PERSEA FORKS © - La Gracia de Artemisa

PERSEA FORKS - Traquio sí puede

MI HISTORIA LXVI

— ¿ves? no fue tan difícil —

Estaba segura que me vería pálida al salir de esta maldita cueva oscura, si era capaz de tomar el tiempo, podría apostar que era más de cinco horas y estaba más que segura que cuando saliera de aquí el sol me afectaría más de lo común.

Pero aquí estábamos, Percy y Annabeth habían derrotado a un cíclope de nombre Traquio— ¿no es uno de los que Hesíodo mencionó en sus escritos? —surgió entonces la pregunta de Ezio cuando Traquio el cíclope estaba totalmente atrapado y débil.

El castaño de cabello como estropajo, enorme, torpe y totalmente lleno de cicatrices.

Annabeth respondió a Ezio— no, se llama igual, pero seguramente no lo es, los Cíclopes tienden a repetir nombres como comúnmente se hace en cualquier otra espero —

— maravilloso —Ezio estaba impresionado por lo que aprendía.

Tan solo rodee los ojos y me encamine entre Percy y Annabeth para ver a un cíclope con estrellas sobre su cabeza del golpe que se había dado— entonces ¿Nos dirá dónde está la oráculo? Porque parece más del lado de Morfeo que el nuestro —

Percy a mi lado rió secamente— ya hasta hablas como uno de nosotros —

Dibuje una sonrisa de lado al escuchar sus palabras— es bueno ¿No? —

Fue Annabeth quién habló primero— a ver amigote, dinos lo que queremos saber y te dejaremos ir —

— semidioses malos —

— no somos malos, solo nos protegemos de no ser devorados por ustedes —ataque con franqueza— los primeros cíclopes fueron herreros de los Titanes, la segunda fueron pastores caníbales y ahora resulta que son mafiosos mata semidioses, como que a tu especie no le gusta subir sino bajar —su rostro medio aturdido me miraba con recelo, era claro que lo estaba fastidiando.

— semidioses deliciosos —

— sí, semidioses sabrosos —masculle con recelo.

— Traquio, sé buen cíclope y dino ¿cómo logramos llegar a la oráculo? —Annabeth era dulce con el gigante come semidioses, pero para mí era más importante estar al tanto de lo que realmente es.

Traquio finalmente salía de su mareo y podía visualizarnos, pero lo que no cambiaba era su manera de pensar— Traquio no puede decir eso, Traquio no puede —

— Traquio sí puede —dijo Percy empezando a sudar— solo debes decir la dirección es todo —

— No, no, semidios no entender, si Traquio dice algo Pothos enojarse mucho —y créanme, sé cuando alguien miente.

— ¿Pothos es tu líder? —pregunte entre Annabeth y Percy.

Se mantuvo en silencio mientras me veía, pero a veces un silencio dice mucho— sí —respondió con simpleza.

— Mientes —dije con seriedad— te lo preguntaré otra vez —y saque mi arco y la flecha especial que papá me dio— ¿Pothos es tu líder? —

— oye, oye, espera ¿qué haces? —

— miente —fruncí mi ceño y atisbe el miedo en sus ojos.

— ¿En serio vas a disparar? —Annabeth era la segunda que hablaba y yo estaba harta de estar encerrada en una cueva.

— Lyra, no dispares —advirtió Percy.

Pero por consecuencia escuche a Nico— no le digas que hacer Percy, es molesta en ocasiones —estire aún más el arco.

— Responde —dije a Traquio.

Y ahora tartamudeaba una y otra vez, pero al final empezó a llorar y cubrió su rostro con sus manos y decía una y otra vez— Horror, horror —casi como un mal recuerdo que lo atormentaba— horror, horror —decía una y otra vez— ella es el horror —

— ¿horror? —cuestioné sin entender.

No lo entendí, parecía trastornado por ello, pero fue Ezio quién aclaró la duda al instante— Enio —dijo casi al instante, pero no le tome importancia, hasta que Annabeth completó lo que dijo.

— Eris —ese nombre sí lo reconocí. Giré hacia ella, tenía su ceño fruncido cuando completó diciendo— Eris quiere decir horror y es hija de Zeus y Hera —

Baje el arco— creo que nos metimos en algo muy grande —solté aire con pesimismo.