Saga de las crónicas de Narnia. (Caspian y tu)

Capítulo 9

*Caspian pov*

Me despierto con los primeros rayos de sol del día y veo unas huellas enormes en la arena alrededor nuestro.

-Ed. Ed despierta. -Digo sacudiéndolo.- Despierta, mira.

Edmund se despierta sobresaltado y mira las huellas que le señalo. Parecen hechas por un ser humano pero son mucho más grandes.

-¿Dónde están Aixa y Lucy? -Pregunta Edmund a mi lado.

Me giro de golpe para mirar la zona dónde deberían estar ellas durmiendo y solo veo huellas en diferentes direcciones alrededor de su zona.

-¡Lucy//Aixa! -Gritamos a la vez esperando que salgan de entre los árboles o detrás de algún arbusto.- ¡Lucy//Aixa!

-¡Todo e mundo arriba! -Digo.

-¡Arriba! -Dice Drinian.- ¡He dicho arriba!

Todos se levantan y cogen lo imprescindible y empezamos a correr siguiendo las huellas.

*Lucy pov*

-Muy bien... -Dice Aixa separándose un poco de mi y recargándose en la pared para no hacerse más daño en el tobillo.- Yo iré por la derecha y tu por la izquierda, así encontraremos antes el dichoso libro. Nos vemos aquí dentro de unas horas.

-Pero tu tobillo... -Digo.

-Estaré bien, no te preocupes. Ten cuidado, ¿sí? -Dice interrupiéndome.

Asiento con la cabeza ya que es imposible llevarle la contraria cuando está así de decidida y cada una va por su lado. Camino por la enorme mansión del Opresor y entonces encuentro la biblioteca. En el medio de la sala hay un apoyalibros con un libro enorme cerrado. Me acerco e intento abrirlo pero no puedo. Uno de los ángeles grabados en el apoyalibros me indica que tengo que somplar y, al hacerlo, las letras de la portada se ordenan y aparecen algunos dibujos. Vuelvo a intentar abrir el libro y esta vez si se abre. Sonrío y empiezo a pasar las páginas, leyendo los nombres de los conjuros.

-"Con estas palabras que tu boca pronunciará a tu alrededror verás cómo nevará." -Digoo leyendo uno de los conjuros.

Empiezan a caer copos de nieve, y pronto la sala entera está cubierta de una gruesa capa de nieve. Miro alrededor con una sonrisa y soplo en las páginas del libro para quitar los copos que se habían acumulado en estas. Vuelvo a parar en un conjuro que llama mi atención.

-"Un hechizo infalible te hará como ella porque siempre deseaste ser así de bella." -Digo leyendo en voz alta con interés. Miro la página de al lado y el dibujo que contenía se convierte en un espejo o algo así que tiene a Susan.- Susan, ¿qué está pasan...? -Me doy cuenta que ne realidad soy yo y no Susan. Acaricio mi mejilla encantada.- Soy preciosa.

Me alejo del libro en busca de un espejo y al verme veo que vuelvo a ser yo la que está en el reflejo. Corro hacia el libro pero la imagen del reflejo encantado desaparece.

-¡No espera! -Digo intentando qeu vuelva.

Arranco la página que contiene el hechizo para transformarme en ella y me la guardo entre la camisa y el chaleco. De la nada se oye un rugido y las páginas del libro empiezan a pasarse rápidamente.

-¡Lucy! -Oigo la voz de Aslan.- ¡Lucy!

-¿Aslan? -Digo mirando alrededor.- ¿Aslan?

El libro para de pasar páginas cuando pongo mi mano en él  y miro la página. "Conjuro para hacer lo invisible visible". ¡Lo he encontrado!

*Omniscinete pov* 

Lucy recitó el conjuro que hacía lo invisible visible mientras que en los jardines de la mansión del mago Coriakin o más conocio como "el Opresor" los marineros liderados por Caspian se enfrentaban a las criaturas invisibles mientras estas empezaban a ser liberadas del conjuro. Dentro de la mansión Aixa se había encontrado con el mago y había averiguado la verdad sobre él y las criaturas que las habían secuestrado. Coriakin curó el tobillo de Aixa con un conjuro y al llegar a la biblioteca con Lucy se volvió visible. Ellos tres se encaminaron a la entrada/salida de la mansión mientras que, fuera de esta, Caspian y los demás intentaban sacarles información a las ahora visibles criaturas. Caundo la mansión finalmente se hizo visible apareció un enfadado Eustace de entre las plantas y de la mansión salieron Aixa, Lucy y el buen mago Coriakin. Las criaturas tuvieron una discusión con el mago sobre el hecho de haberlas hecho invisibles y este acabó auyentándolos. Coriakin invitó a todos a que entraran  a la mansión y los guió por esta hasta una sala dónde habían mapas y demás. Coriakin extendió en el suelo un mapa máico y empezó a hablar mientras todos los demás le prestaban atención.