también fueron apareciendo esqueletos de vez en cuando, pero nunca fueron una amenaza.

El siguiente día fue más tranquilo. Tras pescar un poco, cruzaron el Río Dividea a nado y llegaron al bosque Bubing. Allí comieron las lubinas que capturaron por la mañana y practicaron el combate, Link con la espada y Adox con el arco. Por la tarde, ya estaban en la Llanura de Mogur. Avistaron varios caballos salvajes en la lejanía.

-Link: ¡Mira, Adox! ¡Una oportunidad de oro para que consigas tu propio caballo!

-Adox: ¡Perfecto!

-Muy bien, presta atención: hoy toca clase de cómo domesticar a un animal salvaje.

Tras la explicación y consejos de Link, Adox se preparó y se acercó a uno de los caballos. Se movió muy sigilosamente, tal y como Link se lo había dicho. Sin embargo... el caballo se percató de su presencia y salió corriendo.

-Adox: ¡Mierda!

-Link: Recuerda, Adox... debes acercarte lo más despacio que puedas. Un caballo puede escuchar más de lo que crees.

Tras varios intentos fallidos, finalmente logró acercarse lo suficiente a uno de ellos. Se subió de un salto rápido y el caballo comenzó a moverse nerviosamente, tratando de tirarlo.

-Adox: ¡UAAAAHHHH! ¡QUE ME MATO!

-Link: Será posible...

Link se acercó a toda velocidad y trató de tranquilizar al caballo, aunque Adox no se lo ponía fácil. Estuvieron así un buen rato hasta que, por fin, el caballo cedió.

-Adox: ¡Lo conseguí! ¡Ja, ja, ja!

-Link: Uf... Al fin...

El caballo era de color gris claro, con la crin y la cola blancas. Adox lo llamó Nublado, para así combinar los nombres de ambos caballos. Juntos, eran como ¿una nube de tormenta? Tormento era más rápido, pero Nublado ofrecía más resistencia. Aunque sus nombres estaban relacionados, sus cualidades eran muy distintas. Como Nublado aún era muy rebelde, y Adox no parecía llevarse del todo bien con él, decidieron que Link sería quien lo montase de momento. Al fin y al cabo, Adox solo llevaba un día montando a caballo. Al poco tiempo, consiguieron vislumbrar el edificio que Link buscaba, en la distancia.

-Link: Mira, se ve una posta a lo lejos.

-Adox: Así es. Debe ser la misma por la que pasaste tú en el pasado, ya que, por lo que sé, solo hay una posta en cada región...

-Empiezo a preocuparme... Ya he pasado dos veces por el mismo lugar y no hay ni rastro de la torre ni de la aldea Kakariko.

-Por el momento, me alegro de haberla encontrado. Al fin podré dormir en una cama... y sobre todo, ¡Nublado será registrado oficialmente!

Llegaron y registraron a Nublado en la entrada. Le pusieron una silla de montar y una brida, por lo que ahora ya parecía un caballo de viajero en condiciones.

Link reconoció las caras de los trabajadores. Efectivamente, era la misma posta que por la que él pasó anteriormente. Ahora había otros clientes, así que preguntó de nuevo por la torre o por la aldea. Tras fracasar con los dos primeros viajeros, alguien lo escuchó y alzó la voz.

-Viajera: Yo he visto una torre muy alta de camino aquí. Puede que sea la que buscas.

El Éfiro - Zelda Breath Of The WildDonde viven las historias. Descúbrelo ahora