PERSEA FORKS © - La Gracia de Artemisa

PERSEA FORKS - Una musa para la hija de Afrodita

MI HISTORIA XLI

En la historia griega Afrodita era reconocida como la diosa del amor y otros adjetivos, siempre mostraban esculturas delicadas y sensuales en ella, contaba con grandes santuarios y la veneraban mucho en la antigua Grecia, para recibir amor y tener una vida llena de relaciones exitosas. En mis clases de historia de la antigua Grecia, se decía que Afrodita era una mujer hermosa, perfecta y eternamente joven con un cuerpo hermoso, con símbolos y atributos como, Her Faja, un cinturón decorado, que tenía poderes mágicos para obligar al amor.

Pero nunca escuche que Afrodita fuera experta en la guerra, sin embargo aquí estaban sus hijas, alistando sus armas para la misión.

— ¡Hola Lyra! —era Piper. La que ahora sostenía una espada en su mano y la lustraba, me saludaba con la espada en mano y al mismo tiempo destellando una luz tan radiante como la del sol.

No sé si estaba más asustada por el hecho de que sentía que podría apuñalarme sin remordimiento o porque su belleza me hacía sentir inferior, pero caminé hacia ella con una sonrisa espantada.

Y quise intentar ser amistosa.

— ¿Las hijas de Afrodita están preparadas para la misión? —

Las chicas me miraban y se sonreían entre sí, correspondía a su sonrisa con una igual.

— bueno, no siempre se está suficientemente preparada —respondió Piper con un suspiro dejando la espada en una mesa que estaba a un lado de ella.

Había venido hasta el patio de la cabaña de Afrodita cuando supuse que tenía un momento de descanso antes de irnos.

— tu cabello es muy hermoso, Lyra —el comentario vino de mi lado, de parte de una de las hijas de Afrodita, era rubia y pecosa, sonreí.

— gracias, el cabello de ustedes irradia realeza, ¿qué shampoo usan? —

— es un rasgo natural de las hijas de Afrodita, linda —fue Piper quién me respondió con gracia.

— ya me lo esperaba —sonreí de lado.

— pero si te sirve de consuelo —una chica pasó a mi lado— usamos flores silvestres para tratamiento —y entró a la cabaña.

Sonreí extrañada mientras las demás explotaron en risas, pero es que hasta sus risas eran perfectas.

— Piper, ya casi he alistado todo el vestuario para el viaje —pero una de ella salió con una chaqueta en mano, era magnífica, detallada, casi podría decir que era de un diseñador famoso.

Pero creo que me atraparon en el proceso cuando la chica me vio y se lo puso por encima de su cuerpo— ¿qué dices? ¿es lindo verdad? —

— hermoso —dije apenas.

— lo diseñe yo misma, no me costó nada —

— un talento innato de muchos aquí —reconoció Piper en un suspiro.

La chica de la chaqueta se acerco y beso mi mejilla con una sonrisa— soy Lacy —olía a rosas.

— soy Lyra —

— Lyra, permíteme vestirte, te aseguro que no te arrepentirás —perpleja no supe responderle, pero alguien más se sumó a ella.

— ¡oye! yo también quiero participar —se quejó una chica tras de mí con un arco en mano.

Eran como las chicas barbies que existían en cada secundaria, pero no eran envidiosas, no egocéntricas, ellas eran verdaderos ángeles o demonios de la moda. Pues para cuando supe ya estaba dentro de la cabaña de Afrodita.