Capítulo 1

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*Omniscente pov*

Los gritos de Lady Prunaprismia se oían por todo el castillo. Ella estaba en su habitación, dando a luz a su hijo o hija. Fuera de la habitación, el General Glozelle esperaba para informar del sexo del bebé al padre, Lord Miraz, el tío del príncipe Caspian X y la princesa Taika. Una de las doncellas salió de la habitación de Lady Prunaprismia con la noticia de que el bebé era un varón. El General salió en busca del padre, con expresión de tristeza en su rostro. Lo encontró en el estudio de este y se paró detrás de él en señal de respeto.

- Lord Miraz. Es un varón.

La cara del Lord solo transmitía satisfacción y malicia.

-Los cielos nos han bendecido. Ya conoces las órdenes.

El General salió del estudio y fue en busca de algunos soldados para cumplir con la orden del Lord.

En ese momento, el profesor del príncipe Caspian X y de la princesa Taika se dirigía a la habitación del príncipe junto a la hermana de este.

*Caspian pov*

Noto que me tapan la boca y me despierto al instante, preparado para defenderme. Veo que son el profesor y mi hermana y me relajo, volviendo a tumbarme.

-Cinco minutos más... -Murmuro.

-Alteza, esta noche no vais a observar las estrellas. Dice el profesor en un susurro.

-Vamos. Debemos darnos prisa. -Dice mi hermana con miedo.

Es entonces cuando me doy cuenta de que algo va mal. Me levanto de la cama rápidamente.

-¿Qué pasa, profesor? -Pregunto con cierta preocupación.

-Vuestra tía a dado a luz...a un varón. -Dice él con pesar.

Abre el armario y se mete en él. Abre un pasadizo secreto y tanto Taika como yo entramos.

-Vamos.

Ajusto la puerta del armario lo suficiente para poder ver que pasa en mi habitación sin que se den cuenta de que estoy en el armario. Veo como entran soldados dirigidos por el General Glozelle, todos entran en silencio, para "no despertarme". Rodean la cama y empiezan a disparar. Cuando ven que no hay nadie, el General Glozelle enfurece. Corremos escaleras a bajo por el pasadizo. Cojo una armadura y me la pongo, intento convencer a mi hermanita para que se ponga una pero ella se niega. Cojo una espada y luego le doy otra a ella, obligándola a coger la espada por si acaso. El profesor nos pone nuestras capas y nos ayuda a subir a mi caballo.

-Debéis adentraros en bosque. -Susurra el profesor al darme indicaciones.

-¿En el bosque? -Pregunto confuso.

Para todos los Telmarinos el bosque era un lugar peligroso, casi prohibido. Las historias y cuentos decían que en el interior de los bosques se refugiaban los narnianos, criaturas salvajes de todo tipo que se creían extintas desde hacía casi 100 años. Pocas personas seguían creyendo en ellas pero igualmente la gente no entraba por temor.

-No os seguirán hasta allí. -Dice él mientras busca algo en su capa.- Me ha costado muchos años de trabajo encontrar esto. -Me da un objeto envuelto en una tela.- No lo utilicéis, solo en caso de gran peligro.

-¿Volveremos a verte? -Pregunta mi hermana con lágrimas en los ojos, tanto de miedo como de tristeza.

-Eso espero, mis príncipes. Me gustaría poder deciros tantas cosas...Todo lo que conocéis está a punto de cambiar. Permaneced juntos.

Se escuchan los gritos de los soldados, ordenando cerrar las puertas antes de que salgamos.

-Marchaos. -Dice el profesor.

Hago galopar al caballo y mi hermana se aferra a mi. Salimos del castillo y paro un momento, empezamos a oír los gritos de celebración por el nacimiento de nuestro primo y los ruidos de los fuegos artificiales. Los soldados que nos querían matar empiezan a salir del castillo y empiezo a galopar de nuevo hacia el bosque. Al llegar a la entrada del bosque me doy cuenta de que se han parado así que aumento la velocidad para intentar coger más ventaja. Miro hacia atrás para ver si loe hemos perdido de vista y una rama nos da. De un momento a otro nos encontramos colgando del caballo, nos soltamos y quedamos tirados en medio del bosque. Vemos a dos...¿¡Enanos!? Y rápidamente retrocedemos asustados.

-Nos han visto. -Dice uno en un susurro mientras nos siguen mirando.

Aprovecho que están entretenidos para coger mi espada y me pongo en posición de defensa, poniendo a mi hermana detrás mío. Veo el cuerno que nos a dado el profesor y al parecer el enano también. Los telmarinos que nos perseguían aparecen, el enano rubio le ordena al otro:

-Encárgate de ellos.

El enano se va directo hacia los telmarinos. Aprovecho que el enano está distraído mirando irse a su compañero para correr hasta el cuerno y hacerlo sonar.

-¡No! -Exclama el enano corriendo hacia nosotros.

Él intenta detenerme pero ya es demasiado tarde, el cuerno ya ha sonado. El enano me golpea en la cabeza con la empuñadura de su espada/daga, dejándome inconsciente.

Saga de las crónicas de Narnia. (Caspian y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora