MI HISTORIA LVIII
Con el arco en mano y Nico Di Angelo frente a mí y Ezio tras de mí, esperamos a que las puertas fueran abiertas.
Según Ezio hacía mucho que nadie salía de ellas y que no había guardias, no sabíamos que habría dentro, por ello debíamos estar atentos.
A la señal de Nico, entraríamos y debíamos estar preparados, me puse en la derecha y Nico en la izquierda y solo hizo falta que él asintiera para abrir las puertas de par en par y apuntar de inmediato con mi arco, lista para enterrar la flecha que se iluminaba del extremo inferior hasta la punta.
Pero no había nadie.
Ezio tenía razón, solo había un santuario completamente vacío, un pequeño vacío que llevaba a una gran almohada sobre un paciente completamente rojo, con velas aromáticas encendidas y pétalos de flores en el suelo. Si la oráculo vivía aquí, era claro que no estaba pasando hambre, ni pobreza.
— se los dije, no hay nadie —Ezio me rodeo y pasó por enfrente de mí, aún así Nico Di Angelo parecía no estar muy seguro, yo tampoco lo estaba.
¿Por qué dejar este lugar desprotegido? ¿Por qué llevar al oráculo? Pero para entonces mis sentidos se alarmaron, cuando Ezio piso un botón en el suelo y una flecha amenazó con enterrarse en él, pero Nico la desvió con su espada.
— hay trampas —
— es un pasillo muy pequeño, pero muy mortal —masculle acercándome a ellos.
— estuve… a punto de morir —y Ezio aún impresionado, se mantenía estático a mi lado.
— solo mantente detrás de nosotros, debe haber una forma de desactivar las trampas —dijo Nico Di Angelo.
Entonces ladre mi cabeza y suspire— igual que en las películas —el lugar que ya habíamos pisado, estaba libre de trampas, al menos que tocamos nuevamente el botón que Ezio había presionado con su pies, me acerque a la pared por dónde la flecha vino y analice la contextura de ella— ¿Por qué dejan la opción de desactivar una trampa? Digo, ¿No es para que nadie no deseado no entre? —
La pared era grumosa. No era de un material fuerte.
— la única razón por la que lo hacen así es porque ellos también necesitan pasar por aquí —indicó Di Angelo.
Me aleje del agujero de flechas y miré a Nico— entonces el interruptor está atrás —
— seguramente, revisa las paredes —toque la pared derecha, cada grieta, cada extremo de la pared, pero nada parecía ser una clave para desactivar estas cosas. Camine al otro lado y toque nuevamente la pared, pero por ningún lado era capaz de encontrar algo que ayudará a desactivar esto.
— esperen, ¿estas trampas no funcionan con mecanismos modernos? —al parecer Ezio había salido de su trance y ahora caminaba hacia la puerta nuevamente.
Volví mi mirada al mecanismo que apuntaba la flecha y me percate de que tenía un punto de disparo, también que el mecanismo cerró su punto de disparo una vez había terminado de lanzar el proyectil. Por lo tanto, puede que Ezio tuviera razón.
— creo que sí —masculle dejando de tocar el punto de disparo.
— entonces si es así, posiblemente solo haya que desactivar el fusible —y fue entonces cuando Ezio salió corriendo por la puerta.
— oye, espera —y fui tras de él en el momento en que desapareció por esas puertas.
Corrí y lo ví escabullirse entre unos arbustos a un lado del santuario y me metí con él entre ellos, atravesando los arbustos lo ví y escuché— todo lugar, tiene una caja de fusibles, los cuales ayudan a liberar la energía para el consumo humano —era un pasillo a un costado del santuario.

ESTÁS LEYENDO
PERSEA FORKS © - La Gracia de Artemisa
FanficCuando Persea Forks vive con su madre y sin problemas, lejos de la vida ajetreada de la ciudad y demás ocupaciones, su madre Lily, le guarda secretos de su padre. Lyra mantiene la idea de que su padre nunca apareció porque decidió vivir su vida inde...