Soy una sacerdotisa de Nueva Ciudadela... Bueno, mejor dicho, lo era. Pertenecía a la famosa Orden de la luz de Hylia, clan característico por sus técnicas curativas, heredadas de generación en generación desde tiempos remotos. Yo era la heredera, la única heredera... Mi padre no paraba de exigirme ya que en mí recaía el peso de mantener la existencia del clan. Debía casarme y vivir para siempre encerrada en la ciudad... pero yo no quería eso. Mi sueño siempre fue descubrir el mundo exte...-Dark: ¡EJEM!
-Honelia: ¿Ocurre algo, Dark? Estoy intentando contar mi historia.
-Dark: No, nada, pero... ¡¿Podrías ir directamente a lo importante?! ¡Aburres!
-Honelia: Pero...
Dark escuchaba la conversación, desesperado. Solo lo hacía por respeto, pues le importaba más bien poco el cuento de esa chica, seguía siendo bastante desconfiado con los extraños. Además, le parecía increíble que todavía no se hubiesen dado cuenta de que estaban hablando con Link, el elegido. Pero no dijo nada, él solo quería seguir el viaje de una maldita vez. Se sentó en la hierba y comenzó a lijar su mandoble.
-Link: Cuando dije que nos contarais todo sobre vosotros, era una forma de hablar...
-Honelia: Hmm...
-Adox: A mi me parece interesante conocer su historia, ¡escuchémosla!. (Ahora seguro que le caigo mejor y comienza a interesarse en mí, ju, ju...)
-Honelia: Gracias, Adox. En fin, continuaré... Intentaré resumirlo lo máximo posible...
Al final, un día me harté. Me largué de casa y me hice viajera errante, sin un rumbo determinado. Conseguí un veloz caballo en la posta de la ciudad y aprendí a manejar la lanza para poder defenderme en caso de un ataque enemigo. Además, podía curarme siempre que lo necesitase gracias a mi poder. Me había convertido en toda una superviviente. Pasaron los meses y comencé a preguntarme una y otra vez lo mismo... Ahora que he renunciado a mi clan, ¿Cuál es mi propósito en la vida? ¿Por qué vivo? Me atormentaba día tras día hasta que legué hasta allí.
-Link: ¿A dónde?
-Utsubi: Al laboratorio... Allí fue donde nos conocimos...
-Adox: ¡Es cierto! ¡Se nos había olvidado! ¡Ya no hay laboratorio en la aldea! ¡Chicos, ¿Cómo vamos a encontrar ahora a Prunia?! (Ahora que lo pienso... E-Espero que no... le haya pasado nada...)
-Honelia: ¿He oído bien? ¿Has dicho que estáis buscando a Prunia?
-Utsubi: Prunia es la compañera de trabajo de mi padre...
-Dark: ¡¿Qué?!
-Utsubi: Bueno... Si me dejáis, continúo explicando...
Yo soy el hijo de Simon... Es un científico que trabajaba en su laboratorio junto con su mujer, Kibe, mi madre, en lo alto del Monte Madron, al norte de aquí... Un día llegó Prunia, una científica experta que venía de la capital... Al final se adueñó del laboratorio y mis padres se convirtieron en sus ayudantes... No me quejo, ella tiene mucha más madera para liderar y sabe más cosas... En fin, el caso es que un día, cuando tenía unos quince años... Bebí por error una de las pócimas de la sala de química... Estaba encima de un armario y, al chocar yo contra él, el frasco se cayó y se rompió en mi cabeza... Se derramó por mi cara y sin querer tragué un poco...
-Adox: Agh... Qué asco.
Utsubi: Sí... Pero ese no fue el problema...
La pócima era para un experimento de transformación, pero aún no estaba lista y... Me transformé en un monstruo... En uno enorme... una especie desconocida... El caso es que perdí el uso de la razón y empecé a destrozarlo todo... No podía controlar mi cuerpo, actuaba por cuenta propia... Y entonces... entonces...
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El Éfiro - Zelda Breath Of The Wild
FanfictionTodos conocen la leyenda: hace cien años, el Gran Cataclismo devastó Hyrule, y Ganon fue el culpable... ¿o no? Rumores sugieren la existencia de un nuevo ente maligno, el Éfiro, que podría haber manipulado los eventos desde las sombras. Adox, un jov...