TEMPORADA 3 / CAPÍTULO 64: VAH RUTA - PARTE 4

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Link y la Ira del Agua de Ganon se habían quedado cruzando miradas, hasta que, al fin, la ira realizó el primer movimiento. Echó el brazo hacia atrás, y después arrojó su lanza con fuerza. Esto pilló por sorpresa a Link, y casi le da de lleno. aunque logró esquivarlo por poco.

—Link: (¡Qué velocidad! Aunque... ¿Está tonto? Acaba de perder su arma...)

No obstante, la lanza se descompuso en un montón de hilos de luz, que volaron hasta la mano de su dueño, volviéndose a materializar.

—Link: Argh... (Ya veo... Era de esperar, esconde unos cuantos ases bajo la manga...)

Sin dudarlo, embistió contra la gran bestia con su lanza, a una velocidad también asombrosa, pero no pudo acercarse lo más mínimo, pues la ira realizó un potente ataque de barrido, que lo obligó a retroceder.

—Link: (¡Maldición! Sabe adaptarse a cualquier situación, esto no es bueno...)

La ira volvió a arrojar su lanza, y Link lo esquivó.

—Link: (Si seguimos haciendo esto, tarde o temprano me cansaré. Quizá sea parte de su estrategia...)

Link y la Ira del Agua se miraron fijamente. Aquel ser era terrorífico. Aunque no podía crear diferentes expresiones con su cara, Link podía percibir algo como "Has caído en mi juego" en su imagen.

—Link: (Como él no se cansa, no se está complicando, y busca un combate de desgaste... para después rematarme sin dificultad... Apuesto a que esta misma estrategia fue la que realizó contra Mipha... Maldito...)

De nuevo, esquivó la lanza de la ira. Ya era la tercera vez que la arrojaba. Entonces, se dio cuenta de algo. Miró a través de los huecos de la pared de la sala y, al ver que ya comenzaba a amanecer, eso significaba que...

—Link: (Muy bien, prepárate...)

Sacó la piedra sheikah, y apuntó a la Ira del Agua. Entonces, una masa de hielo empezó a formarse entorno a ella, desde el agua del suelo, rodeando sus extremidades e inmovilizándola.

—Link: ¡Ja! ¡¿Qué te ha parecido eso, eh?!

Al haber llegado a un nuevo día, las reservas de energía para el poder del témpano se habían rellenado. Link corrió a toda velocidad hasta su adversario, que trató (en vano) de resistirse, y le clavó la lanza en todo el ojo. Del impacto, se cayó al suelo, con Link subido en ella, sin soltarse. Había dejado a la ira aturdida, y no iba a desaprovechar eso. Comenzó a atacarlo con su lanza, pero apenas lograba atravesar su cuerpo, era demasiado resistente. Tras un breve momento, la ira se recuperó, y comenzó a levantarse.

—Link: (Le he intentado atravesar la cabeza en varias ocasiones, pero solo he podido pincharle... ¿Cómo de dura es la carne de este tío?)

Después de forcejear, consiguió liberar el brazo con el que sostenía la lanza, y la colocó en forma vertical.

—Link: ¡Uahh!

Link se dio cuenta a tiempo de las intenciones del monstruo, y retrocedió sin pensarlo. Hizo bien, pues golpeó con la lanza el suelo, con tanta fuerza que generó una onda de choque que rompió en pedazos el hielo que aprisionaba su cuerpo. La onda llegó hasta Link, y lo lanzó contra el suelo. Se hizo una brecha y comenzó a sangrarle la frente.

—Link: Arf... Agh...

Al mirar la lanza de su adversario, Link decidió cambiar de estrategia. Se colocó a la espalda la lanza de centaleón y, en su lugar, sacó su nueva espada de miniguardián. La ira se extrañó al ver a Link portando dicha arma, y retrocedió un poco.

