CAPÍTULO 10: EL HYLIANO QUE SE CONVIRTIÓ EN MINISH

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—Estudiante: ¿Otra vez con ese libro sobre minish, Asener? ¿Qué vas a hacer si el profe te pilla un día...?

—Asener: Tranquilo, Ragn, está todo controlado. Cuenta cosas demasiado interesantes, insisto en que no sé cómo puede estar prohibido. Deberías darle una oportunidad.

—Ragn: Ya... Creo que paso...

A la edad de 19 años, Asener era un estudiante de la Academia Científica de Hyrule... O, bueno, de aquella construcción a la que llaman así, pues de la original solo quedan escombros... Ubicada en Nueva Ciudadela, aquellos ciudadanos más comprometidos que querían seguir expandiendo sus áreas de conocimiento una vez superada la mayoría de edad se reunían allí para continuar sus estudios. Asener había encontrado, en una sala de la biblioteca de la ciudad, un libro cuanto menos peculiar. Probablemente pertenecía al archivo prohibido, que estaba adyacente a dicha sala, pero la curiosidad pudo con Asener y lo recogió para llevárselo a su casa, donde vivía con su madre. Lo más seguro es que algún alto cargo lo había cogido para su clandestino estudio, pero él aprovechó la oportunidad y se le adelantó, desapareciendo de allí con él en sus manos. Todo iba bien, hasta que un día...

—Guardia 1: ¡A ver, quieto todo el mundo!

Un par de guardias, junto a un estudiante de la clase de Asener, entraron a su aula en mitad de una lección, enfadados.

—Profesor: ¡Señores guardias! ¿Qué ha pasado?

—Guardia 2: La cartera de este estudiante ha desaparecido, y asegura que la tenía en su mochila hasta que llegó el descanso, y al volver de este ya no estaba. Claramente estamos halando de un caso de hurto entre estudiantes, el responsable se encuentra aquí.

Toda la clase comenzó a murmurar, asustados y sorprendidos, no sabían quién podría haber hecho aquello.

—Guardia 1: ¡Silencio! Escuchad, vamos a realizar una inspección a vuestros bolsillos y a vuestras mochilas ahora mismo. Que nadie haga nada raro, ¿entendido?

—Asener: (¡¿Qué?! ¡¿Es enserio?! ¡¿Una inspección?! ¡¿Ahora?! Pero... pero... ¡verán mi libro! Y entonces, me caerá una mucho peor que al delincuente que haya robado esa cartera...)

—Guardia 2: A ver, empecemos por la primera fila. Tú, ponte de pie.

—Estudiante: ¡S-Sí!

—Guardia 2: Hum... Veamos... Hmmmmm... Vale, listo. ¡Siguiente! ¡En pie!

—Estudiante: ¡Sí!

—Asener: (No, no, no... ¡¿Por qué me pasa esto a mí?! ¡Se ha puesto a revisar todo lo que tenía en la mochila!)

Miró a Ragn, y este también parecía muy preocupado por él.

—Guardia 2: ¡Siguiente!

—Asener: (Joder... joder... ¡¿qué hago...?! Soy mayor de edad, como me pillen con esto, me van a desterrar por hereje... Y eso en el mejor de los casos... Agh...)

—Guardia 2: ¡Siguiente!

—Asener: (Vale... Piensa...  Hmmm... Hmmm... No, no puedo hacer eso... pero...)

—Guardia 2: ¡Vale, pasamos a la siguiente fila!

La clase de Asener tenía doce alumnos distribuidos en tres filas (columnas) de cuatro alumnos en cada una. Él era el último de la del medio, así que en breve iba a tocarle.

—Asener: (No... No me queda otra... Voy a tener que hacerlo... Aunque me duela en el alma, tengo unas cerillas para el tabaco en mi bolsillo... Agh... Voy a tener... que quemarlo... Me acusarán de ladrón a mí, pero bueno, eso da completamente igual en comparación...)

El Éfiro - Zelda Breath Of The WildDonde viven las historias. Descúbrelo ahora