MI HISTORIA XXXIII
— no cabe duda que Lily te enseño todo —sonreía como si eso compensará el hecho de que mi madre no estaba aquí, fruncí mis labios y respire hondo, desvíe mi mirada hacia el lago calmado, un poco de su tranquilidad no me haría mal— ¿Contra quién? —entonces pregunto.
Y yo respondí con otra pregunta— ¿Contra quién qué? —
Sus labios se movían despacio— ¿Contra quién has luchado? —
Removí mis labios, de tan solo admitir que había sido derrotada, pero mire sobre su hombro y vi al hombre del agua, subiendo las escaleras de la casa de... Poseidón...
¿Acaso era ciega? ¿Cómo no me di cuenta antes?
— ¿Y bien? —pero Artemisa me llamó y tartamudeé antes de hablar. Se me había ido el hilo de la conversación que mantenía a Artemisa entretenida.
— Thalia, la hija de Zeus —respondí por instantes, sin detesto, sin reproche, ahora solo trataba de asimilar que el hombre que estaba sentado cerca era uno de los tres grandes.
Zeus, Hades y Poseidón, los mitos... ahora cobran vida.
— Thalia —pronunció ella— seguramente fue algo olímpico —alce una ceja extrañada por su forma de actuar.
A diferencia de otras mujeres que vestían con largos vestidos, ella parecía admirada por la lucha.
— sí, solo sé que casi me mata —masculle con detesto— ella no me soporta —
— solo te está probando —indicó Artemisa con una sonrisa.
Le miré desde mi perspectiva— de dónde vengo se llama odio —
— no es así —puso su mano sobre mi hombro.
— ni siquiera sé qué hago aquí —admití— todo esto es demasiado, no soy lo que dices que soy —me aleje de su toque, cuando me sentí incómoda y mire al lago mientras el sol empezaba a ponerse— no puedo ser una de ellos, con armaduras, con lanzas y listos para ¿Qué? ¿Qué exactamente? —y entonces volví a ella, cuando me di cuenta que nunca había escuchado hablar de algo sobrenatural— los entrenan, pero ¿Para qué? No he escuchado noticias sobre minotauros, ni sobre hombre gigantes de un solo ojo —reí— ni siquiera de Titanes por las calles —negué con la cabeza enterrando entonces el arco en la arena cerca del lago— ni siquiera he escuchado siquiera que alguien haya visto a un dios —
— entonces dices que no soy real —Artemisa caminaba sobre la arena con tranquilidad— que los hombres que mataron a tu madre no eran cíclopes —
— eso dices tú —dije de inmediato— yo solo ví hombres de negro con lentes y armas, que asesinaron a mi madre —senti el corazón estrujarse y bufé, volví mi mirada al mar— no sé qué clase de lugar es este, pero no pertenezco aquí —
— Lyra, ¿Sabes por qué tu madre te estuvo preparando tanto tiempo? —el viento soplaba y las olas empezaban a aparecer y desaparecen al instante— tu madre, creía que cuando fueras mayor, podrías unirte a mis cazadoras, todo lo que aprendiste, todo lo que hiciste, todo lo que ella te enseñó, era para que un día pudieras venir a este campamento y formar parte de una cazadora —
Convertirme en una cazadora.
Baje mi mirada y recite lo aprendido— las Cazadoras de Artemisa son un grupo de doncellas inmortales —hice una pausa y alcé mis hombros sin importancia— salvo que mueran en batalla o rompan sus votos —volví mi mirada a ella— que han jurado lealtad a la diosa Artemisa, a unírsele y a rechazar a los hombres por el resto de sus vidas —entre cerré mis ojos y sonreí de lado— ¿Crees que haré tal juramento? —

ESTÁS LEYENDO
PERSEA FORKS © - La Gracia de Artemisa
FanfictionCuando Persea Forks vive con su madre y sin problemas, lejos de la vida ajetreada de la ciudad y demás ocupaciones, su madre Lily, le guarda secretos de su padre. Lyra mantiene la idea de que su padre nunca apareció porque decidió vivir su vida inde...