—Link: (Lo sabía... Esta espada está hecha del mismo material que su lanza... No sé por qué, pero creo que, si le alcanzo con ella, le haré daño de verdad. Aunque... Con su tan corto alcance, no será fácil...)

Se preparó para comenzar arremeter contra su enemigo, pero la ira lanzó un nuevo grito de guerra. Se había enfadado mucho.

—Link: (Mierda...)

El nivel del agua comenzó a subir, inundando la sala a más de tres metros de profundidad.

—Link: ¡Ah! ¡¿Pero qué?! ¡Eso es jugar sucio!

Link creó una pequeña plataforma de hielo, y se subió encima de ella.

—Link: (Parece que al fin me considera un rival digno. No puedo permitirme perder este combate. El destino de Hyrule depende de ello.) ¡Hyaaaaaa!

- - - - -

Adox y Honelia se pasaron toda la noche practicando para poder controlar el poder del tiempo ralentizado. Repetían una y otra vez el mismo proceso: Honelia le lanzaba una piedra a Adox, este activaba el tiempo ralentizado, se desmayaba, despertaba, repetían. No obstante, el tiempo que necesitaba para recuperarse tras cada uso era cada vez menor. Esta última vez apenas fueron 10 minutos hasta que se recuperó.

—Adox: Solo... una más... Puedo una más... Ya casi...

—Honelia: Yo creo que ya está bien por hoy el entrenamiento... No te sobre esfuerces tanto, por favor, Adox... Cada vez estás más debilitado...

—Esto no es nada... Puedo seguir... Vamos, tírame otra piedra...

—Adox...

—Verás, creo que sé cómo mejorar mi aguante... Cuando estoy en tiempo ralentizado, mis movimientos son acordes al flujo del tiempo de la realidad, pero mi consciencia no, y he llegado a la conclusión de que mi respiración tampoco... Cuando termino de usar la habilidad, sufro de hiperventilación, y eso pierdo la consciencia...

—Vaya... En realidad, eso tiene bastante sentido...

—Tengo que aprender a medir mi respiración... Respirar lo más lento que pueda en tiempo ralentizado para que en la realidad sea un ritmo normal... No es tan complicado, ya casi le tengo el punto pillado...

—Me alegro mucho de verdad, es increíble, pero... Pero ahora...

Aunque estuviera emocionado por seguir entrenando, Adox al final accedió y decidió seguir el consejo de su amiga.

—Bueno... Está bien. Por ahora descansaré, pero mañana seguimos, ¿vale...?

—¡Claro! Si estás recuperado, por mí encantada.

Se apoyó contra un árbol del comienzo del bosque, iba a descansar allí un rato, pero entonces...

—Adox: Cuidado. Siento algo.

Lo dijo en un tono tan frío que Honelia incluso se asustó.

-Honelia: ¿Q-Qué... pasa...?

Adox comenzó a mirar en todas las direcciones del bosque.

—Adox: Antes no estaba prestando atención, pero... ahora que me fijo... Hay alguien.

—Honelia: ¡¿Alguien?! ¡¿Cómo que hay alguien?! ¡¿En el bosque...?!

—Sí. Alguien nos lleva observando... desde hace un tiempo...

—Honelia: ¡¿Qué?!

Tras un momento de tensión, se escuchó mover la maleza, y una figura se presentó ante ellos, desarmado. Llevaba la túnica de Asigma, muy rasgada en los bordes, lo cual aportaba un aspecto intimidante.

—?????: Vaya... Me habéis pillado.

—Adox: No... no.... No puede ser...

—Honelia: Imposible...

El hombre llevaba una capucha puesta, y de la parte trasera de esta, que tenía una raja, sobresalía por ella la visera de una gorra azul.

-Adox: Tú... Tú...

-?????: Cuánto tiempo, Adox.

-Adox: ¡¡Ondey!!

El Éfiro - Zelda Breath Of The WildDonde viven las historias. Descúbrelo ahora