Capítulo 18.

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Dos faunos se pusieron a montar las carpas que usarían los Pevensie y La Heredera durante sus estancias en el campamento del honorable león. Los Pevensie se establecerían en 2 carpas cerca de la zona de tiro: una para los chicos y una para las chicas; y La Heredera sería trasladada a su carpa, al lado de la de Aslan, cuando despertara o mejorara. Lucy y Susan se encontraban en su carpa admirando la ropa, Aixa estaba aún inconsciente bajo el cuidado del fauno Dumnus y Peter se encontraba hablando con Aslan.

En cambio, en alguna parte del bosque se encontraba la Reina de Narnia, mejor conocida como la Bruja Blanca, reuniendo tropas para poder combatir contra Aslan, el gran león que tanto la atemorizaba, el niño Pevensie, Edmund, se encontraba atado a un árbol, llevaba atado a ese árbol desde que la Bruja y el enano Ginnarbrik habían encontrado esa zona oscura y fría del bosque, el niño empezaba a lamentarse de haber abandonado a sus hermanos, ya echaba de menos el carácter de su hermano mayor, la mirada inocente de Lucy, las discusiones de Susan y Peter por buscar la lógica en todo y sobre todo echaba de menos a su hermana más mayor quien, pese a la situación en la que pudiera llegar a encontrarse, siempre le ayudaba y apoyaba, se lamentaba por haber sido un mal hermano y por no haber sabido cerrar la boca o controlar su ambición. Cada vez llegaban más seguidores de la Bruja, criaturas horribles y espeluznantes, la mayoría sacadas de las tinieblas. La vista del niño se clavó en un árbol lleno de flores de color rosado, un viento hizo que algunas flores se soltaran de las ramas y entonces cogieron la forma de su amada hermana mayor regalándole una se esas sonrisas que solo podía hacer ella y que lo tranquilizaban y le transmitían el mensaje de: "todo va a salir bien" que tanto necesitaba el niño en esos momentos. Una nueva esperanza surgió en el niño, él pensó que aún podía recibir ayuda y eso le hizo ver la situación de una manera completamente diferente.

Regresando al campamento de Aslan, los faunos acababan de trasladar a La Heredera a su tienda ya que justo habían acabado de montarle su tienda y habían pensado que estaría más cómoda en su nueva cama.

*Aixa pov* 

Abro los ojos con un gran esfuerzo, me duele mucho la cabeza y no sé ni donde esto. Miro alrededor confusa y veo a un fauno de pie junto a mi, uno muy parecido a Tumnus.

-Majestad, ¿cómo se encuentra? -Me pregunta.

-Estoy bien, solo tengo un leve dolor de cabeza. -Digo.

¿Leve? Río internamente ya que realmente siento como si me martillearan la cabeza. Él se gira y coge una especie de medicamento.

-Es normal que le duela la cabeza, se dio un buen golpe. Tómese esto Majestad. -Dice dándome el medicamento y un poco de agua.

Me tomo el medicamento junto el agua y miro a mi alrededor de nuevo, veo mis cosas apoyadas en un tronco, también veo un baúl y una mesita.

-¿Dónde estoy? -Pregunto al seguir sin reconocer el lugar en el que me encuentro.

-Majestad, se encuentra en su carpa, en el campamento de Aslan. -Me dice.- ¿Qué es lo qué recuerda?

-Recuerdo haber entrado al armario que lleva a Narnia junto a mis hermanos, enterarme de que capturaron a Tumnus, haber ido al dique de los castores y tener que escapar de los lobos de la Bruja, recuerdo a Edmund entrando al palacio de la Bruja, enterarme...enterarme de que mis hermanos en verdad no lo son y que mis orígenes están aquí, recuerdo ver  a Santa y recibir los regalos y recuerdo la sensación de tener mucho frío...como...aguas heladas o algo así.

-Sus recuerdos son correctos Majestad, no tenemos que preocuparnos por su memoria. -Me dice con una leve sonría.

Observo bien al fauno y mi ceño se frunce al ver que sus fracciones se me hacen muy conocidas.

-¿Te importa que te haga una pregunta?

-Dígame Majestad.

-¿Quien eres? -Pregunto mirándole con atención.

-Soy Dumnus, el hermano se Tumnus.

-¡Claro! ¡Ahora te reconozco! Tumnus me habló mucho de ti y me enseñó una foto que tenía, además os parecéis muchísimo. -Digo.

-Espere aquí, Majestad. -Dice con una sonrisa triste.

-Llámame Aixa. -Digo.

-De acuerdo.

Dicho esto desaparece de la carpa. Me levanto con cuidado ya que no sé si tendré algún tipo de reacción por el golpe y, al ver que no me pasa nada, voy hasta el baúl, lo abro y dentro encuentro muchísima ropa, cojo un vestido al azar que hay arriba del todo, lo observo con atención y me lo pongo. El vestido es de manga larga, de color verde oscuro con un detalle en un naranja terracota.

 El vestido es de manga larga, de color verde oscuro con un detalle en un naranja terracota

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*Peter pov*

Me cambio en la carpa que tendría que compartir con Edmund y voy hacia una zona elevada y apartada en la que puedo ver el castillo de Cair Paravel, nuestro futuro castillo.

"¿Cómo podré llegar a gobernar todo un reino? Aixa y Susan podrían hacerlo pero...¿yo? No. Yo haría que Narnia acabara mal. No puedo ni cuidar a mi familia. A Edmund lo han secuestrado, Lucy podría haber llegado a caerse al río y ahogarse y Aixa...ella está inconsciente por mi culpa y de pende del golpe que se dio pueden pasar muchas cosas."

-Aquello es Cair Paravel, -Dice una voz a mis espaldas.- el castillo de los 5 tronos. -Aslan se sitúa a mi derecha.- En uno de los cuales has de sentarte Peter, como rey.

Miro hacía abajo ante la mención del trono.

-¿Dudas de la profecía? -Me pregunta algo preocupado.

-Al contrario. -Le respondo casi al instante.- Aslan, yo no soy quién todos creéis.

Me giro a mirarlo con algo de dolor.

-Peter Pevensie, antes de Finchley. -Me dice, le miro extrañado. ¿Cómo sabe eso?- El Sr.Castor me ha comentado que querías hacerte un sombrero con él. 

Los dos reímos por lo que quería hacerle al Sr. Castor cuando nos metía prisa mientras cruzábamos en el lago helado.

-Peter, hay una Magia Insondable más poderosa que todos nosotros, reina en Narnia. Define lo que está bien o mal y elige todos nuestros destinos. -Me pongo a reflexionar sus palabras.- El tuyo y el mío.

-Pero si no he podido proteger a mi familia y tampoco a Aixa. -Digo en un tono triste.

-Los has traído sanos y salvos. -Dice.

-No a todos. -Digo al recordar a Edmund.

-Haré lo que pueda por ayudar a tu hermano. -Me asegura.

Aslan iba a decir algo más pero nuestra conversación es interrumpida con la llegada un fauno.

-Señor, señor. -Dice con cierta emoción.

-Tranquilo Dumnus. -Dice Aslan al ver que este vino corriendo.- ¿Qué pasa?

-Es su hija... -Dice recuperando el aliento. Los dos nos tensamos al oír eso.- ...ha despertado.

Aslan suspira con alivio, sonríe y se va corriendo en dirección a la carpa donde pusieron a Aixa. Corro detrás de Aslan y al entrar a la carpa me encuentro a Aixa abrazada a Aslan. Sonrío al verla bien de nuevo y me quedo quieto en la entrada de la carpa.


Saga de las crónicas de Narnia. (Caspian y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora