Capítulo 7.

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*Edmund pov*

Una mujer alta, vestida con un vestido de un color azul tan claro como el hielo, con una especie de abrigo de piel blanca y de aspecto mullido. Su piel es pálida, de ojos verdes, rubia. Bastante guapa.

-¿Cómo te llamas...Hijo de Adán? -Me pregunta.

No entiendo lo de "Hijo de Adán" pero igualmente le respondo.

-Edmund.

-¿Y cómo, si se puede saber, penetraste en mis dominios?

-No-no lo sé. Solo estaba siguiendo a mis hermanas.

-¿Tus hermanas? ¿Cuántos sois? -Me pregunta interesada.

-Cinco. -Digo- Lucy y Aixa son las únicas que ya han estado aquí. -Al comentar el nombre de mi hermana mayor  se le ilumina la cara de una manera algo misteriosa pero lo dejo pasar.- Dijeron que conocieron a un fauno llamado...Tumnus. Peter y Susan no las han creído, yo tampoco lo hice, ahora sí.

-Edmund...estarás helado -Dice con amabilidad y maternidad.- ¿Quieres sentarte conmigo?

No me había dado cuenta que mientras hablábamos nos habíamos movido hasta el punto de ella volver a estar sentada. Acepto a sentarme con ella y entonces me pregunta:

-¿Quieres beber algo caliente?

-Sí, por favor...Majestad -Contesto de manera breve pero educada, algo que no suelo hacer.

Casi nunca soy educado con la gente pero creo que ella podría ser mi excepción. Conforme con mi respuesta saca una botella muy, muy pequeña y derrama una gota de color azul turquesa en la nieve, donde rápidamente aparece una copa con chocolate caliente, el enano me entrega la copa.

-¿Cómo lo habéis hecho? -Pregunto asombrado.

-Yo puedo hacer lo que tu quieras -Me responde con cierto tono de superioridad.

-¿Y hacerme más alto? -Pregunto interesado casi al momento.

-¿Qué quieres comer? -Me pregunta después de reír un rato.

-¿Delicias turcas? -Pregunto como pidiendo permiso.

Ella abre los ojos y levanta las cejas, repite el reproceso anterior y me quita la copa de las manos para luego darme una bandeja llena de delicias turcas. Empiezo a comer.

-Edmund -Me llama.- Me gustaría mucho conocer al resto de tu familia.

-¿Por qué? -Pregunto de mala gana mientras levanto la vista para verla extrañado.- No son nada del otro mundo, la única respetable es Aixa. Ella es muy buena y siempre intenta ayudarte en todo lo que pueda.

-Seguro que no son tan encantadores como tú. -Me dice mientras me limpia la cara con el gorro del enano.- Verás Edmund, yo no tengo ningún hijo y tú eres exactamente el chico que veo algún día como príncipe de Narnia, incluso hasta rey.

-¿En serio?

-Claro que tendrías que traer a tu familia.

-Entonces...¿Peter también será rey?

-No, no, no. -Sonríe.- Pero un rey necesita siervos.

Sonrío ante la idea de Peter bajo mis ordenes y le respondo casi al instante.

-Creo que podré traerlos.

Me quita la bandeja y empieza a explicarme donde se encuentra su casa. Mientras veo a Ginarrbrik  acabándose las delicias turcas la Reina llamada Jadis me dice:

-Nos vemos dentro de poco, ¿verdad?

-Sí, Majestad, eso espero.

Me bajo del trineo y ella se va. Entonces oigo la voz de Lucy.

-¿Edmund? -Pregunta algo extrañada.- ¡Aixa! ¡Edmund está aquí!

Aixa sale del bosque y al verme dice:

-Ooh, Edmund. Supongo que ahora no estoy loca. -Dice con un tono sarcástico que me muestra perfectamente lo enfadada que está conmigo.- ¿Qué haces aquí? -Pregunta y al no obtener respuesta me dice:- ¿Sabes qué? No me interesa.

Aixa le susurra algo a Lucy y cuando Lucy asiente ella se vuelve a internar en el bosque.

-¡Qué alegría que también hayas entrado! -Dice Lucy para luego abrazarme.- Y ahora no busques que Aixa te perdone solo por que tu también has visto Narnia.

Saga de las crónicas de Narnia. (Caspian y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora